Cómo cocer espárragos blancos: tiempo y trucos para que queden perfectos
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Saber cómo cocer espárragos blancos en casa puede parecer más complicado de lo que realmente es, sobre todo si los compras frescos y te enfrentas por primera vez a ese manojo de tallos gruesos, con su punta cerrada y su color pálido casi fantasmal. Pero una vez le pillas el truco, no hay vuelta atrás: los cocemos en su punto, los servimos con un poco de mayonesa o una vinagreta sencilla, y listo, plato de restaurante en tu propia cocina.
En primavera, cuando los espárragos están en plena temporada, los vemos en los mercados con ese aspecto impecable y siempre nos entra la duda: ¿cómo se preparan bien? ¿Cuánto tiempo hay que cocerlos para que queden tiernos, sin que se deshagan ni parezcan chicle? En casa lo hemos aprendido a base de ensayo y error, y justo eso es lo que queremos evitarte.
Además, es un alimento ligero, con fibra y minerales, que queda bien tanto en un plato formal como en una cena rápida. Así que vamos a repasar desde cómo elegirlos hasta cómo cocerlos paso a paso para que queden perfectos. No necesitas mucho más que una olla, un pelador y un poco de paciencia.
Cómo elegir y preparar los espárragos blancos

Antes de ponernos a cocer nada, hay que empezar por el principio: elegir bien los espárragos. No todos valen, y si están un poco pasados o secos, da igual lo que hagamos en la olla porque no van a quedar bien.
Lo primero que miramos es que los tallos estén rectos, firmes y sin manchas. Si los tocas y se doblan con facilidad, mala señal. La yema (la parte superior) debe estar bien cerrada, sin abrirse ni tener un aspecto fibroso. Y en cuanto al color, tienen que ser completamente blancos, sin partes verdes, ya que en cuanto les da el sol, empiezan a cambiar de sabor y textura.
Una vez en casa, lo primero que hacemos es pelarlos. Es un paso que no nos podemos saltar, porque la piel es muy fibrosa. Con un pelador de verduras, empezamos justo debajo de la yema y bajamos hasta el final del tallo. Mejor hacerlo despacio y con cuidado, porque si dejamos zonas sin pelar, al cocerlos van a quedar duros.
Después, cortamos más o menos un par de centímetros de la base. Es la parte más leñosa y no vale la pena cocerla. Si los espárragos son muy gruesos, también podemos hacer un pequeño corte longitudinal en la base para que se cuezan mejor por dentro.
Y un truco extra: si no los vamos a cocer justo después de pelarlos, los envolvemos en un paño húmedo y los metemos en la nevera. Así aguantan unas horas sin secarse.
Cómo cocer espárragos blancos en casa paso a paso
Ingredientes
- 500 g de espárragos blancos frescos
- 1 litro y medio de agua
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de azúcar (opcional)
- 1 rodaja de limón (opcional)
Pasos para cocer espárragos blancos
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Pelamos los espárragos comenzando justo debajo de la yema, con cuidado de no romperlos. Cortamos unos 2 cm del extremo inferior, que es la parte más dura.
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Ponemos al fuego una olla alta con el agua, la sal y, si queremos, una cucharadita de azúcar y una rodaja de limón. El azúcar ayuda a suavizar el sabor ligeramente amargo que pueden tener algunos espárragos, y el limón mantiene el color blanco.
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Cuando el agua esté hirviendo, colocamos los espárragos en vertical si tenemos una olla especial, o en horizontal si usamos una normal. En ese caso, intentamos que las yemas queden hacia arriba para que no se pasen de cocción.
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Tapamos y dejamos cocer entre 15 y 25 minutos, dependiendo del grosor. Para comprobar si están listos, pinchamos con un cuchillo fino o un palillo: debe entrar sin resistencia, pero sin que se deshagan.
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Cuando estén tiernos, los sacamos con cuidado y los colocamos sobre papel de cocina para que escurran bien.
Consejos para cocer espárragos blancos
Aunque la receta es muy sencilla, hay unos cuantos detalles que marcan la diferencia entre unos espárragos sosos y unos que queden en su punto, sabrosos y bien presentados. Aquí van algunos trucos que usamos en casa:
- Cuanto más frescos, mejor salen
Si los espárragos llevan días en la nevera o los compras algo mustios, lo más probable es que no queden tiernos ni tengan buen sabor. Lo ideal es cocerlos el mismo día que los compras. - Pélalos con calma y sin prisas
El pelado es clave. Si quedan tiras de piel, esas partes no se ablandan con la cocción. Pasa el pelador al menos dos veces por cada lado, y asegúrate de no tocar la yema, que es la parte más delicada. - No llenes la olla hasta arriba
Si usas una olla normal, pon suficiente agua para cubrir los tallos, pero deja las yemas un poco fuera. Son más delicadas y con el vapor se cocinan perfectamente sin deshacerse. - El azúcar y el limón son opcionales, pero ayudan
No cambian el sabor radicalmente, pero el azúcar compensa posibles notas amargas y el limón mantiene ese color blanco bonito. Eso sí, con un poquito basta, no hace falta pasarse. - Mejor cocer de más que de menos… pero sin pasarnos
Un espárrago blanco duro arruina la experiencia. Si dudas, mejor cocer uno de prueba y ajustar tiempos. Recuerda que los muy gruesos pueden necesitar hasta 25 minutos. - Enfría con suavidad
Si no los vas a comer en caliente, pásalos a un bol con agua fría con hielo solo un minuto. Así no se siguen cociendo y mantienen mejor la textura
Cómo conservar los espárragos cocidos

