5 poemas de Julia Poveda Micó
Compartimos estos poemas inéditos de Julia Poveda Micón en los que, con destacada belleza y sencillez en el temple de su escritura, renace muy bien la idea madre de cierta razón compasiva que abastece de confianza existencial a la razón poética. Hablamos de esa idea rescatada por W. Benjamin en sus lecturas de J.W. Goethe:... Leer más La entrada 5 poemas de Julia Poveda Micó aparece primero en Zenda.

Compartimos estos poemas inéditos de Julia Poveda Micón en los que, con destacada belleza y sencillez en el temple de su escritura, renace muy bien la idea madre de cierta razón compasiva que abastece de confianza existencial a la razón poética. Hablamos de esa idea rescatada por W. Benjamin en sus lecturas de J.W. Goethe: la esperanza nos ha sido dada sólo por los desesperados.
Tomás Valladolid Bueno comparte en Zenda cinco poemas de Julia Poveda Micón.
***
SERÉ NADIE Y SERÉ OLVIDO
Seré nadie
y seré olvido.
Los copos de nieve
del invierno helado
limpiarán, suaves,
los restos del tiempo
atado a otras vidas
con eslabones,
que se irán rompiendo.
Seré nadie
y seré olvido.
Mi presencia se irá desvaneciendo.
La lluvia fina borrará la huella de mis pisadas,
los besos de mis recuerdos.
Arrebatarán las olas a la arena
los dibujos de mi cuerpo.
Seré nadie
y seré olvido.
De haber sido, sólo quedará el amor…
El amor se quedará en el aire
suspendido…,
será un ángel para nuestros hijos.
El amor no muere,
se impregna en todo,
fundido
vive en la naturaleza…,
su cómplice y compañera.
Seré nadie
y seré olvido,
pero mi amor permanecerá,
saltará generaciones…,
rezumará por la tierra…
Y esta ilusión de infinitud
no será un delirio.
***
LA MIRADA DE UNA NIÑA AFGANA
Lo contrario a una virgen románica:
hierática, infantil, ingenua
expresaba…
Con una claridad incisiva
de vibrante intensidad,
aparentaba inteligencia,
curiosidad, agudeza,
una madurez impropia de su edad,
con un brillo penetrante
que irradiaba al mundo,
desde sus ojos preciosos
la mirada de una niña afgana.
No sabía que pronto
se vería abocada a convertirse
en el enésimo vagón de cola
de una estación de tercera
en un pueblo olvidado,
sin derecho a ir a la escuela,
a obtener respuestas
a su multitud de preguntas.
Obligada a vivir hacia dentro,
a esconder su indómita belleza,
a renunciar al concepto de propio,
de independencia,
a consagrarse al servicio de otros,
de ellos…
Sin cuestionarse, cercenada.
Abortada su vida.
Segada en su haz,
segada con hoz…,
de talibán:
su mirada.
***
EL MILAGRO DE NOOR
(Noor, niña superviviente, terremoto de
Siria y Turquía, 2023)
Noor emerge como una luz
de entre las ruinas y casquijos.
Su cara sorprendida asoma
a la claridad, sin saber
qué está pasando,
sin conciencia del terror
y de la muerte.
En un cáliz y un sagrario,
guardaría la inocencia
de esos pequeños,
supervivientes
del derrumbe y la hecatombe,
para preservarla.
La protegería, incluso,
de la frivolidad y el morbo
de algunas miradas que,
desde la comodidad
de sus balcones televisivos,
la contemplan parapetadas
en sus burladeros
de distancia emocional.
Sálvanos, Noor, tú que eres luz,
de nuestras miradas frívolas,
(alejadas de los problemas,
como mecanismo de defensa
para evitar la consternación)
que no tienen derecho a manchar
con tintes morbosos
la inocencia
de tantos niños y niñas,
sus inmaculadas almas,
ni el sufrimiento
de tanta gente
apaleada por la destrucción
de su todo inmediato,
abocada a una nada envolvente
de escombros y cadáveres gélidos,
de rocallas que cubren muertos,
que son sus padres y hermanos.
