Cuando vienen Ed Sheeran y Chris Pratt pero te guardas la sorpresa: creo que 'La Revuelta' tiene que cambiar su estrategia con los invitados

Es uno de los momentos más vistos y esperados de la televisión lineal: Pablo Motos se planta delante de su espectacular pantalla gigante y detalla la caterva de invitados que pasarán por 'El Hormiguero' la semana siguiente, entre aplausos de un público que recibe tan enfervorecidamente a Will Smith como a Los Morancos. Se aseguran titulares y crean expectativas: saber quién va a divertirse a una semana vista juega a su favor, mueve a los distintos fandoms, asegura una audiencia fiel que, al menos, aunque no le interese el invitado, sabe que va a caer en una red de seguridad. Puede que sea una manera muy clásica de hacer televisión, pero funciona. Y quizá 'La Revuelta' tiene algo que aprender. Vaya invitado, niño A nadie se le escapa que 'La Revuelta' tiene un grave problema con sus invitados. De hecho, haciendo de la escasez virtud, han logrado convertirlo en una seña de identidad del programa, sublimando ese "Keep it cutre" que Ignatius esgrimía como actitud vital. En solo un año ha pasado de todo, desde cuatro invitados citados el mismo programa hasta amigos que iban a hacer un cameo y se quedaron a hacer la entrevista al completo, pasando, por supuesto, por la famosa berrea provocada por el "robo" de Jorge Martín por parte de 'El Hormiguero'. Sobre todo al principio, jugando la carta de la imprevisibilidad, lo amateur y el eterno cutrerío, en 'La Revuelta' se ganaron el favor de un público, que, ante algunos invitados de segunda categoría en 'El Hormiguero', cambiaba de canal para ver "quién había ido a lo otro". Peo la estrategia que funcionaba al principio, ha dejado de funcionar, e incluso famosos como Ed Sheeran o Chris Pratt no superan a la seguridad que da Pablo Motos. David Broncano y su equipo se la juegan a una sola carta cada noche: que, después de media hora de programa (entre saludos al público y secciones de colaboradores), estés interesado en el famoso en cuestión y no sientas que has perdido el tiempo. Es una apuesta. A veces el invitado te va a interesar, pero no siempre, y si ese es tu mayor aliciente (en lugar de payaseo constante) puedes acabar fácilmente hastiado. En Espinof 'La revuelta' ni siquiera intenta luchar contra 'El hormiguero' y sigue teniendo el espíritu de programa de nicho hecho por cuatro amigos en un garaje Esta sorprendente estrategia es totalmente nueva, por cierto: en 'La Resistencia' era una seña de identidad avisar del invitado en redes sociales horas antes de la emisión, normalmente sobre la bocina del rodaje. Porque sí, tenían los mismos problemas con los invitados: gente que cancelaba en el último momento, que recibió la llamada de Trancas y Barrancas o que, simplemente, no había podido asistir. Pero sobre las siete de la tarde, la cuenta de Instagram del programa anunciaba siempre quién respondería a las preguntas clásicas. En 'La Revuelta' han preferido el secretismo como manera de enganchar al público. Y, aunque funcionó durante un tiempo, ha dejado de hacerlo, y hay que saber pivotar. ¿Está ahí? ¿Le presento? Sí, es verdad que por el tipo de invitados que suele llevar 'La Revuelta', este formato puede no interesarles siempre: si el público general ve que se va a sentar un científico o un dibujante de Marvel, es posible que decida a hacer cualquier otra cosa esa noche, dejando al programa totalmente asolado y a la intemperie. Por supuesto, siempre habrá fieles que disfruten, simplemente, de la chorrada diaria, la imprevisibilidad constante y la vocación de servicio público al llevar personas e historias interesantes que van más allá de la simple promoción, como cirujanos o montañeros. Hasta ahí es totalmente comprensible: no puedes competir en audiencia contra famosos de primer orden con una persona que solo es una eminencia en su nicho. Pero, ¿qué pasa cuando esos famosos son de talla internacional, que mueven al fandom y pueden dar la vuelta a la tortilla? No anunciar que Ed Sheeran, Chris Pratt, Aitana o Norman Reedus van a pisar el Teatro Príncipe es un acto casi suicida y de fe: premias a los fieles que están ahí día a día y haces crecer la sensación de que en 'La Revuelta' puede pasar cualquier cosa, pero, al mismo tiempo, solo consigues que el público general objetivo acabe decepcionado y tenga que recuperarlo después por redes sociales o RTVE Play, en lugar de vivir la experiencia comunal de ver una entrevista juguetona a su estrella. Todos sabemos -y se puede notar- que las entrevistas distendidas de 'La Revuelta' son del agrado de estos famosos acostumbrados al lujo y el respeto casi mesiánico: Chris Pratt dijo que era el mejor programa en el que había estado, y Ed Sheeran se acercó al oído de Broncano para decirle lo bien que se lo había pasado, agradeciendo el sentido del humor. El equipo sabe que puede hacer las cosas muy bien si se lo propone (añadir subtítulos y hacer bromas con el traductor fue un acierto pleno el marte

