Cuatro años mágicos: en la época Beatle, los Brincos arrasaron en España

Portada: Los Brincos en 1965 con Fernando Arbex, Juan Pardo, Manuel González y Antonio Morales ‘Junior’. En España había comenzado el rock con un grupo llamado los Estudiantes, que grabaron en 1959 su primer disco con versiones de éxitos del momento (La bamba, Ready Teady…). A partir de ahí empezaron a surgir otra serie de... Leer más La entrada Cuatro años mágicos: en la época Beatle, los Brincos arrasaron en España aparece primero en Zenda.

May 26, 2025 - 08:05
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Cuatro años mágicos: en la época Beatle, los Brincos arrasaron en España

Portada: Los Brincos en 1965 con Fernando Arbex, Juan Pardo, Manuel González y Antonio Morales ‘Junior’.

El año 1965 es el año del gran concierto de los Beatles en Nueva York, ya en su segunda gira internacional; el año de Yesterday, de su encuentro con su ídolo Elvis Presley, y de la grabación de su quinto y sexto álbum, el mítico Rubber Soul, que iniciará su transición hacia la nueva etapa. La beatlemanía alcanza en 1965 su máximo esplendor. Sin embargo, en España no son los Beatles —que habían actuado ese mismo julio en Madrid y Barcelona— los triunfadores musicalmente, sino un grupo de cuatro jóvenes que habían grabado su primer álbum unos meses antes: los Brincos. Tal fue su éxito que el año mil novecientos sesenta y cinco se convirtió en el año mil novecientos sesenta y… brincos. La etiqueta no es nuestra, sino del padre de Massiel, que estaba entonces en el negocio de la música.

En España había comenzado el rock con un grupo llamado los Estudiantes, que grabaron en 1959 su primer disco con versiones de éxitos del momento (La bamba, Ready Teady…). A partir de ahí empezaron a surgir otra serie de grupos —conjuntos, se llamaban entonces— influidos tanto por el rock americano como por la música británica, donde los Shadows eran una clara referencia. De todos ellos destacaremos a los Pekenikes, porque de ahí procederán dos miembros de los futuros Brincos: Junior, su vocalista, y Juan Pardo, admirador de Elvis y Cliff Richard, que lo sustituyó.

"Flamenco, una descarada canción que se adelantó en mucho a lo que luego sería el rock andaluz, fue el gran éxito de las Navidades del 64"

De todos modos, el origen de los Brincos fue Fernando Arbex, el batería de los Estudiantes, empeñado en formar un nuevo grupo con un repertorio de canciones propias y modernas, en vez de las versiones de los éxitos del momento, que era lo habitual. No nos extenderemos en estos inicios. El caso es que en el verano de 1964 ya estaban juntos —y con un destino común— los tres aludidos, además de Manuel González, un gran guitarrista que hará el papel de hombre tranquilo, el mismo que Ringo con los suyos. Todos ellos miraban a los Beatles, que era el grupo que estaba revolucionando la industria musical en el mundo. Por su parte, los Brincos fueron los que iniciarán la invasión del pop español que se impuso en la segunda mitad de los sesenta. Salvando las distancias, y en una definición de brocha gorda, diríamos que los Brincos fueron los Beatles españoles, aunque con una trayectoria notablemente más corta y sin un productor excepcional como George Martin.

La segunda formación de los Brincos en la época de ‘Lola’: Manuel González, Ricky Morales, Fernando Arbex y Vicente Martínez.

Ese  mismo otoño, el grupo inaugura el sello: Novola (algo así como Nueva Ola) con su primer álbum grabado en una semana (hay que señalar que los Beatles despacharon los diez temas de Please Please Me en una sola sesión de once horas). El LP, llamado simplemente ‘Brincos’, contenía doce temas: cinco en español y siete en inglés. El mejor era, y así se lo pareció a ellos, Cry, pero la discográfica apostó por una canción en español que, además, estaba en consonancia con esa imagen propia que querían dar: los cuatro vestidos con unas capas y zapatos con cascabeles que se hizo muy popular. Flamenco, una descarada canción que se adelantó en mucho a lo que luego sería el rock andaluz, fue el gran éxito de las Navidades del 64. El álbum contenía tres hermosas baladas y buenos temas en inglés. Invito al lector a que escuche I’m Not Bad, un tema que parece compuesto y cantado por los Beatles de la primera etapa.

