Kick-Ass: El superhéroe punk que no sabías que necesitabas
Violenta, punk, y sin filtros. En 2010, Kick-Ass lo cambió todo con una niña asesina, un héroe torpe y un Nicolas Cage irrepetible. Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com

En 2010, cuando el cine de superhéroes aún se dividía entre la solemnidad de Nolan y los primeros pasos del universo Marvel, apareció una película que lo puso todo patas arriba. Era sucia, violenta, absurda, colorida, descarada. Y se hacía una pregunta que ninguno se había atrevido a plantear en serio: ¿y si alguien normal, sin poderes, sin dinero y sin entrenamiento, decidiera ponerse una máscara y salir a combatir el crimen?
Así nació Kick-Ass, la película basada en el cómic de Mark Millar y John Romita Jr., dirigida por Matthew Vaughn. Lo que parecía un experimento indie con ínfulas de parodia se convirtió en un fenómeno. Hoy, 15 años después, sigue siendo una de las propuestas más radicales, divertidas y sinceras que ha dado el género. Un título que llegó para patear culos… y reinventar el género desde sus cimientos.
Cuando el superhéroe no tiene superpoderes (ni idea)
Dave Lizewski no tiene nada de especial. Es un adolescente del montón, enganchado a los cómics, sin habilidades físicas ni pasado traumático que lo impulse. Un día, simplemente se pregunta: “¿Por qué nadie ha intentado ser superhéroe en la vida real?”. Así, sin más, se compra un traje en internet, se pone un nombre molón —Kick-Ass— y se lanza a las calles.
El resultado: una paliza brutal, cuchilladas, y varios huesos rotos. Bienvenidos al mundo real.
Kick-Ass no intenta edulcorar la realidad. La abraza. No hay radioactivos que te salven, ni batcuevas secretas. Ser un superhéroe es una pésima idea… y aun así, Dave insiste. Porque aunque sea torpe, ingenuo y bastante patético, tiene algo que otros no: valentía absurda. Y eso, en esta historia, es más poderoso que cualquier láser ocular.
El nacimiento del superhéroe punk
Lo que hizo especial a Kick-Ass no fue solo su planteamiento realista, sino su tono. Esta película no intenta parecerse a Marvel ni a DC. Juega en otra liga. Es irreverente, autoconsciente, y sangrienta hasta el exceso. Sus personajes insultan, sangran, mueren de forma grotesca, y aun así, se ganan tu simpatía.
La clave fue el enfoque de Matthew Vaughn, que venía de dirigir Layer Cake y más tarde redefiniría los X-Men con Primera Generación. Aquí se nota su sello: ritmo trepidante, humor negro, montaje explosivo y acción estilizada. Pero sobre todo, una energía adolescente que lo contagia todo.
La película se ríe del género… pero al mismo tiempo lo celebra. Critica los clichés mientras se sumerge en ellos. Y lo hace con una estética que mezcla los cómics clásicos con el videoclip más punk que puedas imaginar.
Hit-Girl: la niña que reventó todas las reglas
No se puede hablar de Kick-Ass sin hablar de Hit-Girl. Interpretada por una Chloe Grace Moretz de solo 11 años, su personaje es el corazón (retorcido) de la película. Entrenada por su padre —Big Daddy, un Nicolas Cage en estado de gracia— para convertirse en una máquina de matar, Hit-Girl es una contradicción viviente: adorable y letal, inocente y psicópata, tierna y despiadada.
Cuando aparece en pantalla, con su peluca violeta y sus cuchillos afilados, la película cambia de marcha. La escena en la que irrumpe en un pasillo al ritmo de “Bad Reputation” y deja un rastro de cadáveres es ya historia del cine moderno. Fue tan impactante como polémico: ¿una niña diciendo palabrotas y descuartizando mafiosos? Exacto. Y funcionó.
Hit-Girl rompió con todos los moldes del cine de acción. No era la damisela en apuros ni la niña adorable que necesita protección. Era el personaje más letal de todos. Y a pesar de sus excesos —o precisamente por ellos— conectó con el público de forma brutal.
