Tartaletas de fresas y mascarpone
Un postre refrescante y cremoso que combina una base crujiente con una suave crema de mascarpone y fresas frescas, ideal para los días de verano. La entrada Tartaletas de fresas y mascarpone es un contenido original de PequeRecetas

Si buscas un postre o una merienda ideal para el verano, estas tartaletas de fresas con mascarpone son la elección perfecta. Llevan una base crujiente de masa quebrada y un relleno refrescante de crema de mascarpone. El toque final lo dan unas fresas frescas y unas hojitas de menta, que aportan color y un extra de sabor.
Aunque requieren algo de preparación, el resultado merece la pena. Perfectas para una ocasión especial o simplemente para disfrutar de algo dulce y fresco en los días de calor.
Tartaletas de fresas y mascarpone
Ingredientes
- 400 g de harina
- 200 g de mantequilla fría
- 100 g de azúcar glas
- 2 yemas de huevo
- 2 – 4 cucharadas de agua fría
- 1 pizca de sal
Para la base de masa quebrada
- 500 g queso Mascarpone
- 200 g de nata para montar
- 6 cucharadas de azúcar glas
- 2 cucharaditas de extracto de vainilla
- Ralladura de un limón
Para la crema de mascarpone
- 600 – 800 g fresas frescas
- Opcional: hojas de menta, pistachos troceados, gelatina para tartas
Para decorar
- Moldes para tartaletas, p.ej. estos
Utensilios
Cómo hacer tartaletas de fresas y mascarpone
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Preparamos la masa quebrada para la base
- Mezclamos la harina, el azúcar glas y una pizca de sal en un bol grande. A continuación, añadimos la mantequilla fría cortada en trozos pequeños. Trabajamos los ingredientes rápidamente con las manos hasta que se formen migas gruesas.
- Después incorporamos las yemas de huevo y el agua. Amasamos todo brevemente hasta obtener una masa homogénea, sin trabajarla en exceso. Formamos una bola con la masa, envolvemos en papel film transparente y dejamos reposar en el frigorífico durante al menos 30 minutos para que se endurezca y se pueda trabajar mejor después.
- Este paso es fundamental para que la masa adquiera una buena textura al hornearse.
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Horneamos las bases de masa quebrada
- Precalentamos el horno a 180 °C con calor arriba y abajo. Mientras tanto, sacamos la masa del frigorífico, extendemos con un rodillo sobre una superficie ligeramente enharinada hasta que tenga un grosor uniforme.
- Con ayuda de un vaso grande o un cortador redondo, cortamos círculos de unos 12 cm de diámetro. Los círculos deben ser un poco más grandes que los moldes individuales, para que cubran completamente el borde del molde.
- Colocamos cada círculo de masa en un molde previamente engrasado, presionando suavemente para cubrir también los bordes. Pinchamos la base de la masa varias veces con un tenedor para evitar que suba durante el horneado.
- Horneamos durante unos 15 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados. Sacamos los moldes del horno y deja que se enfríen por completo antes de rellenarlos.
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Preparamos la crema de mascarpone
- Montamos la nata hasta que esté bien firme y reservamos. En otro bol, mezclamos el mascarpone con el azúcar glas, la vainilla y la ralladura de limón hasta obtener una crema suave y sin grumos.
- Una vez integrada la mezcla, incorporamos con cuidado la nata montada, usando movimientos envolventes para que la crema quede aireada y ligera.
- Guardamos la crema en el frigorífico hasta el momento de usarla, para que adquiera una buena consistencia y se mantenga fresca.
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Rellenamos las bases con la crema de mascarpone
- Rellenamos las bases horneadas con la crema de mascarpone, ayudándonos de una cuchara o una manga pastelera para que el relleno quede bien distribuido.
- Procuramos no presionar demasiado para mantener la textura aireada de la crema. Una vez rellenas, puedes guardarlas en el frigorífico hasta el momento de servir, para que se mantengan frescas y firmes.
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Decoramos con las fresas
- Lavamos bien las fresas, retiramos el tallo y cortamos por la mitad o en láminas, según su tamaño.
- Colocamos las fresas con cuidado sobre la crema de mascarpone, procurando que queden bien distribuidas.
- Si lo deseas, puedes decorar las tartaletas con unas hojas de menta fresca, pistachos picados o un poco de gelatina para tartas, que aportará brillo y ayudará a fijar la fruta.
¿Se pueden preparar con antelación?
La base de masa quebrada se puede hornear con uno o dos días de antelación y conservar en un recipiente hermético a temperatura ambiente. La crema de mascarpone también se puede preparar el día anterior y guardar bien tapada en la nevera.
Lo más recomendable es montar las tartaletas poco antes de servirlas, para que la base se mantenga crujiente y las fresas frescas. Si se montan con demasiada antelación, la humedad de la crema y la fruta puede ablandar la masa.
Cómo conservar las tartaletas de fresas con mascarpone
Una vez montadas, las tartaletas deben conservarse en la nevera. Lo ideal es cubrirlas suavemente con papel film o guardarlas en un recipiente hermético para evitar que absorban olores y se resequen. Así se mantienen frescas durante unas 24 horas.
Ten en cuenta que con el paso del tiempo, la base puede perder algo de su textura crujiente debido a la humedad de la crema y las fresas. Por eso, es recomendable montarlas poco antes de servirlas.
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Las tartaletas, conocidas en francés como tartelettes, son pequeñas versiones de las tartas clásicas, perfectas para disfrutar en porciones individuales.
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