Tarta de queso La Viña, receta original
Descubre cómo hacer la auténtica tarta de queso La Viña paso a paso, con solo 5 ingredientes y ese toque cremoso que la hace irresistible. La entrada Tarta de queso La Viña, receta original es un contenido original de PequeRecetas
No sé por qué he tardado tanto en explicaros esta receta, porque la receta de la tarta de queso La Viña es una de mis favoritas, y además la hago a menudo.
Sí hemos visto cómo hacer la tarta de queso La Viña en freidora de aire, una opción que sale igual de rica si tienes este electrodoméstico, pero soy consciente de que no todo el mundo lo tiene, y es por eso que hoy vamos a explicar con detalle cómo hacer la receta original de la tarta de queso La Viña, y además vamos a hacer la versión de 1 kg, porque si alguna ventaja tiene el horno es que nos permite hacer una tarta de mayores dimensiones que en la airfryer.
Esta tarta de queso salió del horno por primera vez en el restaurante La Viña, en pleno casco viejo de San Sebastián, y desde entonces no ha parado de ganar seguidores. Es cremosa, intensa, sin base de galleta y con esa superficie tostada que casi se ha convertido en su firma. No es la típica tarta de queso al uso: esta se sirve tibia y no necesita adornos.
Tiene solo cinco ingredientes, se hace en 10 minutos y el horno hace el resto. Pero si es la primera vez que la haces, yo te diría: sigue la receta al pie de la letra. Ya verás por qué ha dado tanto que hablar.
Receta de tarta de queso La Viña
Ingredientes
- 1 kg de queso crema tipo Philadelphia (aproximadamente 4 tarrinas grandes)
- 7 huevos grandes
- 400 g de azúcar (2 tazas)
- 500 ml de nata para montar (mínimo 35% M.G.) (2 tazas)
- 1 cucharada colmada de harina de trigo (unos 15 g)
Cómo hacer la receta original de la tarta de queso La Viña
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En un bol grande ponemos el queso crema. Es importante que esté a temperatura ambiente para que se mezcle mejor. Batimos con varillas eléctricas o con una espátula hasta que quede cremoso.
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Añadimos el azúcar y seguimos mezclando hasta que se integre. No hace falta batir mucho, solo lo justo para que no queden grumos.
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Incorporamos los huevos, uno a uno. Vamos mezclando cada vez antes de añadir el siguiente. La masa va quedando cada vez más líquida, es normal.
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Añadimos la cucharada de harina y la integramos bien. Es poca cantidad, pero ayuda a que la mezcla tenga un poco más de cuerpo.
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Por último, vertemos la nata líquida. Removemos hasta obtener una mezcla homogénea y fluida. No hace falta batir demasiado, solo que todo se una bien.
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Precalentamos el horno a 200 °C con calor arriba y abajo, sin ventilador. Mientras tanto, preparamos el molde. Usamos uno redondo desmontable de 24 cm y lo forramos con papel de horno. Para que se adapte bien, lo arrugamos primero y lo mojamos ligeramente con agua.
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Vertemos la mezcla en el molde forrado. Lo llevamos al horno a media altura y horneamos durante unos 50-55 minutos. Veremos que se dora bastante por arriba y que el centro tiembla ligeramente si movemos el molde. Eso es justo lo que buscamos.
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Sacamos del horno y dejamos enfriar a temperatura ambiente dentro del molde. Después, lo pasamos a la nevera un mínimo de 4 horas, aunque queda mejor de un día para otro. La textura se asienta y se intensifica el sabor.
Cómo acompañar la tarta de La Viña
Sírvela sola. Nada de mermeladas ni frutas por encima. La tarta de queso La Viña no necesita nada más. Es potente por sí sola y mejor no enmascararla. Cuando la pruebes lo entenderás.
Consejos prácticos para hacer tarta de queso La Viña
Aunque es una receta sencilla, hay pequeños detalles que marcan la diferencia entre una tarta buena y una que te hace cerrar los ojos al primer bocado. Aquí te dejamos lo que a nosotros nos funciona:
- No batas en exceso la mezcla. Queremos que quede homogénea, sí, pero sin incorporar aire de más. Cuanto menos aire, más cremosa queda y menos posibilidades hay de que se agriete.
- El queso tiene que estar a temperatura ambiente. Si está frío de la nevera, te costará integrarlo bien y quedarán grumos. Déjalo fuera al menos 1 hora antes de empezar.
- Usa nata con al menos un 35% de materia grasa. La nata ligera no sirve para esta receta. Cuanto más grasa, más untuosa será la textura final.
