Ya saben que no va a ganar: El error que ha cometido Escassi en ‘Supervivientes’ y que le va a costar el concurso
Cuando todo empieza a hervir. En los realities de supervivencia extrema, hay una fase en la que el juego cambia de piel. Pasados más de dos meses de convivencia forzada, el desgaste físico y emocional ya no se puede disimular, y la verdadera competición empieza. Es también el momento en el que los concursantes, que ... Leer más

Cuando todo empieza a hervir.
En los realities de supervivencia extrema, hay una fase en la que el juego cambia de piel. Pasados más de dos meses de convivencia forzada, el desgaste físico y emocional ya no se puede disimular, y la verdadera competición empieza. Es también el momento en el que los concursantes, que han aprendido a leerse entre líneas, comienzan a detectar quiénes podrían estar captando el favor del público.
En esta etapa crítica, el ambiente se espesa y las tensiones escalan. Los silencios pesan más que las palabras y cada gesto se interpreta como parte de una estrategia mayor. Es ahí donde se quiebra la delgada línea entre la convivencia y el combate, y donde se marcan las diferencias entre los que solo sobreviven y los que juegan a ganar.
‘Supervivientes 2025’ no es la excepción. Como en ediciones anteriores, este punto medio del concurso ha sido testigo de giros inesperados y de la transformación de algunos perfiles que, hasta ahora, se mantenían en las sombras. Y si hay un nombre que ha dado la sorpresa, ese es Álvaro Muñoz Escassi.
El despertar del jinete.
Hasta hace poco, Escassi parecía haber elegido un papel discreto, casi secundario, en esta aventura extrema. Su presencia pasaba desapercibida en los grandes conflictos, y su tono siempre era mesurado, casi evasivo. Pero esa calma aparente resultó ser el envoltorio perfecto para una estrategia mucho más calculada.
Durante más de ochenta días, optó por no levantar la voz, esquivar discusiones y mantenerse al margen de los bandos enfrentados. Frases como “yo estoy a otra cosa” o “prefiero disfrutar que discutir” lo mantuvieron fuera del radar… hasta ahora. En cuestión de horas, su actitud dio un giro dramático y rompió con la imagen de neutralidad que había cultivado con tanto esmero.
Fue en la última gala donde mostró una versión de sí mismo completamente distinta. Escassi cargó con dureza contra Montoya y Anita, acusándolos de no arrimar el hombro en las tareas del campamento. El discurso fue directo, afilado y, sobre todo, inesperado. Una declaración de intenciones clara: ya no se esconde.
Estratega en terreno hostil.
Desde el plató de Vamos a ver, Joaquín Prat puso el foco sobre esta transformación. Acompañado de su equipo, ofreció un análisis pormenorizado del recorrido de Escassi, a quien bautizó como “el líder en la sombra”. Su intervención no solo sirvió para contextualizar el cambio de actitud, sino para evidenciar que, quizás, siempre fue parte del plan.
El informe elaborado por el programa mostró cómo el ex jinete supo mantenerse como figura de confianza para algunos compañeros… que ahora han pasado a ser sus rivales. En especial, se destacó su papel como confidente silencioso de Anita y Montoya, a quienes ahora señala sin titubeos. Un giro argumental digno de telenovela.
Para algunos colaboradores del programa, como Alessandro Lequio, esta maniobra no es sino una jugada maestra: Escassi ha esperado a que el resto se desgastara y ahora aparece como contendiente fuerte, listo para recoger lo sembrado. Pero no todos están convencidos de que este movimiento haya sido tan certero.
Una jugada con doble filo.
Antonio Rossi fue más allá y planteó que, si bien la estrategia ha sido astuta, también es arriesgada. Esperar tanto tiempo para moverse puede dar la imagen de oportunismo, algo que el espectador no siempre perdona. Y más aún cuando el ataque directo no logra el efecto deseado: Montoya, lejos de hundirse, ha sabido responder con firmeza.
El momento elegido por Escassi para mostrarse fuerte podría no haber sido el más propicio. Aunque buscaba sacudirse la etiqueta de invisible, el resultado podría ser un efecto boomerang. Si no logra consolidar un relato convincente en las próximas semanas, este estallido podría jugar en su contra.
Desde el plató, incluso Joaquín Prat se ha permitido hacer predicciones poco optimistas. Para él, tanto Escassi como Borja han desaprovechado su posición de ventaja al precipitar ciertos movimientos. Ese deseado viaje en helicóptero hacia la final podría haberse esfumado por una mala lectura de los tiempos.
La batalla final ya ha comenzado.
Lo cierto es que, con el paso dado, Escassi ya no podrá volver al anonimato estratégico que tan bien le funcionó. Ahora está en el centro del tablero, con los focos encima y los cuchillos afilados. Cada paso en falso puede costarle caro.
Con varios concursantes quemando sus últimas balas, la recta final de Supervivientes 2025 se presenta como un terreno impredecible. Lo que queda por ver es si la jugada de Escassi terminará de consolidarlo como un candidato serio… o si el rugido llegó demasiado tarde.