12 poemas de Homero Pumarol
*** Words Cuando ellos leen mis poemas Siento pedacitos de hielo en la sien, Como cuando uno bebe frío-frío rápido. Cuando ellos leen mis poemas Las palabras me paralizan, Como cuando quieres algo Y dices lo primero que piensas: Cenicero al encendedor, Fósforos a los cigarrillos, Como si pidieras un café o un Vodka Y... Leer más La entrada 12 poemas de Homero Pumarol aparece primero en Zenda.

Homero Pumarol es un poeta nacido en Santo Domingo, República Dominicana, en 1971. Se tituló en leyes por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. Cursó estudios de escritura creativa en New Mexico State University e hizo un año del programa de la Escuela de Letras de Madrid. Ha publicado los libros Cuartel Babilonia (Santo Domingo, 2000); Second Round (Ediciones Cielonaranja, Berlín, 2003); Fin de carnaval (Editorial Vox, Bahía Blanca, 2010), el cual quedó finalista en el Concurso Hispanoamericano de Poesía convocado por dicha editorial; y Todo el mundo tiene un primo en el canal de la Mona (Editorial Textos de Cartón, Córdoba, 2010). Sus poemas han aparecido en diversas antologías, entre las que destacan Antología de la poesía latinoamericana del siglo XXI (Siglo XXI Editores, México, 1997) y La poesía del siglo XX en República Dominicana: Antología esencial (Editorial Visor, La Estafeta del Viento, Madrid, 2011). Es miembro fundador de la banda de spoken word El Hombrecito. En 2011 Ediciones De a Poco publicó Poesía Reunida 2000-2011. Presentamos una selección de su obra poética.
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Words
Cuando ellos leen mis poemas
Siento pedacitos de hielo en la sien,
Como cuando uno bebe frío-frío rápido.
Cuando ellos leen mis poemas
Las palabras me paralizan,
Como cuando quieres algo
Y dices lo primero que piensas:
Cenicero al encendedor,
Fósforos a los cigarrillos,
Como si pidieras un café o un Vodka
Y te trajeran un ataúd o una linterna.
Al final aceptas lo que sea,
—Algo obtuviste a cambio
Y no eres tan imbécil de rechazarlo—
Un grupo de palabras que alguien repite
Y que ya no significan nada para ti.
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Tour
Osos polares caminan
Por las calles de Santo Domingo
Bajo el Sol de agosto
Detrás de una niña negra
Que mueve las nalgas
Como si deseara destruir los hogares
de toda Gelsenkirchen.
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Postcard
Lástima que no puedas ver el rompeolas
Ni las gaviotas ni los pescadores negros del malecón
Ni los barcos con nubes en el muelle como en cualquier postal
O el café con vista al mar y ruinas de turistas fumando,
Bebiendo, comiendo por primera vez haitiano.
Aquí el tiempo pasa como se le antoja
A dos o tres políticos, un cura y un embajador.
Como hace tanto calor,
Lo que haya que hacer se hace borracho.
Igual que en cualquier provincia
Encontrarás mucha gente dispuesta a reconocer
La parroquia como el ave nacional y muchas mujeres solas.
Aquí cualquier puta te invita un café.
Por más que limpien las palmeras
Por más grandes que hagan los letreros
Cada año un coco mata un alemán.
***
Falcon Crest
Los chivos se acabaron la verja de alambre
cuando ya nadie miraba la carretera.
Los árboles son tres palos con espinas.
El mar es de arena, la brisa no duerme.
Las calles están llenas de zapatos abandonados.
En el cruce de salida un letrero anuncia la llegada del cine.
***
Pangolita
“A mí me persigue
De noche y de día
Un carrito gris de la policía”Luis Días
Todos los días después de las tres de la mañana
Pasa por mi calle una patrulla de policía
—Volkswagen, “cepillo”—.
Un juguete rabioso y duradero
fabricado en algún horno de la Alemania
de la segunda guerra mundial.
Uno primero escucha el motor,
Parecería que tiene catarro.
Luego se ven las luces que giran
Mientras el carrito se desliza
Sobre el asfalto como una cucaracha.
Desde aquí se siente el olor
A óxido, humo y gasolina
Que queda en el aire.
El sudor de los policías
Huele a mentol y cerveza
Y sus uniformes y kepis de polyester
No huelen a nada.
Blanco y verde el juguete
Dobla la esquina y se pierde de vista.
El reflejo de las luces rojas y azules
Resbala en los muros un rato
Hasta que otra vez oscura la calle parece real
Y me mira como un niño debajo de una mesa.
***
Duerme quien puede
Duerme quien puede,
Cada quien aferrado a su lugar
Como a su propio recuerdo.
Bajo una lámpara envejece
La fotografía de cuando fuimos a Madrid,
Apenas se reconoce la ciudad
Bajo las manchas de moho.
Una colilla terca le saca punta al ojo del reloj,
El polvo se cuela por la ventana
Y sale por debajo de la puerta,
Lenguas amarillas ocupan la pared
Y un mosquito cruza trompeteando
El toque de queda.
