Los auténticos mejillones tigres son de Bilbao y podrías zamparte un plato entero, pero están en peligro de extinción

Llegar a cualquier bar y leer en la pizarra o el menú la palabra ‘tigres’ es motivo de jolgorio y celebración. Sigue siendo un bocado clásico del tapeo, extendido por barras y tabernas de todo el país, aunque se dice que cada vez cuesta más encontrarlo en los nuevos locales que renuncian a lo trabajoso de su elaboración. Sea como sea, si hay mejillones tigres en la carta, sabes que te espera un gozoso y efímero manjar. Salvo que estés en Bilbao, donde podrías llevarte una decepción. Sería un chasco solo por destrozarte las expectativas, ya que en la capital de Vizcaya, célebre por sus pintxos, los tigres originales no tienen forma de croqueta de mejillón. Y más que una tapa para devorar de uno o dos bocados es una señora ración, un plato mucho más ligero, calóricamente hablando, con el que merece la pena compensar mojando abundante pan. Porque en Bilbao, en el Bilbao más auténtico, los tigres son mejillones en salsa de tomate picante. Si la receta de los mejillones tigres rellenos de bechamel, rebozados y fritos, se está abandonando en los bares más modernos, la fórmula original bilbaína parece aún más amenazada por la desaparición. Los tigres que hoy todo el mundo conoce y venera son tan populares y se han extendido tanto por todo el país, que también han contagiado a la oferta vasca. Los mismísimos Karlos Arguiñano y Martín Berasategui los preparan con su toque, y se prestan mucho más a ofrecerlos en consonancia al formato de bocado individual típico del pinxto, gran reclamo turístico de Bilbao y otras ciudades de Euskadi. Los tigres de Bilbao sí son rabiosos Cuando se trata de explicar el por qué de tan curioso nombre para una tapa marinera, se suele aludir al toque picante que en algunas cocinas se añade al relleno de estos mejillones fritos. Sin embargo, en muchas regiones ese toque se ha perdido o nunca se incluyó en primer lugar, dejando una tapa mucho más amable y gustosa para todos los paladares. En Murcia, por ejemplo, los mejillones tigres de toda la vida se han cocinado así; mi señora madre, que no aguanta ni un mínimo atisbo de picazón, puede dar fe de ello. Tampoco añade picante Berasategui a su receta, aunque su colega Arguiñano sí deja abierta esa opción para enriquecer el relleno, como indican las instrucciones de Gastronomía Vasca. Parece más típico ese punto de ardor en el centro y norte del país, si bien sigue sin explicar realmente la vinculación con animal de pelaje anaranjado con rayas negras y grandes fauces. Los tigres son animales salvajes, sí, como también muchísimos más. Que hayamos terminado relacionando a un felino asiático en peligro de extinción con una tapa española marinera que podría o no tener un punto picante, analizándolo fríamente, carece de mucho sentido, aunque ya lo hemos asimilado de tal manera en nuestro imaginario colectivo que sí nos ‘suena’ normal. La explicación de esa vinculación del tigre con el mejillón nos la da la investigadora Ana Vega Pérez de Arlucea, quien además de experta en historia de la gastronomía conoce bien la cocina vasca y, concretamente, de Bilbao, su ciudad natal. Los mojojones, como se conocen en la capital vizcaína, son desde hace tiempo un producto muy típico en la cocina de la ciudad, presente en los hogares y también en bares, restaurantes y tabernas. Y, como es habitual en la cocina del norte, prepararlos en salsa ha sido siempre una de las fórmulas más populares de disfrutar de este molusco bivalvo. Gracias a una familia de emprendedores, los mejillones en salsa de tomate picante se convertirían en todo un hito de la cocina bilbaína y, por extensión, a otras zonas cercanas. El nombre de tigres llegaría poco después. De una caricatura al robo del nombre Nos relata Vega la historia de Fernando Pereira Ibarreche, conocido en Bilbao como ‘Talento’, quien tras nacer en Abando en 1869 pasó en Bilbao por varios trabajos hasta desembocar definitivamente en la hostería. Carnicero y novillero aficionado, primero probó suerte con un puesto de casquería de mercado y una carnicería hasta que en 1904 abrió su propia taberna, bautizada como Ristorant de Talento, de cocina local tradicional, junto con su mujer María Jáuregui, la cocinera, y su hijo José. Sería el retoño quien continuaría el legado familiar abriendo su propio local tras el cierre del ristorant, con varias sedes hasta asentarse con la forma del definitivo Bar Talento en la calle Iturribide, en 1939, junto con su esposa María. Y se hicieron muy populares sus raciones de 12 mejillones en salsa picante a 60 céntimos de peseta. “No unos mejillones cualquiera”, nos cuenta Ana Vega. “sino unos con salsa de tomate picante bautizada como 'a la brimoní' y habían acabado siendo conocidos en toda la provincia como 'tigres”'. El por qué de ese apelativo lo responde la hemeroteca en un artículo de El Correo que se hizo eco del cierr

Jun 4, 2025 - 19:50
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Los auténticos mejillones tigres son de Bilbao y podrías zamparte un plato entero, pero están en peligro de extinción

Los auténticos mejillones tigres son de Bilbao y podrías zamparte un plato entero, pero están en peligro de extinción

Llegar a cualquier bar y leer en la pizarra o el menú la palabra ‘tigres’ es motivo de jolgorio y celebración. Sigue siendo un bocado clásico del tapeo, extendido por barras y tabernas de todo el país, aunque se dice que cada vez cuesta más encontrarlo en los nuevos locales que renuncian a lo trabajoso de su elaboración. Sea como sea, si hay mejillones tigres en la carta, sabes que te espera un gozoso y efímero manjar. Salvo que estés en Bilbao, donde podrías llevarte una decepción.

