Juan Montiel: Cada lunes de aguas
Idioma original: Español Año de publicación: 2025Valoración: Está muy bienApenas 6 textos y 140 páginas son más que suficientes para que me atreva a aventurar que Juan Montiel es un magnífico autor de relatos y que este Cada lunes de aguas debería ser objeto de mucha mayor atención por parte de los medios. ¡Pero para eso estamos nosotros, para llegar a donde otros no llegan!Con un posible encaje en lo genérico cercano al gótico rural, varios son los "lugares comunes" que comparten estos relatos:el lenguaje, apegado a la tierra, que confiere a los textos una ambientación de otra época.su ubicación espacial en lugares, ya sean cerrados o abiertos, tan lúgubres y oscuros como la imagen de cubierta.la permanente presencia de la violencia.la importancia fundamental del contacto físico y la interrelación de este con la citada violencia. Casi (o sin el casi) todas estas dos características me llevan a pensar en La lluvia amarilla de Llamazares o en As Bestas. Pero más allá de referencias más o menos claras, los relatos de Juan Montiel destacan por:el lenguaje. No estamos ante un vano ejercicio de erudición. La apuesta estilística es clara, pero está plenamente al servicio de los textos, de sus atmósferas y desarrollos.el manejo de lo no dicho, de los gestos, los detalles, las miradas o lo apenas insinuado, que son clave en la trama de todos y cada uno de los relatoslos finales, abiertos por lo general, que hacen que uno se quede dando vueltas durante un rato a lo leído.las oscuras y turbias atmósferas.Si tuviera que elegir entre alguno de los relatos que componen Casa lunes de aguas, me quedaría con el impacto inicial de Ardides de Caín, con la tensión subyacente a lo largo de Jarandina y con la conjunción de muerte y deseo de Amical.Pero los otros tres textos, El costado blanco de mi amor, Todas las tardes había fiesta y Sintra [343], tienen también un altísimo nivel y hacen de este volumen una estupenda (aunque algo breve) colección de relatos. ¿Que no habíais oído hablar de él? Bueno, ya lo hemos arreglado. Ahora solo os queda buscarlo y leerlo, si os atrevéis.

Año de publicación: 2025
Valoración: Está muy bien
Apenas 6 textos y 140 páginas son más que suficientes para que me atreva a aventurar que Juan Montiel es un magnífico autor de relatos y que este Cada lunes de aguas debería ser objeto de mucha mayor atención por parte de los medios. ¡Pero para eso estamos nosotros, para llegar a donde otros no llegan!
Con un posible encaje en lo genérico cercano al gótico rural, varios son los "lugares comunes" que comparten estos relatos:
- el lenguaje, apegado a la tierra, que confiere a los textos una ambientación de otra época.
- su ubicación espacial en lugares, ya sean cerrados o abiertos, tan lúgubres y oscuros como la imagen de cubierta.
- la permanente presencia de la violencia.
- la importancia fundamental del contacto físico y la interrelación de este con la citada violencia.
- el lenguaje. No estamos ante un vano ejercicio de erudición. La apuesta estilística es clara, pero está plenamente al servicio de los textos, de sus atmósferas y desarrollos.
- el manejo de lo no dicho, de los gestos, los detalles, las miradas o lo apenas insinuado, que son clave en la trama de todos y cada uno de los relatos
- los finales, abiertos por lo general, que hacen que uno se quede dando vueltas durante un rato a lo leído.
- las oscuras y turbias atmósferas.