Afuera la calle no sale de su sueño,
Puesto como una verdad en la ventana.
Quién apagará la luz
Y me brindará oscuro café y cigarros
Para salir de entre tanto techo.
***
Balcón
Se mete por las uñas una noche
Puesta a secar en la baranda,
Una noche que no acaba de secar
Sobre los toldos y las rejas comidas por el óxido.
Se cuela por el ojo que descansa en el balcón
Un rosario de días. Quién andará allá afuera?
Qué hora es?
Bien anclados los huesos
Sobrevuelan lejanas azoteas
Y lo mismo regresan sofocados
Por el terreno que amasaron las huellas
Con anticipación y vértigo hasta quedar dormidos.
***
Capricornio
Nací sin suerte, donde quiera que voy
Parezco llevar conmigo el desastre.
Orita estuvo al revés —me grita mi mujer—
La cerveza está caliente y los chiles fríos.
Pero tenemos cosas lindas
a las que hay que echarle aceite
Como ese carro. Va a ser un clásico.
Qué canciones
Qué camisas
Qué flores tenemos.
En el jardín pusimos fertilizante
Y se nos cae el pelo.
Ustedes creen que yo estoy loco
O que los locos somos pendejos.
Al oír que algo se rompe
Es como que me salvé.
***
Composición 14
Cuando fumo en la ventana
la noche lo ocupa todo,
incluso el humo del cigarro,
incluso todo lo lejano,
y en todo el barrio de la clase media
no se escucha nada,
ni una sola luz hay encendida
y las casas que duermen en la calle
parecen cafeteras al final de una barra.
***
Composición 17
Un viejo zapato en el borde
de un contenedor de basura
debajo de un puente,
donde hombres y perros y pájaros negros
revuelven el hedor y las moscas
hasta conseguir de una cabeza
podrida de cerdo cada cual su tajada,
es lo mismo que la teta de una puta
en la boca del congreso.
***
Costa Brava Revisited
Para Eddy Bobea
Tu sombra se hace cada vez más delgada,
la luz de los faroles me cierra los ojos.
Las casas del barrio son pura fachada,
un mundo plano, sin misterio.
Pensar que tú jugabas debajo de esos faroles.
¿No es como que te escupan en la cara?
Cangrejos retroceden por la calle.
El ruido de sus patas contra el pavimento
hace pequeña mi tristeza.
***
Jack Veneno ha muerto
Esta mañana en el carro rojo de Deseo
dando vueltas al Parque Independencia
mientras intentaba enrolar un tabaco
en la portada del National Geographic
lo pude leer con estos ojos
JACK VENENO ha muerto.
Deseo inmediatamente rompió aguas,
así de feo, así de cero, así mismo,
sí, ese es su deseo,
y lloró y lloró y lloró
porque además no encontramos
una puta suficiente para los dos
y porque no hay nada que hacer sino llorar
y dar vueltas al Parque Independencia
que es el parque más feo de la bolita del mundo.
…y llorar y dar vueltas al parque Independencia y al tabaco
y terminar de enrolarlo a lágrima viva
del mismo lado de la calle El Conde,
entre los borrachos de a pie, los maniceros,
las barrigas verdes de polyester de los policías,
los carros públicos, las guaguas voladoras
y siete locos que iban corriendo, llorando, gritando
“degracimao, hijoetumalditamai, mamagüebo”
a un pintor que corría y lloraba y gritaba más rápido que ellos
y que les había robado todas las piedras
que ahora ellos no tenían y que ya nunca nadie podría tirar.
JACK VENENO ha muerto,
el campeón de la bolita del mundo,
el líder de la cuadra de los técnicos,
que luchó en mi sueño a trío con Blue Demon y El Santo
contra Frankenstein, El Hombre Lobo y La Mujer Maravilla;
JACK con Forty malt, un brazo de poder en cada cucharada,
con el salami especial de mallita,
con SangYang ahí van,
champú, rinse y acondicionador BPT,
con Avispa al pelo y piojo al suelo,
JACK saltando con la bota preparada
desde la tercera cuerda hasta el infinito;
el hijo de Doña Tatica,
el hombre de pelo en pecho,
que venció a Rick Flair con la polémica
por la faja mundial,
que acabó con El Vampiro Cao
y con La Gallina Relámpago Hernández.
Relámpago te jodieron,
Relámpago te agarraron comprando crack en Catanga,
Relámpago qué mierda es el congreso,
en mi inodoro ha crecido una mata gigante,
hay telarañas en los lavamanos,
tengo seis días sin luz,
la policía pone cada vez más cara la yerba,
mezclan la coca con azúcar de leche
y al final uno parece cada vez más una gallina
picoteando polvo en el vacío.
Relámpago vuelve a la cuadra de los rudos,
te lo piden los muchachos de La Victoria,
Relámpago vuelve por Deseo, por Vickiana, por Luis Días,
por Aramis Camilo y su organización secreta.
JACK VENENO HA MUERTO
Nietzsche lo sospechó desde un principio,
Deseo aún no para de llorar
y no hay una sola puta suficiente
en todo el Parque Independencia.
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