Sálvanos, Noor, tú que eres luz,
esperanza que sublima
cualquier agonía,
de nuestra insensibilidad,
apuñalada por la imagen
de tu rostro…
Tu cara es antorcha,
ilumina las entrañas de la Tierra,
que se hace perdonar en ti.
Regresas desde el centro de la muerte
para ganar la batalla
al monstruo, al terremoto,
conformando esa estampa,
victoriosa y tierna,
que conmueve al mundo.
Tu vida es un milagro, Noor,
que transciende la desolación
y horada la coraza de la sociedad
con cinceles de esperanza.
***
FEDERICO
Enmarañaron tu recuerdo
sus vómitos de odio y homofobia.
Criminalizaron tu figura
betún de sombra y lodo,
dañaron la reputación de tu estirpe.
«¡Maricón!», te gritaron en el último momento.
Tus ancestros se revuelven en sus tumbas.
Restregaron por el barro tu nombre,
«Federico»…
Restregaron por la mierda tu inocencia.
Amalgamaron la tierra con tu sangre.
La sangre derramada en la arena.
En la arena de un coso sin toreros.
Sin opción a toreo ni a defensa.
Sin opción a una queja, una instancia.
Sin permiso a la palabra.
Sin permiso a la poesía.
Sin derecho a la vida.
Sentenciados a muerte.
Sin juicio, ejecutados.
Abocados al foso.
Condenados a la oscuridad
del barranco por décadas.
¡Quién sabe si por siglos!
Aniquilada la palabra.
Decapitada la libertad.
Asesinadas la poesía y la educación,
en ti, Dios de los poetas, y
en el maestro republicano,
que te acompañó a la eternidad.
Dióscoro y Federico.
Federico y Dióscoro.
García Lorca y Galindo.
Galindo y García Lorca.
El Dios de los poetas y “el maestro cojo”.
El Dios de los poetas y “el maestro rojo”.
***
MAÑANA SIN ÉL
A Virtu Domene, amiga:
cabe la esperanza.
Mañana te levantarás…, o no.
La rutina dibujará
una estructura para sostenerte,
el esqueleto de tu monotonía:
te ducharás,
te obligarás a desayunar,
saldrás a la calle,
habitada de tristeza,
y caminarás, vagabundeando,
como sonámbula sin rumbo,
transpirando el luto la piel.
Y ya en casa…,
te enfrentarás, de nuevo,
a ordenar sus papeles,
a depurar recuerdos,
a tirar trastos servibles
para hurgar en las llagas
de la memoria,
para aguijonear el dolor
tatuado en tus vísceras.
Y volverás a preparar
comida para uno,
alimentando su ausencia
omnipresente…,
toda tú: impotencia
insoportable…,
mientras tus lágrimas desbordan
todo: inmenso vacío.
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BIO
Julia Poveda Micó (Villena, Alicante, 1961) estudió Magisterio en la especialidad de filología francesa. Ejerció la profesión de maestra en la localidad de Sax y en su Villena natal desde 1983 hasta 2021 año de su jubilación. Su dedicación plena a la labor docente estuvo acompañada siempre por el gusto de escribir, con delectación especial por la escritura poética. Pero fue durante la pandemia y, sobre todo, tras de su retiro de la docencia, cuando se reavivó su vínculo con la poesía. Así lo señala ella misma «Me he reencontrado con la poesía, después de jubilarme, de una manera casi casual. Yo diría que la poesía me encontró a mí durante la pandemia, después de aquellas vivencias dramáticas y de vaivenes emocionales. Escribir es un ejercicio catártico y de comunicación profunda con los demás y con uno mismo. Me gusta comentar y contar “en clave de poesía” lo que pienso acerca de muchos temas que me suscitan inquietud o me generan emociones y el poder compartirlas».
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