Año de publicación: 2023
Valoración: Está bien
Adoro a esas editoriales actuales que, con mayor o menor acierto, homenajean a la literatura "pulp". Me vienen unas cuantas a la cabeza: la difunta
Pulpture, Proyecto Estefanía,
Matraca,
Isla de Nabumbu, etc... Ahora puedo sumar a la lista una que he descubierto recientemente. Se llama Yeray y destina su colección de bolsilibros a recuperar esa literatura popular, antaño conocida como de a duro, en sus distintas facetas (policíaco, terror, ciencia ficción, western, aventuras...).
El segundo volumen de tan prometedora colección se dedica al género del terror, e incluye dos novelas cortas. La primera, del español Alejandro Riera Guignet, se titula Dame tu muerte. La segunda, de la argentina Eneele Horst, Compulsión.
Ambas me han gustado. En general, cumplen holgadamente sus modestos objetivos: homenajear a la tradición hispana de bolsilibros y entretener al lector. Incluso me atrevería a decir que sorprenden gratamente en un par de apartados, en los que superan a la literatura popular más estandarizada.
Y es que los desarrollos de Dame tu muerte y Compulsión, sin ser un dechado de originalidad, demuestran cierta creatividad argumental y ambición temática. Asimismo, sus personajes, si bien son algo planos y estereotipados, no se sienten tan acartonados, ni sus roles tan previsibles, como los de otras ficciones "pulp". Y, por último, su prosa elude el estilo preñado de diálogos tan característico de la literatura escapista.
Con esto no quiero decir que estemos ante obras maestras. Hay que acudir a ellas con las expectativas adecuadas, previendo una prosa algo taquigráfica, una trama más bien efectista y un elenco sencillito. Sin embargo, insisto en que, dentro de los estándares "pulp", podrían considerarse aportaciones muy dignas, e incluso particularmente inspiradas en ciertos detalles (resulta un puntazo que ignoren clichés como el de los romances forzados).
Dame tu muerte, quizá la más terrorífica de las dos novelas cortas, trata sobre un guardaespaldas que, guiado por una voz misteriosa que anula su voluntad por completo, presencia al cadáver de una mujer víctima de un accidente de coche y se empieza a obsesionar con la muerte.
Destacaría, por encima de todo, su imaginería grotesca y "gore". Sin ser particularmente creativa o explícita, logra causar cierta repugnancia cuando es descrita, y alcanza cotas de perversidad y morbo muy elevadas en la escena del salón de baile. También resaltaría su potente primera mitad (exceptuando ciertos capítulos, de los que hablaré a continuación), pues concatena escenas con pasmosa agilidad, erige convincentemente una atmósfera sórdida y siembra un sugerente misterio.
Entre los aspectos negativos, citaría que algunos de sus capítulos introductorios no aportan nada relevante al conjunto, e incluso le restan solemnidad a causa de su (extremadamente ocasional, todo sea dicho) tono cómico. Asimismo, la revelación del misterio que permea la historia (¿qué es esa voz que guía al protagonista y a otros personajes?), aunque satisfactoriamente alocada, no me ha acabado de convencer, pero esto probablemente se debe a que yo hubiera preferido que las cosas discurrieran por otros derroteros.
Compulsión, por su parte, narra el reencuentro de dos hermanos, propiciado por la aparición de una extraña criatura que cada uno debe estudiar desde sus respectivos campos (el folklore y lo paranormal).
Me ha gustado el diseño de la criatura y sus habilidades (prolijamente detalladas y, aun así, capaces de desconcertar al lector). También los paralelismos que establece entre Asgeir y Pigmalión, o el escenario donde transcurre la segunda mitad de la historia.
En cambio, el tono global es un demasiado peliculero para mi gusto (sobre todo durante el último tercio de la obra, en el que una carrera contrarreloj culminará con una serie de inevitables explosiones). Además, los personajes, que se empapan de dicho tono, obedecen a una lógica a ratos inverosímil (amistades que se forjan en tiempo récord, arcos de redención predecibles, reconciliaciones conmovedoras, etc...).
Poco más que añadir sobre la segunda entrega de la colección Bolsilibros Yeray. Sólo insistir en que, de acudir a estas novelas cortas con las expectativas adecuadas, pasaremos un rato estupendo, e incluso seremos recompensados con algún que otro destello inesperado. Suficiente para alguien como yo, que sin haber vivido el auge de la Selección Terror de Bruguera y otras propuestas similares, las echa de menos ahora que apenas son un recuerdo de una época en la que la literatura popular vendía como churros.