Ann Marks: Revelar a Vivian Maier

Idioma: inglésTítulo original: Vivian Maier DevelopedAño de publicación: 2021Traducción: Ignacio Villaró GumpertValoración: bastante recomendable, sobre todo para interesados/asUna vez más y sobre todo para quienes no hayan oído hablar nunca de la persona biografiada en este libro, el subtítulo resulta engañosamente revelador (nunca mejor dicho); en efecto, Revelar a Vivian Maier nos cuenta La historia de la niñera fotógrafa, cuya ingente obra, desconocida hasta entonces, fue descubierta por azar en 2007 -a raíz de la subasta de guardamuebles donde ella acumulaba copias y negativos de sus fotos- y divulgada en exposiciones, libros y, en gran medida, gracias a un documental de 2013 nominado a los premios Oscar (no ha sido el único que se ha hecho sobre ella, empero). La historia, para qué engañarnos, posee muchos puntos de interés tanto artístico como "humano"; ¿cómo, una obra fotográfica de gran valía que no se conoció hasta, prácticamente, la muerte de su autora (fallecida en 2009, de hecho)?¿Que dicha autora era una niñera, una especia de Mary Poppins contemporánea, que dedicaba sus horas libres a fotografías, sobre todo, a las gentes que encontraba por la calle en las ciudades donde residía -Nueva York y Chicago, sobre todo- durante más de cuatro décadas, dejándonos un valioso testimonio de aquel tiempo?¿Que sus fotografías irradian una empatía y una humanidad que, sin duda, denotan que fueron tomadas por una artista de una sensibilidad y unos valores extraordinarios? Vivian Maier se nos descubre en esta exhaustiva biografía de Ann Marks (el adjetivo "exhaustiva" va a salir mucho en esta reseña, aviso) como una artista no ya talentosa e intuitiva, sino incluso carismática e inmersa en la contemporaneidad, amén de resultar una figura más que interesante: contradictoria, enigmática, inquieta y, sobre todo, muy vital. Una mujer a caballo siempre entre dos culturas, entre dos ciudades, entre dos oficios o entre dos actitudes: EE.UU. y Francia, Nueva York y Chicago, fotógrafa y niñera, la misantropía -muy matizable, esto- y una profunda empatía hacia sus modelos -también matizable, esto otro-; incluso, ¿por qué no?, entre una viva y talentosa inteligencia y la enfermedad mental. El enigma Maier, en cualquier caso, se puede resumir -o se podía, antes de esta biografía- con un signo de interrogación o una x que represente la incógnita que su biógrafa trata de despejar y creo que lo consigue en gran medida. Quizás incluso en exceso... Me explico: la biografía es, como ya he dicho, muy exhaustiva.  O, mejor dicho, doblemente exhaustiva;  por una parte, Ann Marks ha investigado, en muchas ocasiones documentado y analizado toda la trayectoria vital de la fotógrafa y, lo que es más, de sus parientes, conocidos o incluso empleadores. Pero es que, además, se trata de la biografía de alguien que no fue un personaje público hasta después de su muerte, con lo que los datos le resultaron de lo más complicados de obtener a la autora del libro. Pero lo consiguió, vaya que sí y  de hecho, sin duda se sintió tan legítimamente orgullosa de ello que decidió dejar constancia de sus indagaciones en los apéndices del libro e incluso en uno de ellos da consejos para realizar una investigación genealógica (en EE.UU.; ella misma reconoce que en Francia, para su sorpresa, las cosas le resultaron bastante más fáciles). Hacedme caso, posibles lectores/as de esta biografía: aunque tengan su interés, no pasa nada si os saltáis estos apéndices. Lo mismo puede decirse, aunque quizás se puedan presentar más como un último capítulo del libro en sí, con los otros dos. uno sobre las batallas legales acerca de la obra de Maier y otro sobre la interpretación que debemos y, sobre todo, podemos dar a su legado artístico.No me extenderé aquí sobre las peripecia vitales y condicionantes de la figura de Vivian Maier,  que son sorprendentemente variadas y significativas (quiero decir, para alguien a quien se ha etiquetado como "la niñera fotógrafa"); baste decir que esta biografía se lee, por momentos, como un culebrón familiar, una obra de microhistoria o un interesante estudio del papel laboral y creativo de la mujer artista en la segunda mitad del siglo XX. Sin olvidar, por supuesto, el fundamental papel que tuvo en la vida de la fotógrafa la enfermedad mental, tanto la de sus allegados como la suya propia... Porque si algo hay que reconocerle a esta biografía, además de su exhaustividad (ya advertí que iba a emplear mucho este término) es que no se trata de una hagiografía; a Marks no le duelen prendas en exponer los "defectos" y contradicciones de su biografiada: empezando, ya digo, por sus problemas de salud mental, que se manifestaban sobre todo por medio de un trastorno de acumulación, que le llevaba a alquilar guardamuebles donde almacenaba toneladas de sus "tesoros", sobre todo periódicos y material fotográfico (lo que, al ser subastado alguno por impagos, permitió el descubrimiento al mundo de sus fotos).; una fotógrafa vocacional y obsesiva

