Barajas: los controles no pueden con los sintecho más conflictivos

Los trabajadores del aeropuerto de Barajas advierten que, pese a los controles de acceso nocturnos instaurados por Aena hace dos semanas, los indigentes más conflictivos continúan dentro de las terminales. “Aún permanecen aquí”, señalan algunos trabajadores, que denuncian una situación de inseguridad persistente y reclaman medidas más contundentes (Así presiona Aena a los sintecho para que abandonen Barajas).

Según informa El Español, la restricción de acceso a las terminales entre las 21:00 y las 5:00 ha logrado reducir la presencia de personas sin hogar en el interior del aeropuerto. Sin embargo, algunos simplemente se han trasladado a otras zonas, por lo que no se soluciona el problema. “Muchos se han ido al parking, otros al pueblo, sobre todo ahora que hace buen tiempo”, cuenta un indigente que lleva años durmiendo en la T1 (Inseguridad en Barajas: el parking “se ha convertido en una zona sin ley”).

Lo que sí es cierto es que los controles son efectivos contra aquellos que optan por salir y entrar de las instalaciones. Otro de los sintecho asegura a Madrid Total que “no podemos ni salir a fumar. La semana pasada, después de un cigarro no me dejaron entrar y tuve que dormir en la calle”. Además, teme el impacto del censo que preparan Aena y el ejecutivo regional. “Tenemos miedo de qué pasará después”.

Este censo, tal y como informó el alcalde, José Luis Martínez Almeida, consistirá un “proceso de identificación individualizado de las personas que están en el aeropuerto que permita dar la mejor asistencia social posible en función de cada problema”. Todo apunta a que será Fresno Consulting la encargada de realizar este conteo.

Y mientras tanto, empleados del aeropuerto aseguran estar “hartos” de una situación que consideran “insostenible”. Varios trabajadores relatan haber sufrido insultos y amenazas por parte de algunos sintecho con patologías mentales. “Hay un grupo complicado que incluso lleva chalecos amarillos y se hacen pasar por empleados, cobrando a los pasajeros por servicios que ya existen”, explica una trabajadora.

Por ello, insisten en una intervención integral y coordinada de las administraciones, ya que, para muchos de ellos, el aeropuerto “se ha convertido en una especie de Bronx”. “No queremos criminalizar a nadie, sabemos que hay muchas realidades. Pero esto afecta a nuestra seguridad”, concluyen.