El guion más autobiográfico de Ingmar Bergman que él nunca rodó resucita convertido en serie
El director sueco Tomas Alfredson, autor de 'Déjame entrar', rehace 'Infiel', libreto del mítico cineasta que ya tuvo una versión cinematográfica dirigida por su musa, Liv UllmannSe hace viral una entrevista a Clint Eastwood en un medio austriaco... y resulta que era falsa Ingmar Bergman escribió en 1995 un guion llamado Infiel. Muchos decían que era casi autobiográfico. Un triángulo amoroso en donde el protagonista era un director de cine que rememoraba su relación con Marianne, la esposa de su mejor amigo David, en el pasado. Sin embargo, Bergman, que moriría en 2007 y todavía rodaría unas cuantas obras más —entre ellas Saraband en 2003—, nunca quiso rodar aquella película. No renegaba del guion, pero no quiso ponerse él mismo detrás de las cámaras. Pero un guion de Bergman era demasiado jugoso para quedarse en un cajón, y fue su expareja, madre de su hija y musa en varias de sus películas Liv Ullmann, quien decidiera en el año 2000, con Bergman todavía vivo, llevarla a la gran pantalla. Que el filme tenía la aprobación del cineasta sueco era tan obvio que hasta cedió su estudio en Faro para rodar varias de las escenas del protagonista en su vejez. No era la primera vez que un Ullmann dirigía un guion de Bergman. En 1996 ya hizo lo mismo con otro libreto que el director prefirió que rodara otra persona, Encuentros privados. Infiel no es el único libreto que Bergman escribió y que dirigieron otros. Ahí están Las pequeñas intenciones (Billie August, 1991) o Niños del domingo (Daniel Bergman, 1992). Sin embargo, Infiel tenía ese componente de autoficción que hizo que muchos desearan que él mismo lo hubiera dirigido. De hecho, la propia Liv Ullman declaraba en una entrevista que Ingmar Bergman estaba “obsesionado con esa historia de una relación que había vivido”. 25 años después de aquella versión, aquel guion que Bergman nunca rodó resucita con otra nueva mirada, en forma de miniserie —que se puede ver en Filmin— y dirigida por otro cineasta sueco. El responsable es Tomas Alfredson, que tras probar suerte en Hollywood regresa a su país para adaptar este guion que cuenta con un guiño fundamental al Infiel de Liv Ullman, y es que Lena Endre, la actriz que dio vida a Marianne hace un cuarto de siglo, recupera el personaje en su versión adulta. Un hilo emocional y un homenaje al filme primigenio. Casi una forma de pedir permiso y perdón, ya que Alfredson hace algo que durante décadas había estado prohibido, tocar las palabras del maestro. “Nadie podía tocar lo que escribía Bergman”, ha dicho Ullman en varias ocasiones, pero las nuevas generaciones sí que se atreven. Siguen idolatrando al cineasta, pero creen que todo texto es revisable. Lo hizo Hagai Levi en su revisión de Secretos de un matrimonio, donde cambiaba el género de los personajes para indagar en temas como el machismo y la masculinidad, que entonces no se encontraban en el centro el debate social. Lo hace ahora Alfredson, que al adaptar este guion ha tenido que preguntarse cómo ha cambiado el mundo en estos 25 años, y uno de esos cambios fundamentales pasa por el feminismo. Por eso explica una de las mayores diferencias entre ambas versiones. Mientras en la versión de Liv Ullman el personaje de Marianne en la parte del presente era un fantasma, aquí está viva. “Al ser un fantasma sus palabras eran fruto de la imaginación de David y no las suyas propias. Hemos convertido a Marianne en una mujer mucho más autónoma”, reconoce. Bergman nunca dirigió este guion y por eso sentí que es algo que podía hacer. Nunca soñaría con rehacer 'El séptimo sello o Fanny y Alexander'. No sería posible Tomas Alfredson — Cineasta Lo que Alfredson se encarga en subrayar es que aunque la haya rodado ahora, lleva detrás del proyecto exactamente el mismo año que Liv Ullmann estrenara su propia versión. “Comencé con este proyecto hace 25 años. Le pregunté al mismo Bergman si me daría permiso para hacerlo. Tuvimos una gran conversación al respecto y él pensó que era una idea muy interesante, pero por diversas razones ha tardado 25 años en hacerse realidad”, comienza diciendo y aclara que fue tras ver la película de Ullmann cuando quiso ofrecer su versión. “Fue tras verla. Me parecía un tema muy interesante y pensé que yo había tenido experiencias similares en mi vida privada. Fue una experiencia muy personal y pensé que me gustaría hacerla a mi manera”, añade. En este tiempo no solo la sociedad ha cambiado, también el propio Tomas Alfredson, que antes se identificaba con la versión joven de su protagonista mientras que ahora, cuando finalmente ha rodado, ha sido “al revés”. En todo este tiempo el material ha ido madurando dentro de él, pero tiene la certeza de que el corazón del guion sigue siendo importante par

El director sueco Tomas Alfredson, autor de 'Déjame entrar', rehace 'Infiel', libreto del mítico cineasta que ya tuvo una versión cinematográfica dirigida por su musa, Liv Ullmann
Se hace viral una entrevista a Clint Eastwood en un medio austriaco... y resulta que era falsa
Ingmar Bergman escribió en 1995 un guion llamado Infiel. Muchos decían que era casi autobiográfico. Un triángulo amoroso en donde el protagonista era un director de cine que rememoraba su relación con Marianne, la esposa de su mejor amigo David, en el pasado. Sin embargo, Bergman, que moriría en 2007 y todavía rodaría unas cuantas obras más —entre ellas Saraband en 2003—, nunca quiso rodar aquella película. No renegaba del guion, pero no quiso ponerse él mismo detrás de las cámaras.
