Sobre autores y recuerdos: Bill Mantlo (III)

Escribir cartas a Bill Mantlo: una nueva iniciativa promovida por su hija Corinna, para ayudar al guionista.

May 20, 2025 - 12:50
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Sobre autores y recuerdos: Bill Mantlo (III)

Quienes conozcan mis aportaciones a esta página conocerán de mi inclinación por ciertos autores que, debo reconocerlo, me abrieron las puertas a unas historias que forjaron mi afición a la lectura de tebeos, en un tiempo en el que todo era nuevo y sorprendente. El guionista Bill Mantlo ocupa un puesto destacado en ese grupo.

Descubrí a Mantlo en las páginas de la serie compartida entre Alpha Flight y el Increíble Hulk -en ese entonces aún llamado la Masa en las ediciones patrias-. Compré un tomo recopilatorio porque aparecía el gigante verde y me quedé en la serie hasta su final, porque las andanzas de los Alfalfa Light también captaron mi atención. Años después descubriría la etapa de John Byrne y, reconociendo que es la etapa definitiva del grupete, soy de la consideración de que Mantlo fue un continuador aceptable que si bien convirtió a Alpha Flight en un equipo más convencional, mantuvo un aspecto esencial de la cabecera: su componente terrorífico. Tiempo después fui descubriendo más de los trabajos de maese Bill: su larga etapa como contador de las historias del mentado Hulk, sus guiones la escudería arácnida y su capacidad para convertir líneas de juguetes no muy exitosos en personajes de tebeo como mérito propio. Sin embargo, toda obra nueva desapareció tras su marcha de la colección MTO: Alpha Flight / La Masa, con un epílogo deceero en el evento ¡Invasión!

Hay que tener en cuenta que en ese momento corre el año 1992. La Red no es conocida y la sociedad de la información algo por venir. Las noticias llegan a través de los correos que acompañan a las ediciones españolas. Primero llegó la noticia de su accidente y se habló del inicio de un lento proceso de recuperación, con el horizonte de que el escritor volviera a sus labores. Vana esperanza, el acceso a más y más detalladas fuentes dibujó una demoledora realidad: Bill Mantlo había sido arrollado por un automóvil mientras patinaba, dándose el conductor a la fuga y quedando, hasta donde he podido averiguar, impune. El atropello provocó unos daños cerebrales con secuelas permanentes que han determinado que Mantlo haya necesitado durante los últimos treinta y cinco años cuidados constantes.

No es la primera ocasión en la que traigo a colación el estado actual de don Bill. En 2011 comenté por aquí la iniciativa que su hija Corinna denominó The Bill Mantlo Project y en 2019 recogí la petición de su cuidador de entonces, su hermano Mike (el cual fallecería en 2020). En ambos casos resultaba vergonzante la comprobación de que el entorno del guionista tuviera que apelar a la caridad, mientras sus creaciones eran objeto de una fructífera explotación por parte de sus antiguos empleadores. Como no hay dos sin tres, hoy vuelvo a traer por aquí otro pedimento de su familia. Cedo la palabra una vez más a doña Corinna Mantlo:

Hi everyone, just wanted to mention that if you would like to send my dad a postcard, letter, or drawings, I read them to him every time I visit. He was once famous for answering every letter he received, though this is no longer possible, he does love to hear the stories that people send to him!
All mail large and small can be sent to our P.O. Box:
Bill Mantlo
329 Beach 59st
Unit 920756
Arverne, NY 11692

Este llamamiento, encontrado en este grupo caralibrero dedicado al autor, está complementado por otro comentario de la promotora:

Please thoughtful, personal items only. nothing of monetary value. He has everything he needs and fans shouldn’t send money or spend any on him.

Es bueno saber que en estos seis años la situación de Bill Mantlo ha mejorado y que, al menos hasta el momento en el que escribo estas líneas, no está económicamente necesitado. Es bueno conocer esta muestra de amor y devoción final y finalmente, saber que existe la oportunidad de dar las gracias por todas las horas de diversión. Puede que no fuera el mejor de los guionistas; puede que sus obras no hayan superado la prueba del tiempo, pero al menos para quien estas líneas escribe, le dio muchas horas de diversión.