Ya hay veredicto: Meses después, la justicia condena a Anabel Pantoja
Anabel Pantoja: más allá del plató. Anabel Pantoja se ha convertido en un rostro habitual del entretenimiento televisivo en España. Aunque alcanzó notoriedad por su parentesco con la tonadillera Isabel Pantoja, la sobrina de la cantante ha forjado su propia identidad mediática entre colaboraciones, realities y redes sociales. Su presencia en pantalla ha sido constante, ... Leer más

Anabel Pantoja: más allá del plató.
Anabel Pantoja se ha convertido en un rostro habitual del entretenimiento televisivo en España. Aunque alcanzó notoriedad por su parentesco con la tonadillera Isabel Pantoja, la sobrina de la cantante ha forjado su propia identidad mediática entre colaboraciones, realities y redes sociales. Su presencia en pantalla ha sido constante, oscilando entre la polémica y el desahogo emocional.
Con el tiempo, Anabel ha pasado de ser simplemente “la sobrina de” a ocupar un espacio propio en la opinión pública. Ha sabido conectar con una audiencia que la ha seguido tanto en sus momentos vulnerables como en sus etapas más frívolas. Sin embargo, este vínculo con los espectadores ha tenido un precio, especialmente cuando su vida personal y profesional se entrecruzan en los titulares.
A pesar de su habitual soltura en plató, Anabel atraviesa ahora un momento especialmente delicado. Al margen de los focos y los programas, le preocupa un proceso judicial de mayor calado: una investigación aún abierta en torno a la salud de su hija, Alma, en la que también se menciona a su pareja, David Rodríguez. El caso, todavía sin resolución, mantiene en vilo a la colaboradora.
Una condena con consecuencias.
Paralelamente, otro frente judicial ha tenido un desenlace concreto. El Juzgado de Primera Instancia número 91 de Madrid ha emitido una sentencia sobre un episodio ocurrido hace más de tres años, con implicaciones directas para Anabel y el equipo de Sálvame. El caso gira en torno a unos programas emitidos hace muchos meses, donde se difundieron contenidos que han acabado costándoles una condena.
La justicia ha dictaminado que tanto Anabel Pantoja como Mediaset y la productora La Fábrica de la Tele cometieron una vulneración del derecho al honor y a la intimidad de Marta Riesco. En consecuencia, deberán indemnizar a la periodista con 50.000 euros, además de asumir los intereses y costes legales derivados. Riesco, que solicitaba una compensación mayor, tendrá que conformarse con una tercera parte de lo que reclamaba inicialmente.
Más allá de la sanción económica, el fallo obliga a las partes condenadas a retirar cualquier rastro de aquellos programas de sus plataformas digitales. Asimismo, deberán publicar la sentencia sin añadir comentarios ni matices. Una medida que busca restaurar la imagen pública de la afectada tras el revuelo mediático que se generó entonces.
Cuando el espectáculo traspasa la línea.
El núcleo del conflicto se remonta a una fiesta de Nochevieja en Cantora, donde Anabel relató un supuesto episodio íntimo protagonizado por Marta Riesco. Según se dijo en Sálvame, la periodista habría mantenido una relación sexual con otra mujer, algo que fue presentado con ligereza y tono burlesco. Riesco, que nunca ha hablado públicamente de su orientación, lo vivió como un ataque personal.
En palabras del fallo judicial, “efectivamente se habría vulnerado el derecho al honor de la actora, pues se le atribuyó públicamente haber participado en un encuentro sexual de carácter lésbico, con la única intención de provocarle un descrédito o menoscabo en su consideración pública”. La justicia ha subrayado que no existía un interés informativo real que justificase la difusión del relato.
Además, el tribunal ha puesto el foco en cómo se escenificó el suceso en el plató, con intervenciones teatrales y una clara intención de alimentar el espectáculo. Jorge Javier Vázquez, por ejemplo, participó activamente en una representación que, según el juez, fue “innecesaria, carente de contexto informativo y motivada por el afán de notoriedad”. Un show que ha acabado con consecuencias legales.
Ironías del destino.
El giro más irónico de esta historia es que Marta Riesco trabaja actualmente en TVE, precisamente con varios de los implicados en este litigio. La periodista forma parte del equipo de La familia de la tele, un programa producido por La Osa, la nueva identidad empresarial de quienes antes operaban como La Fábrica de la Tele. Un reencuentro profesional marcado por un pasado tenso.
Este caso pone en evidencia cómo los límites entre televisión, espectáculo y derechos individuales pueden difuminarse peligrosamente. Lo que en su momento fue tratado como un contenido más de entretenimiento, hoy se reconoce como una vulneración grave. Y aunque los responsables han sido condenados, el debate sobre la ética televisiva sigue abierto.
Mientras tanto, Anabel Pantoja deberá afrontar este revés judicial en medio de un contexto personal nada sencillo. Su situación familiar, junto con el peso de esta condena, configura un panorama en el que el ruido mediático parece no dar tregua. Habrá que ver cómo afecta esto a su futuro profesional en una industria que rara vez concede pausas.