Claves literarias y simbólicas del libro de Génesis: interpretación y análisis
El Génesis —nombre que en griego helenístico quiere decir «nacimiento», «origen» o «creación», y que en hebrero significa «En el...

El Génesis —nombre que en griego helenístico quiere decir «nacimiento», «origen» o «creación», y que en hebrero significa «En el principio» — es el primer libro de la Tanaj judía y el Antiguo Testamento cristiano. Su creación se atribuye a Moisés, pero muchos académicos y estudiosos difieren de este hecho. Sin embargo, lo más importante es lo que aquí se narra: la historia de cómo nacieron el mundo y los primeros humanos.
El Génesis, como primer volumen del Pentateuco, es una obra fundacional, tanto desde el punto de vista religiosos como desde el literario. Además del origen de la vida en la Tierra, este libro cuenta cómo nació el pecado, la elección divina y la formación del pueblo de Israel. Para comprenderlo, nos adentraremos en una interpretación y análisis del Génesis, así como en sus claves literarias y símbolos.
Claves literarias y simbólicas del libro de Génesis: interpretación y análisis
Estructura y género literario
El Génesis está dividido en cincuenta capítulos que, a su vez, se subdividen en dos grandes secciones: los once primeros apartados constituyen la historia primitiva (Gn 1–11), mientras que los capítulos del doce al cincuenta comprenden la historia patriarcal. Esta división marca un cambio en el enfoque del relato, pasando del cuento universal, cosmogónico y antropogónico, a la narrativa particular del pueblo hebreo, representado en las figuras de los profetas.
Los patriarcas elementales de esta última sección son, en orden de participación, Abraham, Isaac, Jacob y José. De este modo, el libro combina diversos géneros literarios, entre ellos: mito teológico, genealogía, saga familiar, poesía y relatos etiológicos. Según los creyentes, estos recursos no deben entenderse como opuestos a su verdad religiosa, sino como vehículos para expresar realidades espirituales en clave narrativa.
Claves literarias fundamentales
El poder de la palabra
Uno de los ejes literarios más imprescindibles del Génesis es el acto de crear a través del lenguaje, como cuando en Gn 1:3 se plantea: «Y dijo Dios: “Hágase la luz”, y la luz se hizo». Aquí, la palabra es performativa, y es esa fuerza la que se extiende posteriormente al ser humano en Gn 2:19–20, donde se describe que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, con la capacidad de nombrar y definir.
La repetición y los patrones narrativos
El texto bíblico emplea fórmulas repetitivas, genealogías y estructuras paralelas. Un ejemplo muy específico de esto se encuentra en los relatos de los patriarcas, donde se repite la misma secuencia narrativa: una promesa, una amenaza a la descendencia, un acto de fe o duda, y una renovación del pacto. Esta reproducción paso por paso no es redundante, sino pedagógica, pues recalca la fidelidad divina en medio de la fragilidad del carácter humano.
Personajes arquetípicos
Los personajes presentados en el Génesis no son solo hombres y mujeres que representan la historia antigua y el dogma religioso, sino que se pueden emplear como símbolos arquetípicos y argumentales. Por ejemplo: Adán y Eva simbolizan la lucha de la humanidad contra las leyes del bien y el mal. Caín encarna los celos y la violencia fratricida. Abraham representa al que lo arriesga todo por fe, y, José, al justo que triunfa sobre la adversidad.
La tensión entre promesa y cumplimiento
Uno de los puntos centrales del Génesis es la promesa de Dios a su pueblo: una tierra donde vivir su fe, una descendencia que cumpla el mandato y extienda el conocimiento, y una bendición del Todopoderoso. Aunado a ello, tenemos la tensión que existe entre esa promesa y su cumplimiento. Ese emplazamiento, la pregunta de cuándo llegará, crea una expectativa constante, una espera activa que se vuelve principio en la vida judeocristiana.
Claves simbólicas principales
El jardín del Edén
En el Génesis, el Jardín no es solo un lugar geográfico que existe, sino un espacio donde se da la comunión perfecta con Dios, la inocencia original. De este modo, la expulsión del del Edén que sufren Adán y Eva no debe interpretarse como un simple castigo, sino como la entrada a una existencia marcada por la responsabilidad y el dolor. Así, el árbol del conocimiento del bien y el mal representa el límite, la conciencia moral y la libertad con convencías.
La serpiente
Se trata de una figura ambigua y polisémica. En el capítulo tres del Génesis, la serpiente representa astucia, tentación y ruptura, siendo su función la de catalizar el conflicto. Aquí, es el agente que introduce la duda, y, por tanto, el conocimiento. Sin embargo, a medida que trascurrió el tiempo, la serpiente fue vista por los judíos como el origen del mal y Satanás, el eterno adversario.
El diluvio
El relato del diluvio, que tiene lugar en Gn 6–9, retorna a tradiciones narrativas mucho más antiguas, como es el caso de la epopeya de Gilgamesh. No obstante, la historia aquí cuenta con un giro teológico: según la creencia, Dios no destruye por mero capricho, sino en respuesta a la corrupción generalizada. En este sentido, el arca de Noé es un símbolo de salvación y fidelidad durante el juicio. Por otro lado, el arcoíris viene a ser un signo del nuevo pacto.
La torre de Babel
El intento de los hombres de construir una torre que llegue al cielo en Gn 11 es un símbolo de orgullo, de una autosuficiencia desmedida. Al mismo tiempo, la creación de nuevas lenguas y la confusión del pueblo representa la incapacidad de entrar en comunión sin Dios. Este pasaje también ofrece una explicación mitológica del origen de la diversidad cultural y lingüística.
El cambio de nombres
Antes de su pacto con Dios, Abraham se llamaba Abram, e Israel, Jacob. Aunque no lo parezca, estos cambios de nombres son profundamente simbólicos, porque marcan una transformación interior, una nueva identidad anclada en una vocación o alianza con la energía divina. Desde el punto de vista literario, funciona como bisagra en la narrativa, redefiniendo la misión y visión del personaje.
Los sueños como revelación
Desde los primeros tiempos, se ha hablado de la capacidad del hombre para interpretar el sentido oculto de los acontecimientos. Este es un hecho que se refuerza en el Génesis a través de la figura de José, cuyos sueños tienen un papel clave, fungiendo como revelaciones cifradas que, al ser filtradas por la mente del personaje, orientan el destino de pueblos enteros.