Louis-Ferdinand Céline: De un castillo a otro (Trilogía del Norte I)

Idioma original: Francés Título original: D'un château l'autreAño de publicación: 1957Traducción: Carlos ManzanoValoración: Muy recomendable (con varios matices)Complicado separar obra y autor en el caso de un tipo como Louis-Ferdinand Céline. Furibundo antisemita y colaborador del gobierno de Vichy, es innegable su importancia en la literatura francesa y mundial del siglo XX y su influencia en futuras generaciones de escritores (toda la generación beat, el propio Michel Houellebecq, etc). Vamos, otra muestra más (y no me hagais dar nombres pero los hay de toda raza, género, edad, ideología, etc) de que ser un verdadero hijo de puta no está reñido con ser un puto genio en lo artístico.Y aunque resulte complicado, más aún después de leer las 100-150 páginas del libro, trataré de que mi valoración de la obra no se vea demasiado afectada por otro tipo de consideraciones ajenas a lo puramente literario. ¡Al lío!De un castillo a otro, primera parte de la trilogía del Norte, es, como sucede con buena parte de la obra de Céline, una narración autobiográfica. En esta ocasión, el autor rememora, principalmente, los meses pasados en Sigmaringen, lugar al que huyeron en el año 1944 jerifaltes (y no tan jerifaltes) del gobierno colaboracionista de Vichy. Digo principalmente porque las ya citadas 100-150 primeras páginas se sitúan en el momento en que Céline escribe De un castillo a otro y porque estas son una constante diatriba contra todo y contra todos (editores, intelectuales, escritores, políticos, etc) y una casi permanente queja por su situación política y económica. Así, Céline se autodenomina cabeza de turco de los racistas de enfrente o material para la propaganda, se queja amargamente del precio de las zanahorias (???), protesta porque con lo poco que he escrito, ¡ya habéis visto los odios!...¡el resentimiento que me he granjeado!... (por qué será, LuisFer?) Resultaría hasta cómico, si no conociéramos los antecedentes del personaje.En resumen, Céline narrador y Céline protagonista casi absoluto de un primer tercio del texto en el que, afortunadamente, Céline se muestra, por momentos, autoparódico, aforístico, irónico o ácido. Si no fuera por esos momentos, dan ganas de dejar el libro, la verdad.La cosa mejora, y mucho, cuando se centra en los meses de Sigmaringen. Sin dejar de ser una narración desordenada, sin continuidad y solo aparentemente desaliñada, el foco pasa del propio Céline a muchos de los personajes que pululan por Sigmaringen. Su condición de médico le permite codearse con personajes como Petain o Laval, con soldados, prostitutas, etc y ofrece un cuadro terrible del caos reinante en aquellos días. El texto se convierte en el retrato de la ruina física y moral. No hay heroicidad ninguna, sino seres humanos y sus más bajas pasiones (traiciones, delaciones, odios cruzados, hipocresía) en medio del hambre, la enfermedad y la tensión de los bombardeos aliados y la presencia próxima del ejército de Lecrerc. Pero entre la ruina se cuelan el humor negro o escatológico, esperpénticos y absurdos intentos de normalidad, locas esperanzas o recuerdos de infancia del propio Céline y, de esta forma, De un castillo a otro resulta un testimonio con una fuerza brutal.No puedo terminar la reseña sin hablar de estilo de Céline y de la traducción. En cuanto al estilo, y como ya sucede en Viaje al fin de la noche (creo que lo he leído un par de veces, pero de la última igual hace 20 años), este se basa en la oralidad y en una aparente impulsividad, así como en la ruptura de los estándares habituales en cuanto a continuidad narrativa, sintaxis, etc. Por ponerlo en imágenes, De un castillo a otro parece un rompecabezas que hubiera sido transcrito por Lili, pareja de Céline, mientras este despotrica y recuerda sentado a un mesa, tomándose unos tintorros y pegando puñetazos de vez en cuando.  Ligado a lo anterior, se hace obligado hablar de la traducción porque... ¿cómo traducir un texto tan oral / coloquial escrito en 1957? ¿han de adaptarse estos textos a coloquialismos más "actuales" para que no suene "a viejo"? No tengo la respuesta, solo un párrafo de la traducción de Carmen Kurtz (1972) y de la de Carlos Manzano (2024). ¡Ojo a las diferencias!Me gustaría ver a Luis XIV con un “asegurado social”... ¡vería si el Estado es él!... ¡date cuenta de los millares que representa el menor cotizante! ¡ay, Luis, desvalijador de vía estrecha!... date cuenta, Luis Sol, ¡temblaba cuando tenía que cambiar de cirujano! ¡ya no vivía!... ¡la etiqueta!... tu “asegurado” ¡no se anda con chiquitas para enviarte a la mierda! ¡tratarte de podrido chuleta!. (C.K. 1972)Me gustaría ver a Luis XIV con un “asegurado social”... ¡vería si el Estado es él!... ¡pensad en los miles de millones que representa el menor cotizante! ¡ay, Luis, mindundi!... imaginaos, Luis Sol, ¡el canguelo tan solo por cambiar de cirujano! ¡ya es que no podía vivir!... ¡la etiqueta!... ¡lo que trae sin cuidado a tu “asegurado”! ¡mandarte a tomar viento! ¡tratarte de mac

Jun 4, 2025 - 19:20
 0
Louis-Ferdinand Céline: De un castillo a otro (Trilogía del Norte I)
Idioma original: Francés 
Título original: D'un château l'autre
Año de publicación: 1957
Traducción: Carlos Manzano
Valoración: Muy recomendable (con varios matices)

Complicado separar obra y autor en el caso de un tipo como Louis-Ferdinand Céline. Furibundo antisemita y colaborador del gobierno de Vichy, es innegable su importancia en la literatura francesa y mundial del siglo XX y su influencia en futuras generaciones de escritores (toda la generación beat, el propio Michel Houellebecq, etc). Vamos, otra muestra más (y no me hagais dar nombres pero los hay de toda raza, género, edad, ideología, etc) de que ser un verdadero hijo de puta no está reñido con ser un puto genio en lo artístico.

