Lenka Reinerová. Todos los colores del sol y de la noche.
Libros del asteroide, 2009. 220 páginas. Tit. or. Alle farben der sonne und der nacht. Trad. Juan de Sola Llovet. Relato de los quince meses que la autora estuvo detenida fruto de las purgas estalinistas, interrogada sin pausa, a pesar de pertenecer al partido comunista y no haber hecho nada malo. Durante el confinamiento rememora momentos de su pasado que traen un poco de luz a la noche en la que vive. Documento desgarrador y terrible, sorprende la actitud de la autora, empeñada en buscar en cada momento colores del sol que le ayuden a sobrellevar el encierro, y la entereza con la que lo soporta. Estuvo detenida por la Gestapo y, bajo otro espectro ideológico, pero igual de autoritario, sufre la misma suerte. Como se dice en el epílogo, una hora de felicidad es capaz de iluminar un trecho de un camino lleno de espinas. Muy bueno. vez fuera él quien no tenía la menor idea de cómo la gente joven pensaba y actuaba en común –no con „contados» _. con la mayor naturalidad en el día a día. Tal como estaban las cosas, nos parecía bastante sencillo. Había algunas personas que lo tenían todo, y muchas otras a... The post Lenka Reinerová. Todos los colores del sol y de la noche. first appeared on Cuchitril Literario.
Libros del asteroide, 2009. 220 páginas.
Tit. or. Alle farben der sonne und der nacht. Trad. Juan de Sola Llovet.
Relato de los quince meses que la autora estuvo detenida fruto de las purgas estalinistas, interrogada sin pausa, a pesar de pertenecer al partido comunista y no haber hecho nada malo. Durante el confinamiento rememora momentos de su pasado que traen un poco de luz a la noche en la que vive.
Documento desgarrador y terrible, sorprende la actitud de la autora, empeñada en buscar en cada momento colores del sol que le ayuden a sobrellevar el encierro, y la entereza con la que lo soporta. Estuvo detenida por la Gestapo y, bajo otro espectro ideológico, pero igual de autoritario, sufre la misma suerte.
Como se dice en el epílogo, una hora de felicidad es capaz de iluminar un trecho de un camino lleno de espinas.
Muy bueno.
vez fuera él quien no tenía la menor idea de cómo la gente
joven pensaba y actuaba en común –no con „contados» _.
con la mayor naturalidad en el día a día.
Tal como estaban las cosas, nos parecía bastante sencillo.
Había algunas personas que lo tenían todo, y muchas otras
a las que les faltaba de todo. Hubo gente que construyó
campos de concentración, y otra que fue encerrada, torturada
y asesinada en esos mismos campos por defender una
verdad de la que estaban convencidos. En el mundo había
justicia e injusticia, humanidad y una nueva barbarie. A la
gente joven y reflexiva no le costaba especialmente tomar
partido.
Cuando finalmente terminó la terrible guerra, fueron
muchos los qué, llenos de esperanza, creyeron que ese
capítulo inaudito de la historia había llegado a su fin. Ya
nadie moriría nunca más por pertenecer a un pueblo, por
el color de su piel, por su religión o por sus convicciones.
iNo podía tratarse de un error! ¿Cómo era posible que una
oleada inmunda de acusaciones, mentiras y crueldad inundara
de nuevo los países que tanto habían sufrido y que
apenas despertaban a una nueva vida? ¿De dónde procedía
el afán furibundo de asfixiar al otro que hay en el
hombre?
¿Y los colores del sol? Ésta era probablemente una idea
descabellada que me venía a la cabeza una y otra vez en los
momentos de gran desconsuelo. Mi vida tiene los colores del
sol. Cuando apenas podía respirar y se me hinchaban los
pies. Mi vida tiene los colores del sol. Cuando me dolían
todos los huesos, cuando era incapaz de comer y de bebe;
cuando no me daban nada. Mi vida tiene el color reluciente
del sol.
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