Paco Roca defiende con una exposición la memoria histórica contra los “discursos políticos que blanquean la dictadura”
El dibujante homenajea su obra a través de una muestra en el Instituto Cervantes de Madrid que sirve como "forma de hacer justicia" a la memoria democráticaPaco Roca recurre al periodismo para dibujar la historia de las fosas comunes de la represión franquista La memoria histórica es un pilar fundamental para entender el presente y construir, a partir del pasado, un futuro más justo. Permite rescatar voces silenciadas y reivindicar derechos vulnerados, poniendo de nuevo en el mapa aquellos nombres que han sido borrados y que merecen existir. En el arte, la memoria democrática se refleja de una manera especial: logra acercar estas voces desde lo íntimo, desde lo cotidiano, desde lo humano. Convirtiendo el cómic en un espacio de reflexión, denuncia y homenaje, el dibujante Paco Roca (Valencia, 1969) siempre ha sabido canalizar estas inquietudes con sensibilidad y rigor. Sus obras, además de entretener, invitan a mirar atrás con conciencia crítica, a comprender la importancia del pasado en la identidad de una sociedad. Empaparse de las viñetas de Paco Roca no solo ayuda a empatizar con las experiencias de quienes han sido callados, sino que les trae de vuelta a la vida. Es precisamente por ello que la nueva exposición que inaugura el Instituto Cervantes, La memoria. Viaje emocional por los cómics de Paco Roca, supone un valioso recorrido a través de más de 70 obras del autor tanto para “vencer el olvido” como para “rescatar los recuerdos familiares, los testimonios de los silenciados por el franquismo y crear una memoria visual del pasado”. La muestra, comisariada por el propio Roca y coorganizada junto al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, se podrá visitar gratuitamente hasta el 28 de septiembre en la sede madrileña de la institución e incluye cuatro murales con dibujos inéditos. La relevancia de la exposición reside en que, como apunta Paco Roca, “el arte y los cómics tienen el poder de reivindicar determinados temas y reflexionar sobre asuntos que son importantes”. El dibujante encuentra en el lápiz y la literatura una “forma de hacer justicia” a aquellos temas sociales que definen las sociedades de hoy, impulsado por su interés por “rescatar personas del olvido”. A partir de ahí, la muestra se divide en tres partes: memoria histórica, identidad y memoria familiar. “Las democracias siempre son frágiles y la memoria, si la descuidas, se puede manipular y utilizar como una herramienta política”, cuenta Roca a elDiario.es, por lo que, “cuando haya discursos políticos en los que se blanquea la dictadura”, el autor llama a la necesidad de “sentir empatía”. Parte de la muestra de Paco Roca El novelista gráfico, que aprovecha la exposición para destacar la función de los historiadores, también indica que el trabajo de los mismos no llega fácilmente al público general, por lo que el “hueco que le queda” a la literatura, a los cómics y al cine es el de “reflexionar y hacer que la gente se de cuenta de lo que supone, por ejemplo, una dictadura”. “Se dice que la dictadura franquista fue una época de progreso, que aquello no fue tan cruel. Es bueno que podamos sentir la empatía de que eso no es así, de que hay historias de gente que sufrió por su ideología, por sus creencias sexuales, por sus creencias religiosas”, señala el autor, enfatizando que el “gran poder de la narrativa” es el de “poder empatizar”, algo que “ahora es más necesario que nunca”. El ganador del premio Nacional de Cómic 2008 por Arrugas (2007), una novela que ahonda en la tercera edad a través de una historia de alzhéimer en una residencia geriátrica, estuvo acompañado en el acto de inauguración de la muestra por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. Este destaca de la obra de Paco Roca su “profunda vocación humanista” y resalta que, “en esta sociedad de supersticiones modernas en la que vivimos, tomarse en serio el envejecimiento es una tarea fundamenta

El dibujante homenajea su obra a través de una muestra en el Instituto Cervantes de Madrid que sirve como "forma de hacer justicia" a la memoria democrática
Paco Roca recurre al periodismo para dibujar la historia de las fosas comunes de la represión franquista
La memoria histórica es un pilar fundamental para entender el presente y construir, a partir del pasado, un futuro más justo. Permite rescatar voces silenciadas y reivindicar derechos vulnerados, poniendo de nuevo en el mapa aquellos nombres que han sido borrados y que merecen existir. En el arte, la memoria democrática se refleja de una manera especial: logra acercar estas voces desde lo íntimo, desde lo cotidiano, desde lo humano. Convirtiendo el cómic en un espacio de reflexión, denuncia y homenaje, el dibujante Paco Roca (Valencia, 1969) siempre ha sabido canalizar estas inquietudes con sensibilidad y rigor. Sus obras, además de entretener, invitan a mirar atrás con conciencia crítica, a comprender la importancia del pasado en la identidad de una sociedad.