Jun 5, 2025 - 13:45
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Cuando vienen Ed Sheeran y Chris Pratt pero te guardas la sorpresa: creo que 'La Revuelta' tiene que cambiar su estrategia con los invitados

Cuando vienen Ed Sheeran y Chris Pratt pero te guardas la sorpresa: creo que 'La Revuelta' tiene que cambiar su estrategia con los invitados

Es uno de los momentos más vistos y esperados de la televisión lineal: Pablo Motos se planta delante de su espectacular pantalla gigante y detalla la caterva de invitados que pasarán por 'El Hormiguero' la semana siguiente, entre aplausos de un público que recibe tan enfervorecidamente a Will Smith como a Los Morancos. Se aseguran titulares y crean expectativas: saber quién va a divertirse a una semana vista juega a su favor, mueve a los distintos fandoms, asegura una audiencia fiel que, al menos, aunque no le interese el invitado, sabe que va a caer en una red de seguridad. Puede que sea una manera muy clásica de hacer televisión, pero funciona. Y quizá 'La Revuelta' tiene algo que aprender.

Vaya invitado, niño

A nadie se le escapa que 'La Revuelta' tiene un grave problema con sus invitados. De hecho, haciendo de la escasez virtud, han logrado convertirlo en una seña de identidad del programa, sublimando ese "Keep it cutre" que Ignatius esgrimía como actitud vital. En solo un año ha pasado de todo, desde cuatro invitados citados el mismo programa hasta amigos que iban a hacer un cameo y se quedaron a hacer la entrevista al completo, pasando, por supuesto, por la famosa berrea provocada por el "robo" de Jorge Martín por parte de 'El Hormiguero'.

Sobre todo al principio, jugando la carta de la imprevisibilidad, lo amateur y el eterno cutrerío, en 'La Revuelta' se ganaron el favor de un público, que, ante algunos invitados de segunda categoría en 'El Hormiguero', cambiaba de canal para ver "quién había ido a lo otro". Peo la estrategia que funcionaba al principio, ha dejado de funcionar, e incluso famosos como Ed Sheeran o Chris Pratt no superan a la seguridad que da Pablo Motos. David Broncano y su equipo se la juegan a una sola carta cada noche: que, después de media hora de programa (entre saludos al público y secciones de colaboradores), estés interesado en el famoso en cuestión y no sientas que has perdido el tiempo. Es una apuesta. A veces el invitado te va a interesar, pero no siempre, y si ese es tu mayor aliciente (en lugar de payaseo constante) puedes acabar fácilmente hastiado.

