Arrancarle a la vida lo que te pertenece

En El niño resentido seguimos a César González desde los cuatro años hasta los dieciséis y, aunque ya en la biografía del autor se desvela cuál será el destino de nuestro protagonista, lo mejor es vivir este viaje casi a ciegas, preguntándonos qué ocurrirá en el siguiente capítulo, quién será el siguiente chico de la... Leer más La entrada Arrancarle a la vida lo que te pertenece aparece primero en Zenda.

May 23, 2025 - 10:05
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Arrancarle a la vida lo que te pertenece

Podríamos pensar que El niño resentido se compone de instantáneas. Es normal, más cuando descubrimos esos capítulos cortos tan directos y tan decididos a contar una historia sin artificios ni rodeos. Sin embargo, pronto nos damos cuenta de que esas imágenes se han tomado con extremo cuidado, que son fotografías en las que no solo se ha tenido en cuenta la luz, el color o los personajes; sino en las que también se han cuidado los efectos de sonido, el tono de las voces, el ruido de fondo. Poco a poco, nos damos cuenta de que esas fotografías son en realidad fotogramas que conforman una película, la de la vida de su autor, César González, donde se muestra una cruda realidad en la que cada momento de felicidad se gana a pulso.

En El niño resentido seguimos a César González desde los cuatro años hasta los dieciséis y, aunque ya en la biografía del autor se desvela cuál será el destino de nuestro protagonista, lo mejor es vivir este viaje casi a ciegas, preguntándonos qué ocurrirá en el siguiente capítulo, quién será el siguiente chico de la calle en caer. Son doce años de vida en los que César González pasará de ser un niño que ve como un juego de exploración salir a revolver la basura en busca de algo que vender a un adolescente conocido en el barrio por sus numerosos (y exitosos) robos a mano armada.

"El niño resentido es una novela en la que el autor vierte sus recuerdos con una dosis de autorreflexión que nos ayuda a comprender el por qué de todas sus acciones"

A cada página y año de vida del protagonista aprendemos más sobre la cocaína que tanto odiaba porque alejaba a su madre de él, pero que acabó necesitando y que le impedía ahorrar parte del dinero que conseguía; sobre la necesidad siempre latente de un instante de silencio incluso cuando ya se había acostumbrado a los disparos y a los gritos; sobre su envidia por aquellos que tenían más que él, los que tenían juguetes nuevos y dulces para merendar; sobre ese vacío que intentaba llenar con Adidas, Nike, Reebok, Fila y Puma, mientras el sueño de convertirse en leyenda cada vez estaba más cerca; sobre una educación basada en la pobreza y el Antiguo Testamento y cómo su fe en Dios acabó depositada en Gauchito Gil, cuya imagen lo protegió de peligros que llevaron a otros a la tumba.

Por otra parte, también leemos sobre la amistad, amigos que lo ayudaron a conseguir tele por cable y con ella el acceso a cientos de películas que unieron a su familia por las noches, las mismas películas que se compartieron con el resto del barrio; sobre el amor, el amor complejo y salvaje de la familia que no dejaba de aumentar, que cometió errores y que aun así le deseaba lo mejor; y el amor frágil y enceguecedor de la adolescencia, capaz de olvidar el miedo y la violencia; sobre un barrio que se alimentaba del robo, sí, pero en el que cuidaban a los suyos, en el que compartían los botines en Navidad abriendo sus casas y patios a todo el que quisiera probar sus platos.

"Seguimos a César González durante años y, cuando llegamos a la última página, no podemos soltarlo, no podemos dejar la historia ir sin más"

No es una lectura fácil, ni moralista, ni pretende defender a los ladrones. El niño resentido es una novela (una película) en la que el autor vierte sus recuerdos con una dosis de autorreflexión que nos ayuda a comprender el por qué de todas sus acciones. No se justifica, pero explica sus actos y por qué morir en la calle era su sueño cuando todavía se dedicaba a desmantelar coches con la ayuda de su hermano.

Es cierto que en ocasiones la novela puede ser desordenada, con capítulos en los que deberemos retroceder para volver a encontrarnos. Ese desorden no solo debería atribuirse al texto, sino a nosotros mismos, pues no es fácil pensar en un adolescente de quince años con tantos antecedentes a sus espaldas.

También es una obra que deja con ganas de más. Seguimos a César González durante años y, cuando llegamos a la última página, no podemos soltarlo, no podemos dejar la historia ir sin más. Necesitamos saber cuál será su siguiente paso, su siguiente pensamiento, ¿cuándo llenará ese vacío que no deja de crecer?

Con ese desenlace que tanto duele porque necesitamos más, recordamos el primer capítulo: «La mierda flota». Con «la mierda flota», César González desvela desde el principio el verdadero núcleo de la novela: por mucho que intentara ahogar el dolor, este siempre salía a la superficie. El niño resentido va precisamente de eso, de cómo un niño, durante años, poseyó todo lo que se le antojó porque intentaba arrancarle a la vida algo que siempre debió haber sido tuyo: tiempo con su madre, con su padre, juguetes nuevos, ropa decente, agua caliente y algunos momentos de silencio.

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Autor: César González. Título: El niño resentido. Editorial: Reservoir Books. Venta: Todos tus libros.

© Manuela Sayt

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