Empaparse de las viñetas de Paco Roca no solo ayuda a empatizar con las experiencias de quienes han sido callados, sino que les trae de vuelta a la vida. Es precisamente por ello que la nueva exposición que inaugura el Instituto Cervantes, La memoria. Viaje emocional por los cómics de Paco Roca, supone un valioso recorrido a través de más de 70 obras del autor tanto para “vencer el olvido” como para “rescatar los recuerdos familiares, los testimonios de los silenciados por el franquismo y crear una memoria visual del pasado”. La muestra, comisariada por el propio Roca y coorganizada junto al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, se podrá visitar gratuitamente hasta el 28 de septiembre en la sede madrileña de la institución e incluye cuatro murales con dibujos inéditos.
La relevancia de la exposición reside en que, como apunta Paco Roca, “el arte y los cómics tienen el poder de reivindicar determinados temas y reflexionar sobre asuntos que son importantes”. El dibujante encuentra en el lápiz y la literatura una “forma de hacer justicia” a aquellos temas sociales que definen las sociedades de hoy, impulsado por su interés por “rescatar personas del olvido”. A partir de ahí, la muestra se divide en tres partes: memoria histórica, identidad y memoria familiar. “Las democracias siempre son frágiles y la memoria, si la descuidas, se puede manipular y utilizar como una herramienta política”, cuenta Roca a elDiario.es, por lo que, “cuando haya discursos políticos en los que se blanquea la dictadura”, el autor llama a la necesidad de “sentir empatía”.
El novelista gráfico, que aprovecha la exposición para destacar la función de los historiadores, también indica que el trabajo de los mismos no llega fácilmente al público general, por lo que el “hueco que le queda” a la literatura, a los cómics y al cine es el de “reflexionar y hacer que la gente se de cuenta de lo que supone, por ejemplo, una dictadura”. “Se dice que la dictadura franquista fue una época de progreso, que aquello no fue tan cruel. Es bueno que podamos sentir la empatía de que eso no es así, de que hay historias de gente que sufrió por su ideología, por sus creencias sexuales, por sus creencias religiosas”, señala el autor, enfatizando que el “gran poder de la narrativa” es el de “poder empatizar”, algo que “ahora es más necesario que nunca”.
El ganador del premio Nacional de Cómic 2008 por Arrugas (2007), una novela que ahonda en la tercera edad a través de una historia de alzhéimer en una residencia geriátrica, estuvo acompañado en el acto de inauguración de la muestra por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. Este destaca de la obra de Paco Roca su “profunda vocación humanista” y resalta que, “en esta sociedad de supersticiones modernas en la que vivimos, tomarse en serio el envejecimiento es una tarea fundamental si queremos reivindicar el conocimiento humano y la convivencia”. Lo hace, además, con dardo a Isabel Díaz Ayuso: “Hay quien condena a muerte a los ancianos de una residencia porque considera que ya no merece la pena que sean tratados con medicamentos”.
