Vita Set: “El apocalipsis del 2025 es un sálvese quien pueda”

Es viernes a la tarde. Te sentás a leer un texto de la facultad y escuchar ese disco que te ayuda a concentrarte, cuando te llega una notificación al celular. La abrís y de golpe estás viendo en vivo a un país invadir a otro. Una imagen se superpone a otra, y a otra más. [...] Ver más noticias en Indie Hoy.

Jun 4, 2025 - 19:25
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Vita Set: “El apocalipsis del 2025 es un sálvese quien pueda”
Vita Set.

Es viernes a la tarde. Te sentás a leer un texto de la facultad y escuchar ese disco que te ayuda a concentrarte, cuando te llega una notificación al celular. La abrís y de golpe estás viendo en vivo a un país invadir a otro. Una imagen se superpone a otra, y a otra más. Sin darnos cuenta, la realidad comienza a narrarse con lógica bélica: un bombardeo constante de estímulos. Vita Set tomó esa imagen como punto de partida para escribir su propia bitácora de guerra en Zona cero, su último disco

Se conoce como zona cero al lugar exacto donde ocurre una catástrofe. Podría pensarse como la fragmentación total, el punto preciso que establece un antes y un después y donde lo que antes parecía claro se vuelve difuso. Lo que sí está claro es que el mundo, tal como lo conocíamos, ya no existe.

En un presente en el que la digitalidad marca el ritmo de la vida, los escenarios cotidianos se vuelven cada vez más difusos. Tato Urbiztondo, cantante de Vita Set, toma un sorbo de café y lo resume así: “Esta obra es hija de la sobreinformación que reina en el mundo. Hubo una estrategia pensada de forma minuciosa y reposada durante el tiempo necesario. El objetivo era asignarle un sonido y una narrativa a algo que está sucediendo en este tiempo“. Algo inevitable, que quizás solo pueda comprenderse a través de un lenguaje propio, pero con herramientas de otras épocas.

Vita Set inició su recorrido en la escena platense con La edad de oro (2018) y reafirmó su búsqueda pop en Affaire (2021). Con ese álbum pisaron escenarios clave de Buenos Aires y otras ciudades del país, además de girar por México. En perspectiva, Zona cero comparte algunos colores sonoros con esos discos, pero suma novedades que coquetean con el hyperpop y el techno. La banda viene de presentarlo en Córdoba, Rosario y Mar del Plata, y este viernes se presentará en la sala Humboldt de Niceto Club.

Entre las referencias que ayudaron a moldear la mirada de Zona cero, hay una que resuena con fuerza: David Bowie. No solo por su música, sino por su forma de leer y traducir los signos de su época. En Moonage Daydream, el documental que reconstruye su vida y obra, el director Brett Morgen propone una narrativa inmersiva que actúa como una guía para entender el siglo XXI a través de los ojos de Bowie.

Allí, el músico reflexiona sobre los cambios que atravesaban la sociedad en los años 70: la irrupción del marketing, el avance de los medios, y cómo todo eso impactaba en las formas del arte, empujándolo a buscar nuevos formatos. Si el mundo cambia, el arte cambia. Esa misma inquietud resuena en Vita Set.

Cuando Bowie lanzó “Space Oddity“, el hombre estaba llegando a la Luna, la Guerra Fría tensaba el mapa global y Vietnam se convertía en un conflicto con repercusión mundial. En ese contexto, Bowie decía sentirse un extraño. Lo presupuestado y lo establecido se ponían en duda: el hombre podía llegar al espacio y una guerra que ocurría a miles de kilómetros tenía fuerte repercusión en la vida de otros países. Algo de ese extrañamiento, de esa búsqueda de formas nuevas para contar lo que pasa, atraviesa también la propuesta de Zona cero.

Vita Set.
Vita Set. Foto: Valu Marozzi.

En enero de 2022, el grupo estaba de gira por la Costa Argentina, cuando una noche de lluvias fuertes provocó un apagón en todo el barrio. Por obra de la tormenta, se vieron obligados a desconectarse por un rato, y paradójicamente, fue la oscuridad la que trajo algo de luz. “Ahí comenzamos a hacernos preguntas, a bajar las ideas que poco a poco empezaron a hablar por ellas mismas y a darle cara y voz al nuevo disco”, cuenta Manuel Álvarez, bajista de la banda.

Zona cero no es un disco pandémico, aunque dialogue con ese contexto: habla de síntomas que ya estaban presentes en la sociedad incluso antes de que el COVID esté entre nosotros. La pandemia fue solo uno de los escenarios que el álbum toma para narrar el aislamiento que promueve la digitalidad. En un mundo que empuja a quedarse guardado y a conectarse con el otro de forma virtual, ¿es posible recuperar el contacto físico?