Nicolas Cage: Batman en modo freak
Otro de los grandes aciertos de Kick-Ass fue rescatar a Nicolas Cage en un papel que mezclaba tragedia, delirio y ternura. Su personaje, Big Daddy, es un ex policía obsesionado con vengarse de un mafioso. Para ello, entrena a su hija como si fuera un soldado de élite… y se disfraza de una especie de Batman con escopeta.
Cage se divierte como nunca. Imita la voz de Adam West, mezcla frases motivacionales con técnicas de tortura y logra que te rías y sufras con él. En una película tan salvaje, su personaje aporta una inesperada carga emocional. Su historia, por grotesca que parezca, es también una tragedia disfrazada de parodia.
Violencia, sátira y una bofetada al género
Lo más revolucionario de Kick-Ass fue su enfoque sin filtros. La violencia no era elegante. Era dolorosa. Sangrienta. Grotesca. Pero también ridícula, absurda, casi caricaturesca. Ese contraste hizo que la película dividiera al público. Algunos la aclamaron como una joya subversiva. Otros la rechazaron por considerarla irresponsable o demasiado extrema.
Lo cierto es que Kick-Ass no pedía permiso. Llegó para patear las reglas del cine de superhéroes en un momento en el que todo empezaba a volverse previsible. Su forma de reírse del sistema —y de abrazarlo al mismo tiempo— fue lo que le dio su fuerza.
Y esa fuerza se mantuvo. Tanto que, años después, películas como Deadpool, The Boys o incluso Peacemaker deben parte de su ADN a lo que Kick-Ass sembró: una forma más sucia, sarcástica y punk de contar historias de superhéroes.
¿Qué fue de sus protagonistas?
Chloe Grace Moretz despegó tras Kick-Ass y se convirtió en una de las actrices jóvenes más buscadas de Hollywood. Su papel como Hit-Girl sigue siendo su carta de presentación más icónica.
Aaron Taylor-Johnson, que interpretó a Dave/Kick-Ass, también dio el salto a las superproducciones, encarnando a Quicksilver en Vengadores: La era de Ultrón y más recientemente al Kraven del universo Sony-Marvel.
Incluso Nicolas Cage, que atravesaba una etapa irregular, recuperó parte de su estatus gracias al cariño que generó Big Daddy. Su personaje se convirtió en figura de culto.
¿Volverá Kick-Ass?
En 2013 se estrenó Kick-Ass 2, secuela que intentó replicar el tono irreverente de la primera… pero con menor éxito. Aunque tenía momentos brillantes y algunos giros atrevidos, no logró el mismo impacto. El propio Matthew Vaughn se alejó del proyecto como director y la energía punk se notaba más forzada.
Sin embargo, el propio Vaughn ha declarado en varias entrevistas recientes que quiere relanzar la franquicia con un reinicio total. Según él, Kick-Ass fue una idea adelantada a su tiempo, y ahora el mundo está más preparado que nunca para una nueva versión aún más loca, radical y actual.
Aunque no hay fechas oficiales, el regreso de Kick-Ass parece cada vez más posible. Y teniendo en cuenta el éxito de producciones como The Boys o Invincible, el terreno está más que preparado para un retorno a lo grande.
15 años después, sigue pateando fuerte
En retrospectiva, Kick-Ass no solo fue una película divertida, sangrienta y diferente. Fue un símbolo de una era de cambio, de una generación que ya no se conformaba con héroes perfectos. Quería ver las costuras, las contradicciones, la mugre. Quería héroes raros, incómodos, imperfectos. Y Kick-Ass lo entendió antes que nadie.
Quince años después, sigue siendo una obra tan fresca como incómoda. Un recordatorio de que el género necesita rebeldes de vez en cuando. Porque cuando todo empieza a parecerse demasiado… alguien tiene que ponerse el traje, recibir una paliza y gritar: “¿Y qué? ¡Soy Kick-Ass!”.
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