Asimismo, García Montero declaró en la presentación que, “con un trazo sereno y comprometido, Paco Roca pone rostro a quienes fueron condenados al silencio”, haciendo así del cómic un “espacio de dignificación y justicia”. Sus palabras se sumaron a las de Fernando Martínez, secretario de Estado de Memoria Democrática, que considera el arte de Roca un “espacio de resistencia” en “estos momentos en los que hay tanta mentira, tanto revisionismo de la historia, tanto ruido que trata de silenciar los ecos del pasado”: “Recordar o hacer memoria no es una cuestión pasiva, es una responsabilidad”. Martínez menciona el cómic Los surcos del azar (2013), una historia sobre los primeros republicanos españoles que entraron a Francia a liberar el país. “Es una lección de memoria pedagógica, en España todavía se conoce poco lo que supuso aquello y en cualquier otro país serían grandes héroes”, subraya.
Paco Roca expone que la muestra consiste en un recorrido por las páginas de algunos de sus cómics que tienen la memoria como protagonista, algo que caracteriza su bibliografía por completo. “Ese combate estoico de la memoria contra el olvido es el tema que me ha llevado a dibujar buena parte de mis cómics”, comenta en uno de los murales expuestos. Entre los cómics que resurgen en el Instituto Cervantes, El invierno del dibujante (2010): “Me interesaba la iniciativa de aquellos dibujantes de la editorial Bruguera que, en plena dictadura, decidieron marcharse y montar su propia revista, y así tener más libertad y controlar sus creaciones”. Otro de los títulos que tienen su lugar es Mujer Vida Libertad (2023), obra coordinada por la historietista iraní Marjane Satrapi: “Me impactó la lucha de las mujeres iraníes por su libertad, que a veces con pequeños gestos cargados de simbolismo se juegan sus vidas”.
Construcción de un “archivo emocional de nuestro tiempo”
Sin duda, su homenaje a la memoria democrática es el gran atractivo de la muestra. “Mi interés por la memoria histórica viene de la curiosidad y de la inquietud por saber de una etapa de nuestro país silenciada durante más de cuarenta años”, alega el autor, que destaca en la exposición obras como El faro (2009) o El abismo del olvido (2023), “cómics que tratan de rescatar del olvido la vida de los que sufrieron la Guerra Civil y la dictadura franquista”. El viaje sobre estos libros se hace tomando como apoyo un mapa, que Paco Roca describe como “recuerdos”, pues la exposición supone un conjunto de mapas que crean un “itinerario emocional” por los que transita el dibujante y los lectores.
Este itinerario forma parte de un mismo proyecto al que alude Luis García Montero: construir desde la gráfica un “archivo emocional de nuestro tiempo” nos recuerda que “la memoria no es solo el pasado que recordamos, sino el futuro que nos decidimos a no olvidar”. El director declara que, “si en la creación se nos permite comprender que debajo de un héroe hay un ser humano que sufre, ama y tiene inquietud, eso nos ayuda también a comprender que debajo de cualquier persona anónima, de cualquier ser modesto que nos cruzamos por la calle, está la dignidad humana”. Paco Roca, además, dice que “la memoria histórica va de humanidad, de que podamos respetar a las víctimas y hacer una reparación de todo ello”.
El dibujante contribuye a la causa, según narra a este periódico, “a partir de testimonios e investigaciones”, que ayudan a “poder reconstruir determinadas cosas para que tengan el impacto que tendría una fotografía hecha en su momento, el impacto de la imagen para demostrar el horror de determinadas situaciones”. Paco Roca defiende el “lenguaje del cómic” para utilizarlo para la “reconstrucción del pasado”, un lenguaje que declara “tan válido como la escritura” y que “es capaz de contar lo mismo y, además, de forma diferente, aprovechando el poder del dibujo”. La exposición en el Instituto Cervantes representa para él “la aceptación y la normalización de un medio dentro de lo que es la lengua española”. Un medio, como el cómic, con el poder de combatir con visibilidad a quienes atacan invisibilizando.