La horchata recién hecha de La Campana en Barcelona
La horchata recién hecha de La Campana en Barcelona La horchata de La Campana, en la calle Princesa de Barcelona, es una maravilla. Lejos de las industriales, viejas y pasteurizadas, es horchata de verdad, hecha en el momento, con materia prima de primera y oficio. La chufa llega en sacos desde l’Horta Nord, concretamente de […] La entrada La horchata recién hecha de La Campana en Barcelona se publicó primero en El Cocinero Fiel.

La horchata recién hecha de La Campana en Barcelona
La horchata de La Campana, en la calle Princesa de Barcelona, es una maravilla. Lejos de las industriales, viejas y pasteurizadas, es horchata de verdad, hecha en el momento, con materia prima de primera y oficio.
La chufa llega en sacos desde l’Horta Nord, concretamente de Alboraia, la cuna valenciana de este tubérculo milagroso. Allí, pequeños productores la cultivan como se ha hecho siempre: regadío tradicional, sol, tiempo y cuidado. Cuando llega a La Campana, la limpian a conciencia, la hidratan y la pasan por el molino que tienen justo detrás del mostrador.
El proceso es casi hipnótico. Con un poco de presión y un hilo de agua, va saliendo la horchata poco a poco, blanca, fresca, ligeramente espesa, con ese aroma vegetal que la distingue. La sirven también sin azúcar, aunque la mayoría la prefiere dulce. En ese caso, el azúcar se añade en caliente, para que se disuelva bien y no queden cristales. Pero lo mejor es que, como tienen ambas versiones preparadas, puedes pedirla al gusto, más dulce, más neutra, como quieras. Yo la tomo sin azúcar, bien fría, con ese punto terroso que te recuerda que estás bebiendo algo natural, sin artificios.
Con el calor que hace en Barcelona estos días, pocas cosas hay más refrescantes y sanas. Las hermanas que llevan el negocio, cuarta generación, siguen la línea marcada por su bisabuelo Francisco Mira Miralles, que fundó La Campana en 1890. Además de horchata, elaboran helados, turrones y polvorones con recetas propias y productos de temporada. Son gente que hace las cosas bien. Sin prisas. Con orgullo.
Si os acercáis, id con tiempo. En Barcelona no se suele beber con fartons, pero también tienen para mojar. Y si al terminar pensáis que nunca habíais probado una horchata como esa, no os preocupéis: es bastante normal. Cuatro generaciones tras un sorbo refrescante, no es algo que se encuentre en cualquier sitio.
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