El momentazo de Anita en ‘Supervivientes’: Así se ha vengado en directo de Pelayo y Damian

La tensión se sirve en plato frío.

En los realities de supervivencia, cuando el hambre aprieta y los días pesan, los ánimos se tensan. Es en este punto intermedio del concurso cuando la verdadera personalidad de los concursantes empieza a aflorar. Ya no solo se trata de sobrevivir a las condiciones extremas, sino también a la convivencia con compañeros que ya no son completos desconocidos.

A medida que las cámaras siguen rodando, también se consolidan las alianzas, se reabren heridas y se intensifican las estrategias. Los participantes comienzan a intuir —o a sospechar— quiénes cuentan con el respaldo del público y quiénes podrían estar al borde del abismo. Esta percepción transforma cualquier gesto, por pequeño que sea, en una declaración de intenciones.

Lo que antes era compañerismo se convierte, poco a poco, en una competición sin máscaras. Y si hay algo que pone a prueba esa delgada línea entre la solidaridad y el egoísmo, es el reparto de las recompensas. En este caso, el flan ha sido mucho más que un simple postre.

La dulce revancha de Anita Williams.

La entrega dominical de Supervivientes 2025 dejó una escena que ha dado mucho que hablar. La concursante Anita Williams se hizo con una porción desproporcionada de la recompensa, dejando poco margen para el resto de sus compañeros. Su gesto, lejos de pasar desapercibido, se leyó como una clara venganza hacia quienes semanas atrás la dejaron sin probar bocado.

En una situación similar, Pelayo Díaz, Damián Quintero y Borja González se comieron una pizza entre ellos sin compartir ni una miga. Aquel episodio sembró discordia en el grupo y dejó una sensación de injusticia que ahora vuelve como un bumerán. Esta vez, con roles intercambiados y tensiones renovadas.

Aunque no hubo gritos ni confrontación directa, las miradas lo dijeron todo. Anita, que hasta ahora había mantenido un perfil algo más bajo, dejó claro que no está dispuesta a olvidar fácilmente. Su enorme trozo de flan fue una forma silenciosa —pero muy clara— de ajustar cuentas.

El orden del flan altera el concurso.

El responsable del inicio de esta nueva batalla azucarada fue Álex Adrover, quien ganó la prueba de recompensa. Su premio: un apetitoso flan que debía repartir entre sus compañeros siguiendo un sistema de turnos. Tras elegir su parte, le pasó el relevo a Borja, luego a Escassi y, después, a Montoya.

Montoya no se contuvo y escogió una porción bastante generosa, lo que ya empezaba a reducir las opciones para el resto. Luego eligió a Carmen Alcayde, que también se sirvió sin escatimar. Cuando le llegó el turno a Anita, la joven directamente arrasó, cogiendo uno de los pedazos más grandes vistos en toda la dinámica.

Con cada cuchara, la tensión crecía. Las caras largas de Makoke, Pelayo y Damián fueron el reflejo de una frustración contenida. Para ellos, apenas quedó rastro del postre, y el malestar comenzó a fermentar entre cuchicheos y silencios cargados de reproche.

La presentadora también se atraganta.

Laura Madrueño, que presenció la escena desde la plataforma, no pudo evitar lanzar una pregunta en tono irónico: “¿Quién come el siguiente, Anita, si es que queda alguien?”. La frase, aparentemente inocente, fue una forma de señalar lo evidente: algunos concursantes habían exagerado en su ración.

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