"Hubo varios motivos, uno de ellos es el recelo de Juan y Junior hacia Fernando Arbex, que hacía de relaciones públicas y se atribuía, ante la prensa, el mérito"

La brutal acogida —de la nada al todo— sorprendió a la misma discográfica, que no reparó en gastos para la grabación de su segundo álbum  en uno de los mejores estudios europeos en Milán. De ahí salieron un buen puñado de canciones en español, inglés (y versiones en italiano para dicho mercado), y de ellas, doce formaron parte del segundo álbum sin título, pero conocido como ‘Mejor’, además de varios singles. El resultado superó al anterior: el final de 1965 y 1966 fueron unos años en los que los Brincos dominaban las listas de éxitos: Mejor, cantada por los cuatro (una de sus cumbres), Borracho, Sola, Tú me dijiste adiós, Renacerá, Un sorbito de champagne…

Y cuando parecía que habían tocado el cielo, se separaron. Es el otoño de 1966. Dos años había durado su extraordinaria aventura. Hubo varios motivos, uno de ellos es el recelo de Juan y Junior hacia Fernando Arbex, que hacía de relaciones públicas y se atribuía, ante la prensa, el mérito. El asunto no fue un problema para la discográfica sino una bendición, como veremos más adelante. Fernando Arbex tomó —esta vez— el mando del grupo y sustituyeron a los fugados por un excelente guitarrista, Ricky Morales (el hermano de Junior) y Vicente Martínez, muy curtido en los directos con los Shakers.

"Los mejores años del grupo ya habían pasado, y ahora había otros nombres que triunfaban y lograron lo que no consiguieron los Brincos, pese al empeño de Arbex"

Y los Brincos, los nuevos Brincos, se fueron varias semanas a grabar a Londres, la cuna de la música, donde alternaron cuatro estudios (estaban muy solicitados): Pye, Olimpia, EMI y Decca. De hecho coincidieron en Abbey Road cuando los Beatles, en otro estudio, ensayaban su mítico Sgt. Pepper’s. Grabaron veintitantas canciones, de las que doce formaron su tercer álbum, titulado Contrabando. El primer lanzamiento fue El pasaporte, y aquí ya se que notaba una cierta evolución, un nuevo sonido. Todo un éxito,  superado por Lola (que se inicia con ese inolvidable riff de guitarra), todo un fenómeno, la canción del verano de 1967, tan sólo amenazada por La caza, de Juan y Junior, los fugados que luego lanzará Nos falta fe y Anduriña. Porque ese año se sucedieron en las listas, los éxitos del nuevo dúo, que sonaba más a brincos que los propios brincos, y los de los nuevos Brincos: Amiga mía, Nadie te quiere ya…

La discográfica estaba feliz, pero Juan y Junior sólo grabaron varios singles, luego recogidos en un álbum, y al llegar 1969 se separaron (se cree que por una cuestión sentimental que tiene que ver con Marisol y Rocío Dúrcal, las protagonistas de su canción A dos niñas). Por su parte, los Brincos, con un nuevo miembro, Micky Morales (otro hermano de Junior, que sustituyó a Vicente porque tuvo que irse a la Mili), dieron otro paso más en la búsqueda de un nuevo sonido y tentaron los arreglos orquestales en varias canciones grabadas en Italia, que no funcionaron —un poco Sol en julio y Las alegres chicas de San Diego—, y ni siquiera se sacó un álbum. El eco de Sgt. Pepper’s y del muro de sonido de Phil Spector estaba ahí de fondo.

Los mejores años  del grupo ya habían pasado, y ahora había otros nombres que triunfaban y lograron lo que no consiguieron los Brincos, pese al empeño de Arbex: triunfar en el mercado anglosajón, como sucedió con los Bravos y su Black is Black, los Canarios y Get on your knees, y poco después los Pop Tops y su Mamuy blue.