Esta sorprendente estrategia es totalmente nueva, por cierto: en 'La Resistencia' era una seña de identidad avisar del invitado en redes sociales horas antes de la emisión, normalmente sobre la bocina del rodaje. Porque sí, tenían los mismos problemas con los invitados: gente que cancelaba en el último momento, que recibió la llamada de Trancas y Barrancas o que, simplemente, no había podido asistir. Pero sobre las siete de la tarde, la cuenta de Instagram del programa anunciaba siempre quién respondería a las preguntas clásicas. En 'La Revuelta' han preferido el secretismo como manera de enganchar al público. Y, aunque funcionó durante un tiempo, ha dejado de hacerlo, y hay que saber pivotar.

¿Está ahí? ¿Le presento?

Sí, es verdad que por el tipo de invitados que suele llevar 'La Revuelta', este formato puede no interesarles siempre: si el público general ve que se va a sentar un científico o un dibujante de Marvel, es posible que decida a hacer cualquier otra cosa esa noche, dejando al programa totalmente asolado y a la intemperie. Por supuesto, siempre habrá fieles que disfruten, simplemente, de la chorrada diaria, la imprevisibilidad constante y la vocación de servicio público al llevar personas e historias interesantes que van más allá de la simple promoción, como cirujanos o montañeros. Hasta ahí es totalmente comprensible: no puedes competir en audiencia contra famosos de primer orden con una persona que solo es una eminencia en su nicho.

Pratt

Pero, ¿qué pasa cuando esos famosos son de talla internacional, que mueven al fandom y pueden dar la vuelta a la tortilla? No anunciar que Ed Sheeran, Chris Pratt, Aitana o Norman Reedus van a pisar el Teatro Príncipe es un acto casi suicida y de fe: premias a los fieles que están ahí día a día y haces crecer la sensación de que en 'La Revuelta' puede pasar cualquier cosa, pero, al mismo tiempo, solo consigues que el público general objetivo acabe decepcionado y tenga que recuperarlo después por redes sociales o RTVE Play, en lugar de vivir la experiencia comunal de ver una entrevista juguetona a su estrella.

Todos sabemos -y se puede notar- que las entrevistas distendidas de 'La Revuelta' son del agrado de estos famosos acostumbrados al lujo y el respeto casi mesiánico: Chris Pratt dijo que era el mejor programa en el que había estado, y Ed Sheeran se acercó al oído de Broncano para decirle lo bien que se lo había pasado, agradeciendo el sentido del humor. El equipo sabe que puede hacer las cosas muy bien si se lo propone (añadir subtítulos y hacer bromas con el traductor fue un acierto pleno el martes), pero si nadie se entera de quién es el invitado y, por tanto, puede prepararse con antelación, ¿qué importa? El programa quiere jugar a la sorpresa total en un mundo que no quiere sorprenderse: quiere que se lo den preparado, cocinado y vendido.

De cara a la temporada 2, quizá es el momento de que Álex Pinacho y el resto del equipo se planteen si realmente quieren seguir jugando siempre al misterio y diferenciarse así de su rival directo. La disrupción y el brutal cambio que supuso para la televisión de inicios de temporada ha acabado aguándose. Sí, puede que muchos invitados prefieran la frescura de 'La Revuelta' frente al encorsetamiento formal de 'El Hormiguero', pero sus managers y responsables de prensa no opinarán igual al ver que su nombre no aparece en redes sociales, no se promociona debidamente y, como contra, Pablo Motos les presenta durante toda una semana, creando recuerdo entre el público. Hasta ahora, en el programa de La 1 han sabido cómo hacer virtud de la mayoría de sus defectos, pero les sigue faltando, más allá de hacer casi personaje al coordinador de invitados, saber cómo manejar estos casos. Qué menos que dejar caer que viene Ed Sheeran, vaya. Es de cajón.

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La noticia Cuando vienen Ed Sheeran y Chris Pratt pero te guardas la sorpresa: creo que 'La Revuelta' tiene que cambiar su estrategia con los invitados fue publicada originalmente en Espinof por Randy Meeks .