La alegría de escribir

Julio José Ordovás ha escrito una novela caleidoscópica, a medio camino entre el diario íntimo y la literatura flâneur, en la que muestra el modo en que la ciudad le atrapa, araña, arropa, acaricia y consuela. En este making of Julio José Ordovás explica el origen de Lecciones de abismo (Xórdica). *** Escribir es una... Leer más La entrada La alegría de escribir aparece primero en Zenda.

Jun 8, 2025 - 11:05
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La alegría de escribir

Julio José Ordovás ha escrito una novela caleidoscópica, a medio camino entre el diario íntimo y la literatura flâneur, en la que muestra el modo en que la ciudad le atrapa, araña, arropa, acaricia y consuela.

En este making of Julio José Ordovás explica el origen de Lecciones de abismo (Xórdica).

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De niño no necesitaba a nadie para jugar a baloncesto. Pasaba horas y horas lanzando yo solo, incansablemente, la pelota a la canasta. Me montaba mis películas mentales y trataba de emular a Larry Bird, mi jugador favorito de todos los tiempos. Admiraba su temple, su precisión, su elegancia. El pequeño pueblo en el que crecí estaba a una distancia sideral de Boston, pero Larry Bird, más que un ídolo, era un amigo imaginario para mí.

Escribir es una forma de jugar solo y también de prolongar la infancia. Estas Lecciones de abismo han sido, durante unos años, mi cancha de básquet, mi patio de recreo, la libreta con la que salía a cazar historias por las calles de Zaragoza.

"Lecciones de abismo es un libro de estructura fractal y rizomática, un juego de espejos, un puzle al que le falta alguna que otra pieza. Está hecho de fragmentos porque la ciudad, la realidad y la vida son fragmentarias"

Frente a todos esos escritores profesionales, cínicos y chulescos que se jactan de escribir solo por dinero, yo quería reivindicar el amateurismo, la pasión y la pulsión de escribir, de escribir por escribir, como el que pasea por pasear. Quería que mi libreta fuera como el cuaderno de dibujo que Goya siempre llevaba consigo. “Aún aprendo”, escribió Goya a sus ochenta años. Goya nunca dejó de aprender y de disfrutar con la pintura. Y yo pensaba en Goya, en su capacidad de aprendizaje y de disfrute, cuando salía a callejear y a escribir como de niño pensaba en Larry Bird cuando jugaba a baloncesto. Y pensaba en Balzac y en Sebald y en Perec y en Ramón Gómez de la Serna y en Modiano y en Azorín y en tantos otros escritores callejeadores. La alegría de andar, tituló César González-Ruano uno de sus libros, y este libro trata sobre todo de eso: de la alegría de andar, que es la alegría de vivir y de escribir.

Lecciones de abismo es un libro de estructura fractal y rizomática, un juego de espejos, un puzle al que le falta alguna que otra pieza. Está hecho de fragmentos porque la ciudad, la realidad y la vida son fragmentarias. También está hecho de distintas voces y de distintos rostros porque la ciudad de la que uno forma parte es una polifonía de voces y una confusión de rostros, de pequeñas historias que se ensamblan, se mezclan y se superponen. La ciudad se transforma día a día, imparablemente, y nosotros con ella.

"Me da la sensación de que estas páginas se han escrito solas y lo único que yo he tenido que hacer ha sido darles forma, coserlas, encajar unas con otras, y ponerles un título"

Uno de mis propósitos, cuando empecé a escribir Lecciones de abismo, era dar rostro y voz a toda esa gente a la que nadie mira (o mira por encima del hombro) cuando se cruza a diario con ella, a los humillados y ofendidos, a los que no dejan rastro cuando desaparecen. Tenía en la cabeza uno de los libros realmente valiosos que se han publicado en los últimos años: Manual para mujeres de la limpieza, de Lucia Berlin. Como Lucia, yo también pretendía husmear en las grietas de nuestra sociedad de consumo y de bienestar, levantar las alfombras, hurgar en los cubos de basura y en los rincones oscuros.

Hay libros que no los eliges tú, sino que te eligen ellos a ti. Eso me ha pasado a mí con Lecciones de abismo. Me da la sensación de que estas páginas se han escrito solas y lo único que yo he tenido que hacer ha sido darles forma, coserlas, encajar unas con otras, y ponerles un título. Aspiraba a escribir un libro libre, rebelándome contra la tiranía de los géneros, contra el afán clasificador y fiscalizador de los académicos, y no sé si lo he conseguido, pero he disfrutado mucho con ello. Cuando no disfrute escribiendo, tiraré al Ebro mi libreta y me dedicaré a otra cosa.

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Autor: Julio José Ordovás. Título: Lecciones de abismo. Editorial: Xórdica. Venta: Todos tus libros.

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