La mesa de Eugenia Martínez de Irujo: color, vajilla y un toque de rebeldía aristocrática

En un país donde las reuniones se celebran alrededor de una mesa y no de una chimenea, decorar bien ese espacio es casi un arte mayor. Y cuando una aristócrata lo hace con color y desparpajo, la expectación está servida. Eugenia Martínez de Irujo ha mostrado cómo una mesa puede ser muchas cosas a la vez: formal, alegre, ecléctica y, sobre todo, suya. Nada de blancos puros ni minimalismos nórdicos. Su mesa es una declaración de intenciones que mezcla lo folclórico con lo elegante, y lo hace sin pedir perdón. Porque, al final, no hay nada más moderno que saltarse las normas estéticas si se hace con estilo propio. En Directo al Paladar Así es la cocina que Meghan Markle deja ver extensamente en su docuserie de Netflix: elegante y distinguida El secreto no está en gastar mucho, sino en atreverse. Y ella lo hace combinando, de la mano de la marca que apadrina Eugenia & Suhita, manteles estampados, vajilla pintada a mano, copas de colores y flores silvestres como si estuviera decorando una verbena de alto linaje. Platos con bordes Entre los elementos que llaman la atención están los platos con bordes ornamentales, las copas verdes de cristal texturizado y los bajoplatos de fibras naturales. Un conjunto que funciona precisamente porque no intenta ser perfecto, sino personal. Las flores, lejos de ser un adorno de última hora, marcan el tono de la mesa: margaritas, gerberas y ramitas verdes sin orden ni jerarquía, en floreros bajos que permiten ver a los comensales. El efecto: relajado pero cuidado. También destaca el uso del color como hilo conductor. Amarillos, verdes, azules y fucsias aparecen en los textiles y las piezas cerámicas, creando una atmósfera luminosa y viva, sin caer en el caos. Un equilibrio que no es fácil de lograr. Es una mesa que invita a quedarse, no solo a comer. Una propuesta para replicar en cenas informales, brunchs familiares o celebraciones en terraza donde lo importante no sea impresionar, sino disfrutar. Al final, lo que deja claro esta puesta en escena es que la elegancia no está reñida con el color. Y que la estética, cuando se hace desde lo personal, puede ser tan efectiva como cualquier manual de protocolo. Foto |@eugeniamartinezdeirujo/Instagram En DAP | Olvida el mantel de siempre y haz como Samantha Vallejo-Nágera para darle color a tu mesa con la mejor alternativa En DAP | Así es la cocina que Jorge Cadaval, de Los Morancos, tiene en Sevilla: un espacio inmaculado, con toques llenos de personalidad - La noticia La mesa de Eugenia Martínez de Irujo: color, vajilla y un toque de rebeldía aristocrática fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

May 18, 2025 - 12:34
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La mesa de Eugenia Martínez de Irujo: color, vajilla y un toque de rebeldía aristocrática

La mesa de Eugenia Martínez de Irujo: color, vajilla y un toque de rebeldía aristocrática

En un país donde las reuniones se celebran alrededor de una mesa y no de una chimenea, decorar bien ese espacio es casi un arte mayor. Y cuando una aristócrata lo hace con color y desparpajo, la expectación está servida.

Eugenia Martínez de Irujo ha mostrado cómo una mesa puede ser muchas cosas a la vez: formal, alegre, ecléctica y, sobre todo, suya.

Nada de blancos puros ni minimalismos nórdicos. Su mesa es una declaración de intenciones que mezcla lo folclórico con lo elegante, y lo hace sin pedir perdón. Porque, al final, no hay nada más moderno que saltarse las normas estéticas si se hace con estilo propio.

El secreto no está en gastar mucho, sino en atreverse. Y ella lo hace combinando, de la mano de la marca que apadrina Eugenia & Suhita, manteles estampados, vajilla pintada a mano, copas de colores y flores silvestres como si estuviera decorando una verbena de alto linaje.

Platos con bordes

Entre los elementos que llaman la atención están los platos con bordes ornamentales, las copas verdes de cristal texturizado y los bajoplatos de fibras naturales. Un conjunto que funciona precisamente porque no intenta ser perfecto, sino personal.

Las flores, lejos de ser un adorno de última hora, marcan el tono de la mesa: margaritas, gerberas y ramitas verdes sin orden ni jerarquía, en floreros bajos que permiten ver a los comensales. El efecto: relajado pero cuidado.

También destaca el uso del color como hilo conductor. Amarillos, verdes, azules y fucsias aparecen en los textiles y las piezas cerámicas, creando una atmósfera luminosa y viva, sin caer en el caos. Un equilibrio que no es fácil de lograr.

Es una mesa que invita a quedarse, no solo a comer. Una propuesta para replicar en cenas informales, brunchs familiares o celebraciones en terraza donde lo importante no sea impresionar, sino disfrutar.

Al final, lo que deja claro esta puesta en escena es que la elegancia no está reñida con el color. Y que la estética, cuando se hace desde lo personal, puede ser tan efectiva como cualquier manual de protocolo.

Foto |@eugeniamartinezdeirujo/Instagram

En DAP | Olvida el mantel de siempre y haz como Samantha Vallejo-Nágera para darle color a tu mesa con la mejor alternativa

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