Pero un guion de Bergman era demasiado jugoso para quedarse en un cajón, y fue su expareja, madre de su hija y musa en varias de sus películas Liv Ullmann, quien decidiera en el año 2000, con Bergman todavía vivo, llevarla a la gran pantalla. Que el filme tenía la aprobación del cineasta sueco era tan obvio que hasta cedió su estudio en Faro para rodar varias de las escenas del protagonista en su vejez. No era la primera vez que un Ullmann dirigía un guion de Bergman. En 1996 ya hizo lo mismo con otro libreto que el director prefirió que rodara otra persona, Encuentros privados.
Infiel no es el único libreto que Bergman escribió y que dirigieron otros. Ahí están Las pequeñas intenciones (Billie August, 1991) o Niños del domingo (Daniel Bergman, 1992). Sin embargo, Infiel tenía ese componente de autoficción que hizo que muchos desearan que él mismo lo hubiera dirigido. De hecho, la propia Liv Ullman declaraba en una entrevista que Ingmar Bergman estaba “obsesionado con esa historia de una relación que había vivido”.
25 años después de aquella versión, aquel guion que Bergman nunca rodó resucita con otra nueva mirada, en forma de miniserie —que se puede ver en Filmin— y dirigida por otro cineasta sueco. El responsable es Tomas Alfredson, que tras probar suerte en Hollywood regresa a su país para adaptar este guion que cuenta con un guiño fundamental al Infiel de Liv Ullman, y es que Lena Endre, la actriz que dio vida a Marianne hace un cuarto de siglo, recupera el personaje en su versión adulta. Un hilo emocional y un homenaje al filme primigenio.
Casi una forma de pedir permiso y perdón, ya que Alfredson hace algo que durante décadas había estado prohibido, tocar las palabras del maestro. “Nadie podía tocar lo que escribía Bergman”, ha dicho Ullman en varias ocasiones, pero las nuevas generaciones sí que se atreven. Siguen idolatrando al cineasta, pero creen que todo texto es revisable. Lo hizo Hagai Levi en su revisión de Secretos de un matrimonio, donde cambiaba el género de los personajes para indagar en temas como el machismo y la masculinidad, que entonces no se encontraban en el centro el debate social.
Lo hace ahora Alfredson, que al adaptar este guion ha tenido que preguntarse cómo ha cambiado el mundo en estos 25 años, y uno de esos cambios fundamentales pasa por el feminismo. Por eso explica una de las mayores diferencias entre ambas versiones. Mientras en la versión de Liv Ullman el personaje de Marianne en la parte del presente era un fantasma, aquí está viva. “Al ser un fantasma sus palabras eran fruto de la imaginación de David y no las suyas propias. Hemos convertido a Marianne en una mujer mucho más autónoma”, reconoce.
Bergman nunca dirigió este guion y por eso sentí que es algo que podía hacer. Nunca soñaría con rehacer 'El séptimo sello o Fanny y Alexander'. No sería posible
Lo que Alfredson se encarga en subrayar es que aunque la haya rodado ahora, lleva detrás del proyecto exactamente el mismo año que Liv Ullmann estrenara su propia versión. “Comencé con este proyecto hace 25 años. Le pregunté al mismo Bergman si me daría permiso para hacerlo. Tuvimos una gran conversación al respecto y él pensó que era una idea muy interesante, pero por diversas razones ha tardado 25 años en hacerse realidad”, comienza diciendo y aclara que fue tras ver la película de Ullmann cuando quiso ofrecer su versión. “Fue tras verla. Me parecía un tema muy interesante y pensé que yo había tenido experiencias similares en mi vida privada. Fue una experiencia muy personal y pensé que me gustaría hacerla a mi manera”, añade.
En este tiempo no solo la sociedad ha cambiado, también el propio Tomas Alfredson, que antes se identificaba con la versión joven de su protagonista mientras que ahora, cuando finalmente ha rodado, ha sido “al revés”. En todo este tiempo el material ha ido madurando dentro de él, pero tiene la certeza de que el corazón del guion sigue siendo importante para la gente: “El tema del que habla es eterno, la pasión. Cómo afrontarla, cómo conectar con ella. La pasión es algo con lo que cada generación tiene que lidiar y tiene que experimentarla”.
Es consciente de la importancia de Bergman, sobre todo en Suecia. Es un cineasta de “cuya influencia esté en todas partes, incluso aunque muchos cineastas no lo sepan”. Por eso ha estudiado a fondo su ADN para intentar ser fiel, pero también para “romper lazos y hacer algo propio pero con respeto por él”. Por eso Infiel era un material perfecto, porque “no la dirigió él”. “Se considera su obra más personal y autobiográfica, porque trata sobre una historia de amor muy específica que tuvo en los años 50 y 60. Sentí que es algo que se podía volver a hacer, pero nunca soñaría con rehacer El séptimo sello o Fanny y Alexander. No sería posible sin él mismo, ¿quién querría rehacer Persona?”, plantea.
Su acercamiento al universo bergmaniano ha sido también su regreso a Suecia tras la experiencia en Hollywood con The Snowman. Alfredson saltó al foco de Hollywood gracias a su excelente Déjame entrar y se consagró adaptando a John le Carré en El topo, pero su thriller en el que intentaba realizar la misma operación con el best seller de Jo Nesbo fue un fracaso de crítica y público que Alfredson describe como “una experiencia muy desafortunada”. “La película no era para mí y pasé por las peores cosas que te puedas imaginar del sistema de Hollywood”, señala. Tanto que hasta perdió la confianza en sí mismo en una situación que define como tener un instrumento nuevo y sentir que se desafina por completo: “Me llevó tiempo recuperarme. No era para mí, pero ahora lo sé”.