Una vez cocidos, los espárragos blancos aguantan bien unos días si los guardamos correctamente. Eso sí, cuanto antes los consumamos, mejor estarán en textura y sabor.
- En la nevera
Los dejamos enfriar por completo y los guardamos en un recipiente hermético. Si los queremos muy jugosos, podemos añadir un poco del agua de cocción o un chorrito de su propio jugo si los hemos hecho con limón. Así se mantienen bien entre 2 y 3 días. - Congelados, solo si no queda otra
Congelar espárragos cocidos no es lo ideal, porque pierden bastante textura al descongelarse. Si lo hacemos, es mejor que estén muy bien escurridos, y envolverlos uno a uno en film antes de meterlos en una bolsa o táper. Aguantan unos 2 meses, pero al descongelarlos van mejor en cremas o salsas que para comer tal cual. - Para recalentarlos
Si los queremos servir calientes, lo mejor es darles un toque rápido de vapor o microondas, cubiertos para que no se resequen. Evitamos hervirlos de nuevo, porque se desharán
Preguntas frecuentes sobre los espárragos blancos
¿Cuánto tiempo se cuecen los espárragos blancos?

Depende del grosor. Los finos pueden estar listos en unos 15-18 minutos, mientras que los muy gruesos pueden tardar hasta 25. Lo mejor es pinchar con un palillo: si entra fácil, ya están.
¿Hay que pelarlos siempre?

Sí, sin excepción. La piel es muy fibrosa y aunque parezcan tiernos por fuera, si no los pelas, quedarán duros y desagradables de comer.
¿Qué diferencia hay entre los espárragos blancos y los verdes?

La principal es que los blancos crecen bajo tierra y no reciben luz, por eso no desarrollan clorofila. Son más gruesos, tienen un sabor más suave y requieren pelado y cocción más larga que los verdes.
¿Se pueden cocer los espárragos blancos al vapor o en microondas?
Sí. Al vapor tardan algo más (unos 25-30 minutos) pero quedan muy bien. En microondas también se pueden hacer, envueltos en film con unas gotas de agua, durante 6-8 minutos a máxima potencia. Pero el resultado suele ser algo más irregular.
¿Se pueden congelar los espárragos blancos ya cocidos?
Se puede, pero no es lo ideal. Pierden textura al descongelarse. Si vas a usarlos en una crema o salsa, perfecto; si los quieres servir enteros, es mejor no congelarlos.
¿Cómo saber si ya están bien cocidos?
Pincha un espárrago en la parte media con la punta de un cuchillo o un palillo. Si entra sin dificultad pero notas cierta resistencia (sin que se deshaga), están en su punto.
Saber cómo cocer espárragos blancos en casa no tiene ningún misterio si se siguen unos pasos básicos y se presta atención a los detalles. Es una de esas cosas que, cuando le pillas el truco, se vuelve rutina cada primavera. Ya sea para servirlos con mayonesa, meterlos en un revuelto o hacerlos gratinados, tener unos buenos espárragos cocidos en la nevera siempre da juego.
Y si un día te animas, también puedes preparar una crema de espárragos blancos o una ensalada templada de espárragos con huevo y jamón que no tiene nada que envidiar a la del restaurante.
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