- La harina no es opcional. Aunque parece poca, cumple su función: da un poquito de estructura. Si se te olvida, la tarta puede quedar demasiado líquida.
- El molde ideal es desmontable y de 24 cm. Si usas uno más pequeño, la tarta quedará más alta y tardará más en cuajar. Si es más grande, será más baja y se puede cocer de más.
- El papel de horno arrugado es clave. Así se adapta bien al molde y da ese aspecto rústico típico de La Viña. Si lo mojas un poco, se maneja mejor.
- Controla bien el horno. Si tu horno calienta mucho por arriba, cubre la tarta con papel de aluminio a mitad de cocción para que no se queme. Y si no se dora lo suficiente, sube la bandeja en los últimos 5 minutos.
- El centro debe temblar. Ese es el punto. No te asustes si al sacarla parece que está cruda. Al enfriar, cuajará del todo, pero mantendrá esa textura cremosa que la caracteriza.
- Deja reposar bien. Mínimo 4 horas en la nevera, aunque de un día para otro está mucho mejor. El sabor se asienta y la textura también.
¿Puedo usar otro tipo de queso crema?
Sí, siempre que sea un queso crema tipo untar. Si usas uno más ligero o tipo requesón, cambiará la textura. No recomendamos sustituirlo por queso batido ni por yogur griego, ya que no dan el mismo cuerpo ni sabor.
¿Se puede congelar?
Se puede, pero no es lo ideal. Al descongelarse, puede perder algo de textura y soltar líquido. Si decides hacerlo, mejor córtala en porciones, envuélvela bien en film y consúmela en un máximo de 2 meses.
¿Cómo se conserva?
En la nevera, dentro del molde o envuelta en film. Aguanta perfectamente 3-4 días. De hecho, el segundo día suele estar aún más rica, con el sabor más asentado.
¿Qué pasa si se cuartea por arriba?
Puede ser por exceso de temperatura o porque se ha batido demasiado la mezcla. Lo importante es que el interior esté bien. Un pequeño agrietado superficial no afecta al sabor y forma parte del encanto rústico de esta tarta.
¿La puedo hacer en moldes individuales?
Sí, pero tendrás que ajustar el tiempo de horneado. En moldes pequeños de unos 8 cm, con 25-30 minutos bastará. El centro debe seguir temblando un poco al sacarlos.
¿Se puede adaptar la tarta de queso La Viña para celíacos?
La receta original lleva una cucharada de harina, que podrías sustituir por maicena o harina sin gluten. Pero asegúrate de que todos los ingredientes sean certificados sin gluten, especialmente el queso crema.
¿Dónde nació la tarta de queso La Viña?
La historia de la tarta de queso La Viña empieza en San Sebastián, en pleno casco viejo. En el restaurante La Viña, un local de cocina tradicional vasca, su propietario Santiago Rivera comenzó a servir esta tarta a finales de los años 80, sin imaginarse lo que iba a ocurrir después.
La receta nació con la idea de hacer algo sencillo, con pocos ingredientes, sin base ni complicaciones. Y funcionó. Los clientes empezaron a pedirla una y otra vez, y se convirtió en el postre estrella del restaurante. Pero lo más curioso es que nunca se ocultó la receta. Siempre fue pública, como diciendo: “Hazla en casa si quieres, pero aquí la tienes siempre”.
Con el tiempo, esta tarta saltó a las redes sociales, cruzó fronteras y llegó a las cartas de restaurantes de medio mundo. La han replicado en Nueva York (donde la llaman “basque burnt cheescake”), en Tokio y en Buenos Aires, pero la original, la de verdad, sigue saliendo del horno en la calle 31 de Agosto de Donostia. Si pasas por allí, ya sabes lo que hay que pedir.
Yo la descubrí tarde, lo confieso. Me sonaba de verla en redes, en vídeos con ese cuchillo que se hunde solo y esa textura temblorosa que parece que no se ha terminado de cuajar. Y claro, un día piqué. Y desde entonces, es de esas recetas a las que vuelvo cada vez que quiero un postre que no dé demasiados quebraderos de cabeza y que siempre arrase.
Si te ha gustado esta receta, puedes seguir explorando el mundo de las tartas de queso. La clásica tarta de queso Philadelphia es otra opción fácil y cremosa que nunca falla. Si prefieres una textura más ligera y esponjosa, la tarta de queso japonesa es todo un descubrimiento. Y para los amantes de los sabores más intensos, la New York cheesecake con su base de galleta y horneado lento es una apuesta segura. Cada una tiene su estilo, pero todas comparten lo mismo: son un éxito asegurado en cualquier mesa:
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