El pueblo cántabro que fue el origen de las primeras siderurgias españolas es ahora un paraíso verde

La industria siderúrgica en España ha vivido etapas muy distintas a lo largo de los siglos. Hoy en día, cuando se habla de acero y de grandes forjas, es fácil pensar en Vizcaya como el epicentro histórico de este sector. Sin embargo, antes de que Bilbao y su entorno se convirtieran en símbolos del poderío industrial del norte, hubo otros focos de desarrollo más pequeños pero igualmente significativos. Uno de esos puntos fue la comunidad cántabra, que aprovechó su cercanía con materias primas clave como el hierro y el carbón. Así, se fueron dando las condiciones ideales para que en algunos rincones como Liérganes floreciera una de las primeras experiencias siderúrgicas del país. Aunque hoy se la conoce sobre todo por su belleza natural y su arquitectura señorial, Liérganes fue, en su momento, un centro clave para el desarrollo de la metalurgia en la península. Liérganes está ubicado en el corazón de Cantabria, a unos 25 kilómetros al sur de Santander, en el Valle del Miera. Este pueblo se encuentra rodeado de verdes montañas, prados y bosques que le dan un aire de cuento. Cruzado por el río Miera, su entorno natural es uno de los grandes atractivos de la zona. Pero además del paisaje, lo que hace de Liérganes un lugar tan especial es su arquitectura, su historia y el ambiente pausado que se respira por sus calles empedradas. De hecho, forma parte de la red de los Pueblos Más Bonitos de España, una distinción que no se otorga a la ligera y que refuerza su valor cultural y estético. Qué ver en Liérganes (Cantabria) El puente 'romano' de Liérganes. Uno de los grandes atractivos de Liérganes es pasear sin rumbo por su casco histórico. Allí abundan las casonas de los siglos XVII y XVIII, muchas de ellas con balcones de forja y escudos nobiliarios que hablan de un pasado de cierta prosperidad. El Puente Mayor, también conocido como el Puente Romano aunque es posterior, es uno de los símbolos del pueblo. Cruza el río con dos arcos de piedra que parecen sacados de una estampa antigua. Muy cerca de allí, se encuentra la estatua del Hombre Pez, una leyenda local que habla de un joven que desapareció en el río y, años después, fue encontrado en la bahía de Cádiz sin haber pronunciado palabra alguna salvo “Liérganes”. Además del paseo por el pueblo, merece la pena visitar el balneario de aguas termales, uno de los más antiguos de Cantabria, donde ya en el siglo XIX se ofrecían tratamientos de salud. Estatua del Hombre Pez. Las Termas de Liérganes siguen en funcionamiento y permiten a los visitantes relajarse en un entorno natural privilegiado. Otro plan interesante es recorrer los alrededores del pueblo, donde hay rutas de senderismo que ofrecen vistas panorámicas de la comarca, entre bosques de robles y castaños. Pero si hay un rincón que no se puede dejar de lado al hablar de Liérganes es la vecina localidad de La Cavada, situada apenas a cinco kilómetros de distancia. Allí se encuentra uno de los enclaves históricos más importantes del desarrollo industrial en España: la Real Fábrica de Artillería de La Cavada. Casona El Arral. ©Turismo de Cantabria. Esta instalación fue fundada en 1622 por orden de Felipe IV, en un momento en que la monarquía española necesitaba modernizar su producción de armas para abastecer a la Armada y a los ejércitos en Flandes y América. El lugar se eligió por su cercanía a las minas de hierro del entorno, la abundancia de agua y la facilidad para transportar los productos hasta el mar, a través del río Miera. La fábrica fue pionera en su tiempo y llegó a convertirse en uno de los centros de producción de artillería más importantes de Europa. Allí se fundían cañones, proyectiles y otros elementos esenciales para la maquinaria bélica del imperio español. Arco de Carlos III en el Museo de La Cavada. Estuvo operativa hasta 1835, cuando la evolución tecnológica y los cambios en las rutas comerciales y estratégicas provocaron su cierre definitivo. Hoy en día, lo que queda de aquel complejo se puede visitar en el Museo de la Real Fábrica de Artillería, donde se conservan planos, herramientas y reproducciones de los cañones que allí se fabricaban. El museo permite entender cómo funcionaba la industria de la época y cómo se organizaba el trabajo en una fundición del siglo XVII. La mejor época para visitar Liérganes es durante la primavera y el verano, cuando el clima es más amable y se puede disfrutar plenamente del paisaje. En otoño, los colores del bosque regalan postales impresionantes, aunque las lluvias son más frecuentes. En invierno, el pueblo gana en intimidad y recogimiento, y aunque el frío es palpable, también lo es el encanto de sus calles silenciosas y su ambiente acogedor. Imágenes | Turismo de Cantabria En DAP | Aunque suene andaluz, es uno de l

Jun 16, 2025 - 11:50
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El pueblo cántabro que fue el origen de las primeras siderurgias españolas es ahora un paraíso verde

El pueblo cántabro que fue el origen de las primeras siderurgias españolas es ahora un paraíso verde

La industria siderúrgica en España ha vivido etapas muy distintas a lo largo de los siglos. Hoy en día, cuando se habla de acero y de grandes forjas, es fácil pensar en Vizcaya como el epicentro histórico de este sector.

