Cuatro aeropuertos salen ilesos del tijeretazo de Ryanair
Algunos de los aeropuertos donde Ryanair redujo o eliminó su capacidad han conseguido mejorar su tráfico pese al recorte de plazas. Es el caso de Vigo, Zaragoza, Santander y Asturias, que incrementaron sus cifras en un 475%, 7,1%, 3,1% y 2%, respectivamente (Ryanair suprime 800.000 plazas en aeropuertos regionales de España). Según apunta El Español, […]

Algunos de los aeropuertos donde Ryanair redujo o eliminó su capacidad han conseguido mejorar su tráfico pese al recorte de plazas. Es el caso de Vigo, Zaragoza, Santander y Asturias, que incrementaron sus cifras en un 475%, 7,1%, 3,1% y 2%, respectivamente (Ryanair suprime 800.000 plazas en aeropuertos regionales de España).
Según apunta El Español, en el caso del aeropuerto gallego es muy particular, ya que el repunte responde en parte al cierre temporal por obras que afectó a este aeropuerto en mayo de 2023, lo que explica la subida extraordinaria registrada este año.
En este sentido, cabe recordar que la low cost irlandesa redujo un 61% sus rutas en Vigo, un 20% en Zaragoza, un 5% en Santander y un 11% en Asturias. También recortó capacidad en Santiago de Compostela, donde, en este caso, la reducción del 28% en plazas provocó una caída del 25,1% en el tráfico de pasajeros, hasta los 105.768 usuarios (Aena fracasa en la búsqueda de remplazos a Ryanair en aeropuertos regionales).
Por su parte, los aeropuertos de Jerez y Valladolid, donde Ryanair dejó de operar por completo, el impacto ha sido dispar. Mientras que Jerez amortiguó la salida con un descenso del 3%, Valladolid se desplomó un 63%, con sólo 8.152 pasajeros, siendo superado por aeropuertos más pequeños como Badajoz o León.
La aerolínea ha confirmado que las rutas eliminadas en verano no volverán en la temporada de invierno. En el caso de Valladolid, no se prevén nuevas conexiones y la única operadora regular que permanece es Binter, con vuelos a Gran Canaria.
Este ajuste forma parte de la estrategia de Ryanair de centrarse en aeropuertos rentables para su modelo de bajo coste. Aena, por su parte, mantiene su política de incentivos actual, mientras ve cómo parte del tráfico en aeródromos regionales empieza a estabilizarse, con el respaldo del auge turístico.