Liliana Blum: Ráfaga roja
Idioma original: españolAño de publicación: 2025Valoración: Está bienRáfaga roja narra la historia de Hannie Schaft, figura destacada de la resistencia antinazi, desde un punto de vista en primera persona y media (el narrador, Hannie, le cuenta la historia a un interlocutor que no somos nosotros). Desde la celda donde sufre torturas y aguarda su inminente ejecución, rememora su vida y su lucha. Esto no es un spoiler: Hannie Schaft existió y los hechos son reales. De hecho, resulta una trama apasionante: la de una joven que mataba nazis. Sin embargo, la novela no logró convencerme del todo.Quizá lo que más me desconcertó fue el tono desenfadado, casi de desapego, con el que se narra la historia. A pesar de ser víctima de la sed, el hambre y el dolor, la evocación alegre de sus años de juventud, de sus inicios en la resistencia y de sus actividades subversivas adquiere un matiz casi fantástico. En una situación tan terrible y desesperanzadora, no solo por su encarcelamiento, sino también por la guerra y el auge del nazismo, uno esperaría sentirse conmovido, aterrado o desesperanzado. Sin embargo, no es así: la historia resulta interesante y la figura de Schaft cautivadora, siempre que uno conozca su trayectoria o decida indagar en la Wikipedia. Creo que es un riesgo al que uno se expone al escribir sobre una figura histórica: apoyarse demasiado en las hazañas del personaje real y descuidar al personaje novelístico. No estoy seguro de que la Hannie Schaft de la novela se sostenga por sí misma. Además, la saturación de relatos sobre el nazismo y la Segunda Guerra Mundial provoca que muchos pasajes resulten redundantes, a pesar de que ocurran en un lugar del que poco se habla. Quizá un lector poco familiarizado con el tema y con ojos vírgenes viva la obra de forma distinta, pero no fue mi caso.Por otra parte, la novela posee varios aciertos notables: Liliana Blum escribe con precisión, es capaz de plasmar la cotidianidad de la vida en la resistencia; el ritmo, alternando recuerdos íntimos con momentos de tensión, hace amena la lectura; la reconstrucción histórica es rigurosa, valiéndose de datos y referencias auténticas que aportan profundidad y credibilidad; y, sobre todo, la voz de Hannie Schaft, aunque a veces distante, resulta memorable.En conjunto, me parece una obra interesante; sin embargo, considerando los altos estándares a los que Liliana Blum nos tiene acostumbrados, acaba quedándose algo corta.Otras obras de Liliana Blum en ULAD: Un descuido cósmico, El monstruo pentápodo

Año de publicación: 2025
Valoración: Está bien
Ráfaga roja narra la historia de Hannie Schaft, figura destacada de la resistencia antinazi, desde un punto de vista en primera persona y media (el narrador, Hannie, le cuenta la historia a un interlocutor que no somos nosotros). Desde la celda donde sufre torturas y aguarda su inminente ejecución, rememora su vida y su lucha. Esto no es un spoiler: Hannie Schaft existió y los hechos son reales. De hecho, resulta una trama apasionante: la de una joven que mataba nazis. Sin embargo, la novela no logró convencerme del todo.
Quizá lo que más me desconcertó fue el tono desenfadado, casi de desapego, con el que se narra la historia. A pesar de ser víctima de la sed, el hambre y el dolor, la evocación alegre de sus años de juventud, de sus inicios en la resistencia y de sus actividades subversivas adquiere un matiz casi fantástico. En una situación tan terrible y desesperanzadora, no solo por su encarcelamiento, sino también por la guerra y el auge del nazismo, uno esperaría sentirse conmovido, aterrado o desesperanzado. Sin embargo, no es así: la historia resulta interesante y la figura de Schaft cautivadora, siempre que uno conozca su trayectoria o decida indagar en la Wikipedia.
Creo que es un riesgo al que uno se expone al escribir sobre una figura histórica: apoyarse demasiado en las hazañas del personaje real y descuidar al personaje novelístico. No estoy seguro de que la Hannie Schaft de la novela se sostenga por sí misma. Además, la saturación de relatos sobre el nazismo y la Segunda Guerra Mundial provoca que muchos pasajes resulten redundantes, a pesar de que ocurran en un lugar del que poco se habla. Quizá un lector poco familiarizado con el tema y con ojos vírgenes viva la obra de forma distinta, pero no fue mi caso.
Por otra parte, la novela posee varios aciertos notables: Liliana Blum escribe con precisión, es capaz de plasmar la cotidianidad de la vida en la resistencia; el ritmo, alternando recuerdos íntimos con momentos de tensión, hace amena la lectura; la reconstrucción histórica es rigurosa, valiéndose de datos y referencias auténticas que aportan profundidad y credibilidad; y, sobre todo, la voz de Hannie Schaft, aunque a veces distante, resulta memorable.
En conjunto, me parece una obra interesante; sin embargo, considerando los altos estándares a los que Liliana Blum nos tiene acostumbrados, acaba quedándose algo corta.