Porque él ha querido: De estrella de ‘Aquí no hay quien viva’ a trabajar en un restaurante de Toledo

Eduardo García, el inolvidable Josemi, reaparece lejos de los focos: «Me torcí bastante, pero nunca fui malo» Durante años fue uno de los rostros más familiares de la televisión en España. Su personaje de Josemi, el hijo de Lucía y Juan Cuesta en Aquí no hay quien viva, conquistó al público con su naturalidad y ... Leer más

Jun 7, 2025 - 01:10
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Porque él ha querido: De estrella de ‘Aquí no hay quien viva’ a trabajar en un restaurante de Toledo

Eduardo García, el inolvidable Josemi, reaparece lejos de los focos: «Me torcí bastante, pero nunca fui malo»

Durante años fue uno de los rostros más familiares de la televisión en España. Su personaje de Josemi, el hijo de Lucía y Juan Cuesta en Aquí no hay quien viva, conquistó al público con su naturalidad y desparpajo. Más tarde, como Francisco Javier Pastor en La que se avecina, consolidó su presencia en la pequeña pantalla. Pero hoy, Eduardo García ha dejado atrás los platós y lleva una vida muy distinta, trabajando como camarero en Toledo.

Un cambio radical de vida

El programa TardeAR, emitido por Telecinco, reveló este jueves el paradero actual del actor, alejado completamente del mundo audiovisual que lo vio crecer. García, de ahora 30 años, atendió en directo una llamada del programa y habló sin tapujos sobre su pasado, su presente y las razones que lo alejaron de la interpretación.

«Estoy bien. Estoy tranquilo», comenzó diciendo, con una honestidad desarmante. Y continuó con una confesión que llamó la atención: «He estado bastante tiempo fuera de todo esto. Tuve un tiempo que me torcí bastante, para qué nos vamos a engañar».

Rebeldía y búsqueda de identidad

Eduardo García no eludió la autocrítica. Admitió que su juventud estuvo marcada por un intento de rebelarse contra una vida que, desde muy niño, se vio condicionada por la fama. «A ver, tampoco he sido malo, pero sí que he sido muy golfete», explicó entre risas, mostrando una madurez que parecía estar aún en proceso durante sus años más mediáticos.

«Eso también, a veces, de rebeldía… Las cosas no se arreglan así; se arreglan de otra forma, pero no se arreglan haciendo el gamba por ahí», añadió.

Las consecuencias de una fama precoz

Eduardo comenzó a trabajar como actor con apenas diez años. Aquella entrada temprana en el mundo del espectáculo, cargada de exigencias y responsabilidades, dejó huella. «Siempre he tenido ganas de vivir un poco esa infancia que no viví… Como fue tan prematuro y fue tan repentino, claro, yo era un chaval de 12 años», reflexionó en voz alta.

«Veía a otros niños que tenían otras libertades, otras cosas, y yo añoraba un poco eso», explicó con cierta melancolía, recordando cómo la exposición mediática y la rutina profesional le robaron experiencias comunes para cualquier niño.

Del estrellato al anonimato elegido

Aunque sorprenda a muchos espectadores que lo recuerdan con cariño, Eduardo García ha optado por una vida alejada de la televisión. Trabaja como camarero en un establecimiento de Toledo, una ciudad tranquila, lejos del bullicio de los rodajes y los focos. Una elección que, según se desprende de sus palabras, ha sido deliberada y necesaria.

García no descarta retomar la interpretación si se presenta una oportunidad que le ilusione, pero por ahora prioriza la estabilidad, la sencillez y el reencontrarse consigo mismo tras años de exposición pública.

Una historia de luces y sombras

Su caso no es único, pero sí revelador. La fama infantil, tan deseada por muchos, puede llegar a tener un precio elevado cuando irrumpe antes de tiempo. Eduardo García no oculta las consecuencias que tuvo sobre su desarrollo personal, pero tampoco reniega de su pasado. Hoy, su discurso es el de alguien que ha hecho las paces con su historia, que reconoce sus errores y valora lo aprendido.

Y si bien su nombre ya no aparece en los créditos de ninguna serie, sus palabras son testimonio de algo más importante: la posibilidad de reencontrarse, de comenzar de nuevo, incluso cuando la vida ya parecía escrita por capítulos de guion.