May 25, 2025 - 14:20
 0
Ann Marks: Revelar a Vivian Maier

Idioma: inglés

Título original: Vivian Maier Developed

Año de publicación: 2021

Traducción: Ignacio Villaró Gumpert

Valoración: bastante recomendable, sobre todo para interesados/as

Una vez más y sobre todo para quienes no hayan oído hablar nunca de la persona biografiada en este libro, el subtítulo resulta engañosamente revelador (nunca mejor dicho); en efecto, Revelar a Vivian Maier nos cuenta La historia de la niñera fotógrafa, cuya ingente obra, desconocida hasta entonces, fue descubierta por azar en 2007 -a raíz de la subasta de guardamuebles donde ella acumulaba copias y negativos de sus fotos- y divulgada en exposiciones, libros y, en gran medida, gracias a un documental de 2013 nominado a los premios Oscar (no ha sido el único que se ha hecho sobre ella, empero). La historia, para qué engañarnos, posee muchos puntos de interés tanto artístico como "humano"; ¿cómo, una obra fotográfica de gran valía que no se conoció hasta, prácticamente, la muerte de su autora (fallecida en 2009, de hecho)?¿Que dicha autora era una niñera, una especia de Mary Poppins contemporánea, que dedicaba sus horas libres a fotografías, sobre todo, a las gentes que encontraba por la calle en las ciudades donde residía -Nueva York y Chicago, sobre todo- durante más de cuatro décadas, dejándonos un valioso testimonio de aquel tiempo?¿Que sus fotografías irradian una empatía y una humanidad que, sin duda, denotan que fueron tomadas por una artista de una sensibilidad y unos valores extraordinarios? 

Vivian Maier se nos descubre en esta exhaustiva biografía de Ann Marks (el adjetivo "exhaustiva" va a salir mucho en esta reseña, aviso) como una artista no ya talentosa e intuitiva, sino incluso carismática e inmersa en la contemporaneidad, amén de resultar una figura más que interesante: contradictoria, enigmática, inquieta y, sobre todo, muy vital. Una mujer a caballo siempre entre dos culturas, entre dos ciudades, entre dos oficios o entre dos actitudes: EE.UU. y Francia, Nueva York y Chicago, fotógrafa y niñera, la misantropía -muy matizable, esto- y una profunda empatía hacia sus modelos -también matizable, esto otro-; incluso, ¿por qué no?, entre una viva y talentosa inteligencia y la enfermedad mental. El enigma Maier, en cualquier caso, se puede resumir -o se podía, antes de esta biografía- con un signo de interrogación o una x que represente la incógnita que su biógrafa trata de despejar y creo que lo consigue en gran medida. Quizás incluso en exceso... Me explico: la biografía es, como ya he dicho, muy exhaustiva.  O, mejor dicho, doblemente exhaustiva;  por una parte, Ann Marks ha investigado, en muchas ocasiones documentado y analizado toda la trayectoria vital de la fotógrafa y, lo que es más, de sus parientes, conocidos o incluso empleadores. Pero es que, además, se trata de la biografía de alguien que no fue un personaje público hasta después de su muerte, con lo que los datos le resultaron de lo más complicados de obtener a la autora del libro. Pero lo consiguió, vaya que sí y  de hecho, sin duda se sintió tan legítimamente orgullosa de ello que decidió dejar constancia de sus indagaciones en los apéndices del libro e incluso en uno de ellos da consejos para realizar una investigación genealógica (en EE.UU.; ella misma reconoce que en Francia, para su sorpresa, las cosas le resultaron bastante más fáciles). Hacedme caso, posibles lectores/as de esta biografía: aunque tengan su interés, no pasa nada si os saltáis estos apéndices. Lo mismo puede decirse, aunque quizás se puedan presentar más como un último capítulo del libro en sí, con los otros dos. uno sobre las batallas legales acerca de la obra de Maier y otro sobre la interpretación que debemos y, sobre todo, podemos dar a su legado artístico.

