¿Cómo llega la energía a la bombilla de tu salón?

Llegamos de trabajar y encendemos la luz del recibidor para mientras nos quitamos el abrigo. Luego, nos acercamos a la cocina para abrir la puerta de la nevera y así ver qué podemos picar. Quizás optemos por hacernos un café rápido en la cafetera espresso que nos espera enchufada sobre la encimera. Después, encendemos la tele para desconectar mentalmente viendo un nuevo capítulo de la serie a la que nos hemos enganchado. No han pasado ni 10 minutos desde que hemos llegado a casa pero, en todo ese tiempo, ha habido una constante: la electricidad.

La electricidad es una pieza fundamental de nuestra vida cotidiana, tan básica y tan integrada en nuestras rutinas que no pensamos mucho en ella más allá del momento en el que nos toca pagar el recibo de la luz. Un mundo sin electricidad nos parece completamente lejano y casi imposible, un recuerdo alejado de la infancia de nuestros bisabuelos. 

Dependemos de ella para prácticamente todo y, a medida que se produce la transición energética y reducimos la dependencia de los combustibles fósiles, cada vez la tenemos más presente en nuestras vidas. La electrificación de la sociedad es, gracias al uso de fuentes de energía renovable, la mejor alternativa para afianzar un futuro más verde. Como explican desde Contigo Energía, una de las compañías comercializadoras de energía que trabajan para asentar esa transición energética: «La descarbonización es esencial para limitar estos impactos y garantizar un futuro más seguro y sostenible para las generaciones futuras».

Las energías renovables ganan cada vez más peso en el mix eléctrico en España

Pero ¿de dónde viene toda esa energía que usamos? ¿Qué viaje hace la electricidad antes de llegar a la bombilla de nuestro salón? Comprender qué camino sigue la energía desde su generación hasta que llega a los hogares importa, porque ayuda a los consumidores a tomar decisiones informadas sobre qué tipo de electricidad quieren y cuánto y qué están dispuestos a pagar. 

Primera fase: generar energía

No toda la electricidad se genera igual. Puede parecer una afirmación bastante sencilla y hasta simplista, pero no debería ser pasada por alto, ya que el modo de generación de la energía importa. La huella de carbono es muy distinta según cómo nace esa electricidad. Las energías renovables son limpias, algo que no pueden decir aquellas que vienen de los combustibles fósiles, como las centrales que emplean carbón para generar energía. En España, las energías limpias están adquiriendo un mayor protagonismo en el mix de las renovables. 

Las últimas cuentas de Red Eléctrica señalan que España generó en 2024 262.247 GWh de energía eléctrica. El peso de las energías limpias en la producción ha ido en aumento: durante ese año se generó un 35,5 % más de energía hidráulica y un 18,8% más en el caso de la fotovoltaica. De hecho, más de la mitad de la electricidad que España produjo en 2024 fue ya renovable. Un 56,8% de toda esta energía provino de la eólica, la fotovoltaica o la hidráulica. 

La eólica lidera así el mix eléctrico, siendo la fuente del 23,3% de toda la electricidad generada en 2024. Le siguen la nuclear (20%), la solar fotovoltaica (17%), el ciclo combinado (13,6%) y la hidráulica (13,3%). 

La factura eléctrica que recibimos cada mes en casa incluye información sobre los orígenes de nuestra electricidad. Solo hay que fijarse en los datos que referencia más allá del precio a pagar para encontrarla. 

Segunda fase: transportar electricidad

Generar energía es el primer paso, pero de nada serviría si no fuese posible sacarla de los puntos en los que nace para llevarla hasta quienes la necesitan. Ahí entra en juego la infraestructura de red, esos postes de alta tensión que vemos mientras viajamos y que son los que reparten por todo el territorio la energía antes de que las distribuidoras la lleven a los hogares españoles. 

España cuenta con 45.674 kilómetros de circuitos en su red de transporte de electricidad, con una capacidad de transformación de 97.216 MVA. 

La comercialización es la fase en la que los consumidores tienen más poder, puesto que pueden escoger qué tipo de electricidad quieren

Tercera fase: llevarla hasta el consumidor final

La última fase comprende la distribución de la electricidad y su posterior comercialización.

La distribución es lo que hace que la electricidad llegue a un territorio concreto. En España, el mapa se divide entre diferentes distribuidoras vinculadas a los distintos grupos empresariales energéticos. Cada una de ellas se encarga de un territorio concreto. A modo de muestra, si vives en Galicia, la compañía que se encargará de hacer que la electricidad llegue a tu casa será UDF, de Naturgy, pero si lo haces en Andalucía, lo hará e-distribución, de Endesa. Un ejemplo imperfecto para entender lo que hace una distribuidora podría ser el e-commerce: aunque tú compres un producto con una compañía, es otra la que se encarga de traerlo hasta tu casa. 

Dado que la distribución de la electricidad está marcada por la geografía, el consumidor final no puede escoger quién le da este servicio. Lo que sí puede es elegir quién es su comercializadora de energía. En la comercialización, todas las compañías juegan con las mismas cartas, puesto que la normativa garantiza igualdad de condiciones de acceso (aunque las distribuidoras pertenezcan a grupos empresariales que a su vez comercializan electricidad). La comercializadora es, como explican desde Contigo Energía, «la empresa con la que contratas la luz y a la que pagas por tu consumo». 

Por ello, esta es también la etapa del camino en la que los consumidores tienen más poder: es el momento en el que pueden elegir, tanto a qué compañía pagarán sus cuotas como qué tipo de energía van a recibir. Así, se puede buscar la factura más barata para el propio bolsillo y también para el planeta.

Compañías como Contigo Energía ofrecen electricidad 100% renovable, algo que certifica la CNMC a través de las garantías de origen, gracias a los casi 10.000 productores de renovables que representa en el mercado eléctrico. Además, algunas de sus tarifas incorporan el sello EKOenergía, una etiqueta internacional que, además de garantizar el origen renovable, destina una parte del precio a un fondo gestionado por esta ONG para apoyar proyectos de energía sostenible en países con distinto nivel de desarrollo.

Y es que, elegir una comercializadora comprometida con la transición energética que nos suministre energía verde hasta la bombilla de nuestro salón, nunca fue tan fácil.

La entrada ¿Cómo llega la energía a la bombilla de tu salón? se publicó primero en Ethic.