Solana Olivares, el resplandor de la escritura
LAS TRANSAS DE UN EDITOR Un grupo de escritores ha denunciado en México que la editorial española Ediciones Camelot, sello a cargo del editor Pablo Solares, los ha estafado. Según han relatado los autores afectados —Diana Ramírez Luna, Julio Bravo, Dán Lee, Patricia Yanelli Guerrero, Rocío Moya, Daniel Losán, Marco Tulio Aguilera Garramuño y Luis... Leer más La entrada Solana Olivares, el resplandor de la escritura aparece primero en Zenda.

Con su más reciente novela, Péguese mi lengua, el escritor Fernando Solana Olivares (1954) confirma que es una de las grandes voces de la literatura mexicana. Ajeno a los cenáculos de moda y al circuito mainstream que impulsan los grandes sellos editoriales (que se lo están perdiendo por pura ceguera), el autor de novelas como La rueca y el paraíso, Parisgótica, Casa Medusa o la imponente y visionaria Hormiguero ha ido construyendo con paciencia y oficio una obra narrativa que revela la altura de miras de un creador comprometido, ante todo, con su propio arte. Su nueva novela, publicada en el pequeño sello El Tapiz del Unicornio, es una obra perfecta en lo formal y de una profunda hondura humana, donde se cuentan las dramáticas andanzas de una serie de personajes históricos del México decimonónico, de Concha Lombardo y Miguel Miramón al fugaz emperador Maximilano y su mujer, la emperatriz Carlota. Solana Olivares ha dicho que su interés era, en buena medida, reflejar la pobreza y la belleza del fracaso, cosa que logra cabalmente al mostrar al lector los recovecos de aquellos que pierden las guerras y las batallas políticas, poniendo la mira no el punto de vista ideológico, sino en el humano, demasiado humano, pues el sentido de Péguese mi lengua, como ha revelado el autor, es una promesa, un voto que una mujer cumple a un marido muerto que ha sido un gran militar y un gran estratega que en la época del Segundo Imperio se entrega a una idea de nacionalidad y pasa a la historia como un traidor. El propio escritor ha descrito esta novela como la historia de los tres años del malhadado imperio de Maximiliano y los avatares para sobrevivir de Concha Miramón, quien acaba en la miseria, aunque en todo momento conserva la dignidad y la memoria, una memoria, señala Solana Olivares, heroica e impoluta, de Miguel Miramón, “una memoria castigada, denostada por la traición aparente que él comete, simplemente porque se inscribe del lado de los perdedores”. En ese sentido, como observa el autor, hay una exploración de la filosofía de la victoria que da la razón automática a quienes ganan, ocultando una gran cantidad de matices, circunstancias y personajes que, como esta novela demuestra con una escritura resplandeciente, son de una profunda humanidad.
LAS TRANSAS DE UN EDITOR
Un grupo de escritores ha denunciado en México que la editorial española Ediciones Camelot, sello a cargo del editor Pablo Solares, los ha estafado. Según han relatado los autores afectados —Diana Ramírez Luna, Julio Bravo, Dán Lee, Patricia Yanelli Guerrero, Rocío Moya, Daniel Losán, Marco Tulio Aguilera Garramuño y Luis Haime Levy—, el editor les solicitó el pago por servicios como edición, distribución, venta de libros y participación en ferias literarias tanto de España como en América Latina, incumpliendo, supuestamente, los acuerdos establecidos en sus contratos sin rembolsar los pagos. En el caso de la mexicana Patricia Yanelli Guerrero, quien viajó a Madrid a solicitud de Solares para presentar su libro de cuentos Bajo las huellas de la ceiba en la Feria del Libro de Madrid 2024, el editor le solicitó el pago de poco más de 700 dólares con la finalidad de gestionar el día, la hora y las firmas, pero en febrero del mismo año, al preguntar por los pormenores, Solares le dijo que lo estaba “gestionando”, por lo que la autora contactó con la feria y comprobó que su nombre no estaba siquiera registrado en la página oficial. Solares, ha declarado Yanelli, “no gestionó nada, nunca dio la cara en Madrid ni me rembolsó el dinero que le envié, a pesar de que se lo exigí. Todo fue un engaño”. Otro ejemplo es el caso de la mexicana Diana Ramírez Luna (1992), quien denunció en redes sociales la falta de pago de las regalías por su libro El jardín de las certezas, el cual fue distribuido en el portal de la editorial sin que jamás le reportaran las ventas. Ramírez Luna, con tristeza, dice que si bien solicitó rescindir su contrato por incumplimiento, los daños colaterales han sido que su libro ha quedado relegado al olvido. Los de Ediciones Camelot, asegura por su parte el escritor colombiano Marco Tulio Aguilera, “son editores sin vergüenza, negligentes, oportunistas y estafadores internacionales”. Este autor publicó con el sello dos libros: Cuentos ligeramente perversos (2021) y Nostalgia del paraíso (2021), pero sus problemas con la editorial comenzaron cuando preguntó por el informe de “liquidación” de las ventas de sus libros. A pesar de las numerosas cartas que envió, nunca obtuvo respuesta y dio los libros por perdidos, decidiendo terminar su relación con ellos. Aguilera sostiene que se trata de “una editorial que tiene dinero, porque publica libros biográficos de actrices y cantantes internacionales por los que tienen que pagar mucho dinero, y eso prueba que sí tienen para publicar, pero no pagan porque no les interesa y no quieren pagar a los escritores”. En resumen: en esta época ni el mundillo literario se libra de los transas.
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