No me extenderé aquí sobre las peripecia vitales y condicionantes de la figura de Vivian Maier,  que son sorprendentemente variadas y significativas (quiero decir, para alguien a quien se ha etiquetado como "la niñera fotógrafa"); baste decir que esta biografía se lee, por momentos, como un culebrón familiar, una obra de microhistoria o un interesante estudio del papel laboral y creativo de la mujer artista en la segunda mitad del siglo XX. Sin olvidar, por supuesto, el fundamental papel que tuvo en la vida de la fotógrafa la enfermedad mental, tanto la de sus allegados como la suya propia... Porque si algo hay que reconocerle a esta biografía, además de su exhaustividad (ya advertí que iba a emplear mucho este término) es que no se trata de una hagiografía; a Marks no le duelen prendas en exponer los "defectos" y contradicciones de su biografiada: empezando, ya digo, por sus problemas de salud mental, que se manifestaban sobre todo por medio de un trastorno de acumulación, que le llevaba a alquilar guardamuebles donde almacenaba toneladas de sus "tesoros", sobre todo periódicos y material fotográfico (lo que, al ser subastado alguno por impagos, permitió el descubrimiento al mundo de sus fotos).; una fotógrafa vocacional y obsesiva que, sin embargo, era de lo más avara en compartir sus obtas con nadie; una niñera profesional que durante décadas cuidó de niños ajenos, pero que, pese a sus convicciones progresistas y feministas, no dudaba en recurrir al castigo físico sobre sus pupilos/as; una fotógrafa que demostraba una gran humanidad y empatía sobre sus retratados, muchas veces personas que vivían en la calle, pero que, según testimonios recogidos en el libro, no respetaba ni el espacio físico ni la intimidad de éstos, siendo de lo más intrusiva a la hora de conseguir la foto que quería. Una mujer que, por lo visto, sentía gran aversión hacia el contacto con los hombres, quizás por algún trauma de su niñez o juventud, lo cual no le impidió relacionarse y tener amigos varones del mundillo artístico. En fin, que tenía una personalidad de lo más compleja y que no resulta fácil de aprehender, lo cual casa, por otra parte, con su sensibilidad artística, como queda de manifiesto en esta biografía. He de confesar, empero, que en ocasiones, leyéndola, he sentido un cierto reparo en enterarme en las circunstancias personales menos halagüeñas de esta mujer (y no digamos ya de sus familiares más cercanos, que ahí sí que hay mucha tela que cortar), ya que, como he mencionado, no fue un personaje público hasta después de su fallecimiento y en vida se mostró en numerosas ocasiones de lo más reservada acerca de sí misma y su pasado. pero, en fin, supongo que es lo que tiene ser el objeto de una biografía tan (ahí voy de nuevo) exhaustiva como ésta.

Un último apunte y prometo que ya acabo, para explicar el calificativo de "engañoso" que he utilizado al comienzo de esta reseña: tras leer la biografía, no estoy en absoluto de acuerdo con ese sobrenombre de "la niñera fotógrafa"; si algo queda claro y diáfano en este libro es que antes que cualquier otra cosa, la vocación de Vivian Maier era la fotografía, vocación artística e incluso podríamos decir que vital, no un mero hobby... Que no consiguiese dedicarse a ello profesionalmente fue algo circunstancial, pues ella lo intentó y, sobre todo, articuló en buena medida su vida alrededor de la fotografía, aunque tuviese que ganarse la vida ejerciendo de niñera. De ahí que creo que debemos considerarla más "la fotógrafa niñera" que "la niñera fotógrafa", del mismo modo que (ya que estamos en blog sobre libros)  no consideramos a Kafka "el oficinista escritor", a Bukowski "el cartero escritor" o a Lucia Berlin "la mujer de la limpieza escri.... vale, éste no es el mejor ejemplo (aunque también es muy significativo cómo nos cuesta más reconocer la categoría artística a las mujeres y más aún si han ejercido oficios de poco prestigio). Da igual, en todo caso: lo importante es conocer y disfrutar la extraordinaria obra de esta artista, una de las fotógrafas callejeras más interesantes del siglo XX -pródigo en esta variedad de fotografía- y apreciar la visión que nos ofrece del mundo que conoció, de la época que le toco vivir...

Para quien tenga curiosidad sobre la figura de Vivian Maier y conocer sus fotografías , puede encontrar muchas de ellas en este blog:    <http://vivianmaier.blogspot.com>