“La idea de este disco postapocalíptico pasa por despegarse del encierro que proponen las narrativas digitales y salir a la ciudad. Tal vez ahí esté el antídoto”, comenta Manu. Puede que haya que sumergirse en lo profundo para encontrar cierto alivio. En ese sentido, un disco con doce canciones propone al oyente a adentrarse por un tiempo en una especie de película de ciencia ficción. 

Tato suma: “Separarse de las dinámicas previas funcionó como una suerte de motor que nos impulsó a ir por más”. Zona cero les propuso un nuevo desafío: el trabajo de grabar, mezclar y distribuir ellos mismos un disco largo que empezó a gestarse a fines de 2021. Fue también una forma de poner en valor el esfuerzo colectivo y tensionar con una lógica de producción cada vez más atravesada por los costos, en un presente donde cada paso se evalúa con lupa y, si implica demasiado, quizá ni siquiera se intenta.

A lo largo del proceso creativo, surgieron preguntas que pedían otras imágenes, otros lenguajes. En esa búsqueda, apareció una referencia inevitable: El Eternauta, de H.G. Oesterheld. Considerado un clásico de la literatura gráfica argentina, el cómic se volvió un ícono cultural por sus reflexiones sobre la condición humana y la resistencia en tiempos oscuros. Este año, Netflix estrenó su propia versión en forma de miniserie, que tuvo una gran recepción a nivel internacional.

La historia de Juan Salvo, uno de los pocos sobrevivientes de una invasión alienígena desatada por una nevada mortal que aniquila a todo aquel que la toca, plantea una pregunta urgente: ¿cómo sobrevivir cuando todo alrededor colapsa? El Eternauta pone en juego ideas de resistencia, solidaridad y supervivencia en un contexto de desesperación. Los personajes de Oesterheld no solo enfrentan amenazas externas, sino que reflexionan sobre el sacrificio, el amor y el valor en momentos límite.

El Eternauta levantó su campamento en Zona cero. El álbum retoma parte de ese imaginario y reivindica la potencia de la cooperación como forma de resistencia frente a una otredad tan naturalizada como difícil de nombrar. Manuel se acomoda los lentes y dispara: “Esa cooperación hoy la identificamos como algo inusual. Podría decirse que el apocalipsis del 2025 es un ‘sálvese quién pueda’ y a otra cosa. Matar o morir. Nos gustó retomar la idea de situarnos en el apagón técnico, en el resquebrajamiento de las telecomunicaciones, para apoyarnos más en las redes interpersonales”. Lo que queda no es una certeza, sino una pregunta: ¿dónde queda la figura de lo humano cuando el final se acerca?

Para Vita Set, Bowie y Oesterheld no son referencias nostálgicas. No los persiguen para romantizar un tiempo que fue mejor. Son herramientas para leer el presente, para pausar y preguntarse qué papel ocupamos en un mundo que se acelera sin freno. ¿Qué música puede servirnos hoy, si vivimos dentro de una película de ciencia ficción donde la batalla parece estar entre lo artístico y lo algorítmico?

Así como en El Eternauta la salida era colectiva, Zona cero también fue concebido desde ese lugar: un trabajo en conjunto, de producción doméstica y un poco artesanal. Tato lo define así y agrega que fue mezclado por Franco Armisen, guitarrista de la banda: “Era el momento de producir por nuestra cuenta. Durante la preproducción había preguntas amplias sobre lo que buscábamos. Concluimos que queríamos contar una historia”. Y es que la narrativa tiene un poder reflexivo que a veces se pierde en una época dominada por la literalidad del yo y la autorreferencia.

Nada quedó librado al azar. Cada idea y sensación fue encauzada a través del filtro de Zona cero. Ya sea visual o sonora, cada imagen del disco construye una escena. Cada palabra ayuda a contar la historia. Cada detalle estuvo pensado y fue funcional a lo que el grupo quería proponer. En el álbum, la figura del amor aparece situada en el mismo espacio que el resto de los temas: dentro del caos. En un contexto donde todo se desmorona, esa persona con la que compartías algo ya no está. Hay que olvidar. ¿Qué olvidamos y qué guardamos? ¿Existe siquiera la posibilidad de elegir?

Tato responde haciendo alusión a “Los amantes diferentes“, el tercer track del álbum: “Hay cierto escepticismo, y al mismo tiempo, un personaje que atravesó una etapa romántica y ahora está en la incertidumbre. Lo atormenta un poco no tener certezas, sumirse en la especulación. Hay una dinámica basada en no saber del todo qué le pasa a la otra persona con vos, y eso provoca cierta angustia. Una angustia que está bien, solo hay que escucharla”. Aunque Zona cero descree del amor, no cree que todo esté perdido. Propone detenerse a pensar y preguntarse qué hacemos para sanar.

Vita Set se presenta el viernes 6 de junio a las 23 h en la sala Humboldt de Niceto Club (Humboldt 1358, CABA) junto a Juan Baro, Andry Bett y Bob Crous, entradas disponibles a traves de Passline.

Escuchá Zona cero en plataformas (Spotify, Tidal, Apple Music).

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