Crisis infinita en Marvel Comics

Toca reflexionar sobre la crisis creativa que está viviendo Marvel Comics, aun hay tiempo.

Jun 16, 2025 - 12:20
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Crisis infinita en Marvel Comics

Esta semana ha arrancado con el anticipo —pendiente de confirmación— del cierre de la actual etapa de Iron Man tras apenas diez entregas, y parece ser que All-New Venom corre una suerte parecida. En este caso, se habla de un nuevo relanzamiento o, lo que es lo mismo, alargar un poco más la agonía de una serie que, de la mano de uno de los guionistas con más aura de la editorial, no termina de encontrar su voz.

Podríamos hablar del fracaso del relanzamiento mutante. Y cuando digo «fracaso«, lo hago porque series como NYX, X-Force o Factor-X no fueron capaces de alcanzar un año de vida, y está por ver cuánto tiempo podrán sobrevivir otras como Tormenta o Fénix. Duele que un guionista tan reputado y con tanto potencial como Mark Russell no termine de asentarse.

El caso es que el plan de Marvel Comics no funciona. Podríamos hablar de la fallida etapa de J. M. Straczynski en Capitán América, de lo sosa que está siendo la etapa de Daredevil, o incluso de Uncanny X-Men, que fue durante mucho tiempo el título bandera de la editorial y ahora es un «sí, pero no» de la mano de Gail Simone. Allí se está cocinando todo tan a fuego lento que podría terminar perdiendo el favor del público antes de que explote todo su potencial, porque, por trama y personajes, lo tiene.

Y en medio de todo este caos, desidia o aburrimiento —escoged la palabra que mejor consideréis—, hay pequeños oasis, algunos excesivamente aislados. Ryan North, por ejemplo, está haciendo una etapa memorable en Los 4 Fantásticos, y sorprende que —a pesar del actual evento con Doctor Muerte— no tenga un mayor peso en la editorial. O Jed MacKay, que casi todo lo que toca lo convierte en oro: X-Men, Caballero Luna, Gata Negra y, en menor medida, Vengadores, donde parece haber perdido algo de fuelle. Ellos dos, junto a Jonathan Hickman, son la actual tabla de salvación. Pocos mimbres para tantos agujeros que tapar.

¿Qué quiero decir con esto? Que Marvel no acierta con los equipos creativos idóneos para sus series principales. Y esto es muy peligroso. Más aún cuando consulto el catálogo de Previews de este mes y veo que está plagado de series de tercera o cuarta fila en las que se está gastando tiempo y esfuerzo, y que dudo que sean rentables. Duele decirlo, pero esas series no enganchan, y a día de hoy se antojan más un lastre que un beneficio.

Por buscar un punto de luz ante tanto pesimismo: por ahora, Joe Kelly no lo está haciendo mal en el relanzamiento de Amazing Spider-Man. Es cierto que Pepe Larraz tiene mucha ‘culpa’ de ello. El nuevo evento de Jonathan Hickman, Imperial, promete tras leer la primera entrega, al igual que la miniserie Marvel Knights: The World to Come, que —más allá de un cliffhanger un tanto dudoso— convence en su ejecución de la mano de Christopher Priest y Joe Quesada. También ha sorprendido para bien la primera entrega de La muerte de Estela Plateada en la que Greg Pak brilla a un nivel muy alto. Proyectos aislados que no garantizan a priori una continuidad pero si tener enganchado al lector durante unos meses.

Si miramos un poco más hacia el futuro inmediato, tenemos el relanzamiento del Capitán América con Chip Zdarsky, del que se espera algo al nivel de su Spider-Man o Daredevil. Veremos si es capaz; por calidad no será. Y, claro está, el universo Ultimate, que funciona a las mil maravillas con propuestas novedosas y de una calidad notable en su mayoría, y excelente en los casos de Ultimates o Ultimate Spider-Man, aunque a nadie escapa el miedo del «que pasará» cuando las series alcancen las veinticuatro entregas, fecha marcada en rojo para su encuentro con el Hacedor y en la que intuyo, con mucho dolor, será la despedida de Jonathan Hickman de Ultimate Spider-Man, de como de bien escojan a su sucesor —esperemos piensen en Denniz Camp— dependerá el futuro no solo de la serie sino de esta línea editorial.

¿Y todo este desaguisado, cómo se arregla? Creo que ha llegado el momento de un plan ambicioso: un gran evento con el que dar por concluidas las series actuales y rearmarse con autores de primer nivel. Si a DC el plan de “marvelizarse” le ha funcionado, quizás Marvel debería copiar la estrategia que DC llevó a cabo en los ochenta y montar sus propias Crisis para resetear la editorial. No en cuanto a continuidad, pero sí en lo que se refiere al enfoque editorial.

Toca reforzar las series core, con guionistas de primer nivel que asuman no más de dos o tres títulos por cabeza (idéntica estrategia a la de DC). Crear un campo donde experimentar con miniseries que mezclen autores consagrados con nuevos talentos capaces de revitalizar el medio. Se echa en falta un universo cohesionado, clave durante tantos años. Y lo más difícil: ponerle nombre al Mark Waid de DC Comics en Marvel, ese arquitecto guardián de la continuidad que sea capaz de mover todos los hilos.

Marvel está en una peligrosa monotonía. Ni sorprende ni busca hacerlo. Aquellos que compramos sus series lo hacemos por inercia y esperando tiempos mejores. Y esto es peligroso cuando tu competidor está en su mejor momento creativo e invita a un traspaso de lectores que, por cómo se está cocinando todo, se van a sentir muy cómodos en DC.

Ha llegado el momento de ser valientes, de tomar decisiones dolorosas. El futuro de Marvel Comics dependerá de las decisiones que se lleven a cabo en los próximos meses.

No se vayan todavía… Dicen que a perro flaco todo son pulgas, pues bien, en las últimas horas Ryan North ha anunciado que tras su proyecto sobre Krypto tiene más trabajos en cartera para DC Comics, esperamos que no signifique que va a firmar en exclusiva para ellos pues sería gravísimo para Marvel Comics, una puñalada más, y que no deja de ser un síntoma más de que por el motivo que sea -y que todos podemos interpretar- los autores se encuentran más a gusto a día de hoy en DC Comics que en Marvel.