"El autor tiene la virtud de no escribir voceando, como muchos comentaristas musicales, ni con esa equívoca voluntad de estilo tan peligros"

Fernando Arbex, muy pendiente de las nuevas tendencias musicales, se deslizó hacia el rock progresivo, que estaba de moda con Whoo y Moody Blues, y ya en la cuarta formación de los Brincos (añadieron al colombiano Oscar Lasprilla) se fueron a Londres a grabar lo que sería el cuarto, y último LP de los Brincos, Mundo, demonio y carne, un álbum que quiso ser conceptual pero que resultó muy heterogéneo con un tema de apertura de 12 minutos, y una mezcla de dignos temas en inglés, mezclados con unas canciones en español muy discretas. El álbum ha ganado con el tiempo, sobre todo su versión inglesa (con nuevos temas que sustituyen a esas flojas canciones, tipo Hermano Ismael o Vive la realidad), pero en su momento fue un fracaso, y significó el fin de los Brincos. Habíamos llegado a 1970.

Última formación de los Brincos: Miguel Morales, Manuel González, Fernando Arbex, el colombiano Oscar Ladrilla y Ricky Morales.

Lo que sucedió después podemos seguir leyéndolo en el libro del periodista Manolo González Gómez, Los Brincos. Todas las historias, que acaba de salir en Milenio, un libro con abundantes fotografías, que podía ser una buena edición si no fuese por ese puñetera letra, tipo pulga, que hace difícil la lectura a partir de cierta edad. El autor tiene la virtud de no escribir voceando, como muchos comentaristas musicales, ni con esa equívoca voluntad de estilo tan peligrosa, sino que proporciona mucha información y la da de forma ordenada, clara y, por lo tanto, provechosa. Manolo González es también el autor de Fernando Arbex, un mundo diferente (en la misma editorial), ya que Arbex, inquieto músico y muy prolífico compositor, es uno de los nombres esenciales de la música moderna española.

"De todos modos, los Brincos fueron los primeros, todo un fenómeno musical, y se crearon grupos, como los Bravos, para competir con ellos"

Después de los Brincos, Arbex tentó la breve aventura de Alacrán, y posteriormente tuvo éxito con la formación Barrabás, en la estela de Santana y la percusión afro, con quien lanzó nuevos discos en los setenta, con temas como Wild Safari o Hi-Jack que se escuchaban en las discotecas de todo el mundo. Pero esto es otra historia. Aquí nos interesaba comentar esos tres años extraordinarios, donde los Brincos se convirtieron en el gran fenómeno musical y en España arrasaron en ventas y popularidad.

La segunda mitad de los sesenta fue la edad dorado del pop español: además de los cuatro grupos aludidos habría que citar a los Pasos, los Ángeles, los Sírex, los Mustang con sus versiones en español de los tema de los Beatles, y los que triunfaban en el verano con sus canciones chicle, como Fórmula V, los Payos y los Diablos.

De todos modos, los Brincos fueron los primeros, todo un fenómeno musical, y se crearon grupos, como los Bravos, para competir con ellos. En el año 2000, Fernando Arbex resucitó la formación junto a Ricky y Miguel Morales. Este último —el más joven y ya no cumple los setenta— es el único que sobrevive actualmente, y lidera los Brincos, que siguen vivos y actuando por España.

Este cronista disfrutó, como pocas veces, del concierto que ofrecieron en Burgos, con las más conocidas canciones de los Brincos y de Juan y Junior (todo queda en familia), donde uno de los mejores momentos fue la interpretación, por parte de Micky Morales, de su canción Esa mujer, del álbum Contrabando, y que sintetiza magníficamente las dos épocas de los Brincos. Escuchen, por ejemplo,  su versión inglesa, titulada Where is my Love, y esos dos minutos finales de apoteosis instrumental, tan impropios de una balada, y sin embargo…

La actual formación de los Brincos, de gira por España, con Miguel Morales, tras la desaparición de Ricky Morales y Fernando Arbex, que resucitó el grupo.

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