Y aunque resulte complicado, más aún después de leer las 100-150 páginas del libro, trataré de que mi valoración de la obra no se vea demasiado afectada por otro tipo de consideraciones ajenas a lo puramente literario. ¡Al lío!

De un castillo a otro, primera parte de la trilogía del Norte, es, como sucede con buena parte de la obra de Céline, una narración autobiográfica. En esta ocasión, el autor rememora, principalmente, los meses pasados en Sigmaringen, lugar al que huyeron en el año 1944 jerifaltes (y no tan jerifaltes) del gobierno colaboracionista de Vichy. 

Digo principalmente porque las ya citadas 100-150 primeras páginas se sitúan en el momento en que Céline escribe De un castillo a otro y porque estas son una constante diatriba contra todo y contra todos (editores, intelectuales, escritores, políticos, etc) y una casi permanente queja por su situación política y económica. Así, Céline se autodenomina cabeza de turco de los racistas de enfrente material para la propaganda, se queja amargamente del precio de las zanahorias (???), protesta porque con lo poco que he escrito, ¡ya habéis visto los odios!...¡el resentimiento que me he granjeado!... (por qué será, LuisFer?) Resultaría hasta cómico, si no conociéramos los antecedentes del personaje.

En resumen, Céline narrador y Céline protagonista casi absoluto de un primer tercio del texto en el que, afortunadamente, Céline se muestra, por momentos, autoparódico, aforístico, irónico o ácido. Si no fuera por esos momentos, dan ganas de dejar el libro, la verdad.

La cosa mejora, y mucho, cuando se centra en los meses de Sigmaringen. Sin dejar de ser una narración desordenada, sin continuidad y solo aparentemente desaliñada, el foco pasa del propio Céline a muchos de los personajes que pululan por Sigmaringen. Su condición de médico le permite codearse con personajes como Petain o Laval, con soldados, prostitutas, etc y ofrece un cuadro terrible del caos reinante en aquellos días. 

El texto se convierte en el retrato de la ruina física y moral. No hay heroicidad ninguna, sino seres humanos y sus más bajas pasiones (traiciones, delaciones, odios cruzados, hipocresía) en medio del hambre, la enfermedad y la tensión de los bombardeos aliados y la presencia próxima del ejército de Lecrerc. Pero entre la ruina se cuelan el humor negro o escatológico, esperpénticos y absurdos intentos de normalidad, locas esperanzas o recuerdos de infancia del propio Céline y, de esta forma, De un castillo a otro resulta un testimonio con una fuerza brutal.

No puedo terminar la reseña sin hablar de estilo de Céline y de la traducción. En cuanto al estilo, y como ya sucede en Viaje al fin de la noche (creo que lo he leído un par de veces, pero de la última igual hace 20 años), este se basa en la oralidad y en una aparente impulsividad, así como en la ruptura de los estándares habituales en cuanto a continuidad narrativa, sintaxis, etc. Por ponerlo en imágenes, De un castillo a otro parece un rompecabezas que hubiera sido transcrito por Lili, pareja de Céline, mientras este despotrica y recuerda sentado a un mesa, tomándose unos tintorros y pegando puñetazos de vez en cuando.  

Ligado a lo anterior, se hace obligado hablar de la traducción porque... ¿cómo traducir un texto tan oral / coloquial escrito en 1957? ¿han de adaptarse estos textos a coloquialismos más "actuales" para que no suene "a viejo"? No tengo la respuesta, solo un párrafo de la traducción de Carmen Kurtz (1972) y de la de Carlos Manzano (2024). ¡Ojo a las diferencias!

Me gustaría ver a Luis XIV con un “asegurado social”... ¡vería si el Estado es él!... ¡date cuenta de los millares que representa el menor cotizante! ¡ay, Luis, desvalijador de vía estrecha!... date cuenta, Luis Sol, ¡temblaba cuando tenía que cambiar de cirujano! ¡ya no vivía!... ¡la etiqueta!... tu “asegurado” ¡no se anda con chiquitas para enviarte a la mierda! ¡tratarte de podrido chuleta!. (C.K. 1972)

Me gustaría ver a Luis XIV con un “asegurado social”... ¡vería si el Estado es él!... ¡pensad en los miles de millones que representa el menor cotizante! ¡ay, Luis, mindundi!... imaginaos, Luis Sol, ¡el canguelo tan solo por cambiar de cirujano! ¡ya es que no podía vivir!... ¡la etiqueta!... ¡lo que trae sin cuidado a tu “asegurado”! ¡mandarte a tomar viento! ¡tratarte de macarra canalla!. (C.M. 2024)

También de Céline en ULAD: Guerra y Viaje al fin de la noche