«La gente me ha aplaudido». El genial truco de una pasajera para no pagar la multa por exceso de equipaje en Ryanair

El ingenioso truco de una pasajera para evitar pagar 70 euros a Ryanair por su maleta

Las aerolíneas de bajo coste suelen tener normas estrictas, y Ryanair es, probablemente, una de las más rigurosas en lo que respecta al equipaje de mano. La compañía irlandesa se ha ganado una reputación entre los viajeros por controlar al milímetro el tamaño de las maletas que los pasajeros desean llevar consigo en cabina. No es raro ver, justo antes del embarque, a empleados midiendo equipajes para asegurarse de que cumplen con los estándares establecidos. Si no lo hacen, el viajero debe pagar un recargo para poder subir su maleta al avión.

Esto fue precisamente lo que le sucedió a Natalie Sadler, una ciudadana británica que se disponía a tomar un vuelo de Ryanair desde Leeds con destino a Palma de Mallorca. Su maleta, aunque apenas excedía las dimensiones permitidas, fue considerada fuera de norma.

La aerolínea le exigió un pago adicional de 70 euros si quería llevarla consigo en cabina. Una suma significativa, especialmente cuando se trata de vuelos low cost donde los precios bajos son uno de los principales atractivos. Pero Natalie no estaba dispuesta a ceder tan fácilmente.

Una solución tan creativa como polémica

Ante el inesperado contratiempo y decidida a no pagar el recargo, la mujer optó por una solución poco convencional. Se acercó a una cafetería cercana a la puerta de embarque en el aeropuerto de Leeds y pidió un simple saco de basura. Acto seguido, abrió su maleta, vació todo su contenido en la bolsa, la comprimió y logró que esta entrara sin problema en los medidores de equipaje de Ryanair.

La improvisada “maleta” sí cumplía con los requisitos de tamaño de la aerolínea, lo que permitió a Sadler evitar el pago. «Me lo puse al hombro como Papá Noel y dije: ‘Aquí tienes, quédate con eso’. Y me subí al avión», relató la pasajera en declaraciones recogidas por el medio británico *Daily Mail*.

El gesto, que mezcla rebeldía con astucia, fue recibido con aprobación por parte del resto de los pasajeros. Según cuenta Natalie, muchos la aplaudieron por su ingenio y valentía. «Les dije que, después de cómo me habló (una empleada de Ryanair), de ninguna manera le daría mi dinero. Ni hablar», añadió.

Una maleta menos, pero 70 euros más en el bolsillo

La decisión no estuvo exenta de consecuencias. Sadler tuvo que dejar su maleta atrás, pero para ella fue un precio menor comparado con lo que representaba pagar esos 70 euros extra. «Necesitaba resolver mi problema. Soy una solucionadora y lo resolví. Estaba furiosa. Solo tuve que reírme, por mucho que me molestara, es una maleta, nadie murió», concluyó.

Este caso pone nuevamente sobre la mesa las polémicas políticas de equipaje de Ryanair, que si bien son claras desde el momento de la compra del billete, continúan generando controversia y situaciones inusuales como la protagonizada por Natalie Sadler. Para algunos, una muestra de cómo la rigidez de ciertas normas puede llevar a soluciones insospechadas; para otros, un recordatorio de que la creatividad puede ser el mejor compañero de viaje.