Sin embargo, antes de que Bilbao y su entorno se convirtieran en símbolos del poderío industrial del norte, hubo otros focos de desarrollo más pequeños pero igualmente significativos. Uno de esos puntos fue la comunidad cántabra, que aprovechó su cercanía con materias primas clave como el hierro y el carbón.

Así, se fueron dando las condiciones ideales para que en algunos rincones como Liérganes floreciera una de las primeras experiencias siderúrgicas del país. Aunque hoy se la conoce sobre todo por su belleza natural y su arquitectura señorial, Liérganes fue, en su momento, un centro clave para el desarrollo de la metalurgia en la península.

Liérganes está ubicado en el corazón de Cantabria, a unos 25 kilómetros al sur de Santander, en el Valle del Miera. Este pueblo se encuentra rodeado de verdes montañas, prados y bosques que le dan un aire de cuento. Cruzado por el río Miera, su entorno natural es uno de los grandes atractivos de la zona.

Pero además del paisaje, lo que hace de Liérganes un lugar tan especial es su arquitectura, su historia y el ambiente pausado que se respira por sus calles empedradas. De hecho, forma parte de la red de los Pueblos Más Bonitos de España, una distinción que no se otorga a la ligera y que refuerza su valor cultural y estético.

Qué ver en Liérganes (Cantabria)

Puente Romano De Lierganes El puente 'romano' de Liérganes.

Uno de los grandes atractivos de Liérganes es pasear sin rumbo por su casco histórico. Allí abundan las casonas de los siglos XVII y XVIII, muchas de ellas con balcones de forja y escudos nobiliarios que hablan de un pasado de cierta prosperidad. El Puente Mayor, también conocido como el Puente Romano aunque es posterior, es uno de los símbolos del pueblo.

Cruza el río con dos arcos de piedra que parecen sacados de una estampa antigua. Muy cerca de allí, se encuentra la estatua del Hombre Pez, una leyenda local que habla de un joven que desapareció en el río y, años después, fue encontrado en la bahía de Cádiz sin haber pronunciado palabra alguna salvo “Liérganes”.

Además del paseo por el pueblo, merece la pena visitar el balneario de aguas termales, uno de los más antiguos de Cantabria, donde ya en el siglo XIX se ofrecían tratamientos de salud.

Lierganes Hombre Pez Copia Estatua del Hombre Pez.

Las Termas de Liérganes siguen en funcionamiento y permiten a los visitantes relajarse en un entorno natural privilegiado. Otro plan interesante es recorrer los alrededores del pueblo, donde hay rutas de senderismo que ofrecen vistas panorámicas de la comarca, entre bosques de robles y castaños.

Pero si hay un rincón que no se puede dejar de lado al hablar de Liérganes es la vecina localidad de La Cavada, situada apenas a cinco kilómetros de distancia. Allí se encuentra uno de los enclaves históricos más importantes del desarrollo industrial en España: la Real Fábrica de Artillería de La Cavada.

Valles Pasiegos Lierganes Casona El Arral Ermita Casona El Arral. ©Turismo de Cantabria.

Esta instalación fue fundada en 1622 por orden de Felipe IV, en un momento en que la monarquía española necesitaba modernizar su producción de armas para abastecer a la Armada y a los ejércitos en Flandes y América. El lugar se eligió por su cercanía a las minas de hierro del entorno, la abundancia de agua y la facilidad para transportar los productos hasta el mar, a través del río Miera.

La fábrica fue pionera en su tiempo y llegó a convertirse en uno de los centros de producción de artillería más importantes de Europa. Allí se fundían cañones, proyectiles y otros elementos esenciales para la maquinaria bélica del imperio español.

Arco de Carlos III Arco de Carlos III en el Museo de La Cavada.

Estuvo operativa hasta 1835, cuando la evolución tecnológica y los cambios en las rutas comerciales y estratégicas provocaron su cierre definitivo. Hoy en día, lo que queda de aquel complejo se puede visitar en el Museo de la Real Fábrica de Artillería, donde se conservan planos, herramientas y reproducciones de los cañones que allí se fabricaban. El museo permite entender cómo funcionaba la industria de la época y cómo se organizaba el trabajo en una fundición del siglo XVII.

La mejor época para visitar Liérganes es durante la primavera y el verano, cuando el clima es más amable y se puede disfrutar plenamente del paisaje. En otoño, los colores del bosque regalan postales impresionantes, aunque las lluvias son más frecuentes. En invierno, el pueblo gana en intimidad y recogimiento, y aunque el frío es palpable, también lo es el encanto de sus calles silenciosas y su ambiente acogedor.

Imágenes | Turismo de Cantabria

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La noticia El pueblo cántabro que fue el origen de las primeras siderurgias españolas es ahora un paraíso verde fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Jaime de las Heras .