Sería un chasco solo por destrozarte las expectativas, ya que en la capital de Vizcaya, célebre por sus pintxos, los tigres originales no tienen forma de croqueta de mejillón. Y más que una tapa para devorar de uno o dos bocados es una señora ración, un plato mucho más ligero, calóricamente hablando, con el que merece la pena compensar mojando abundante pan. Porque en Bilbao, en el Bilbao más auténtico, los tigres son mejillones en salsa de tomate picante.

Si la receta de los mejillones tigres rellenos de bechamel, rebozados y fritos, se está abandonando en los bares más modernos, la fórmula original bilbaína parece aún más amenazada por la desaparición. Los tigres que hoy todo el mundo conoce y venera son tan populares y se han extendido tanto por todo el país, que también han contagiado a la oferta vasca. Los mismísimos Karlos Arguiñano y Martín Berasategui los preparan con su toque, y se prestan mucho más a ofrecerlos en consonancia al formato de bocado individual típico del pinxto, gran reclamo turístico de Bilbao y otras ciudades de Euskadi.

Los tigres de Bilbao sí son rabiosos

Cuando se trata de explicar el por qué de tan curioso nombre para una tapa marinera, se suele aludir al toque picante que en algunas cocinas se añade al relleno de estos mejillones fritos. Sin embargo, en muchas regiones ese toque se ha perdido o nunca se incluyó en primer lugar, dejando una tapa mucho más amable y gustosa para todos los paladares. En Murcia, por ejemplo, los mejillones tigres de toda la vida se han cocinado así; mi señora madre, que no aguanta ni un mínimo atisbo de picazón, puede dar fe de ello.

Mejillones Tigres

Tampoco añade picante Berasategui a su receta, aunque su colega Arguiñano sí deja abierta esa opción para enriquecer el relleno, como indican las instrucciones de Gastronomía Vasca. Parece más típico ese punto de ardor en el centro y norte del país, si bien sigue sin explicar realmente la vinculación con animal de pelaje anaranjado con rayas negras y grandes fauces.

Los tigres son animales salvajes, sí, como también muchísimos más. Que hayamos terminado relacionando a un felino asiático en peligro de extinción con una tapa española marinera que podría o no tener un punto picante, analizándolo fríamente, carece de mucho sentido, aunque ya lo hemos asimilado de tal manera en nuestro imaginario colectivo que sí nos ‘suena’ normal.

Tigres2

La explicación de esa vinculación del tigre con el mejillón nos la da la investigadora Ana Vega Pérez de Arlucea, quien además de experta en historia de la gastronomía conoce bien la cocina vasca y, concretamente, de Bilbao, su ciudad natal.

Los mojojones, como se conocen en la capital vizcaína, son desde hace tiempo un producto muy típico en la cocina de la ciudad, presente en los hogares y también en bares, restaurantes y tabernas. Y, como es habitual en la cocina del norte, prepararlos en salsa ha sido siempre una de las fórmulas más populares de disfrutar de este molusco bivalvo. Gracias a una familia de emprendedores, los mejillones en salsa de tomate picante se convertirían en todo un hito de la cocina bilbaína y, por extensión, a otras zonas cercanas. El nombre de tigres llegaría poco después.

De una caricatura al robo del nombre

Nos relata Vega la historia de Fernando Pereira Ibarreche, conocido en Bilbao como ‘Talento’, quien tras nacer en Abando en 1869 pasó en Bilbao por varios trabajos hasta desembocar definitivamente en la hostería. Carnicero y novillero aficionado, primero probó suerte con un puesto de casquería de mercado y una carnicería hasta que en 1904 abrió su propia taberna, bautizada como Ristorant de Talento, de cocina local tradicional, junto con su mujer María Jáuregui, la cocinera, y su hijo José.

Mejillones Picantes

Sería el retoño quien continuaría el legado familiar abriendo su propio local tras el cierre del ristorant, con varias sedes hasta asentarse con la forma del definitivo Bar Talento en la calle Iturribide, en 1939, junto con su esposa María. Y se hicieron muy populares sus raciones de 12 mejillones en salsa picante a 60 céntimos de peseta. “No unos mejillones cualquiera”, nos cuenta Ana Vega. “sino unos con salsa de tomate picante bautizada como 'a la brimoní' y habían acabado siendo conocidos en toda la provincia como 'tigres”'.

El por qué de ese apelativo lo responde la hemeroteca en un artículo de El Correo que se hizo eco del cierre del bar con motivo de la jubilación de su propietario, en 1965. Al parecer, Pepe aprovechaba el bar para dar rienda suelta a su otro gran talento, el del dibujo, y solía, además de anunciar los platos con ilustraciones a mano, animar el bar con caricaturas de clientes, amigos y personalidades célebres de la época. Así, el artículo de prensa indica que «el nombre de tigres, tan difundido hoy en día, salió de una de las caricaturas de Pepe», pero nos deja con la intriga de conocer más detalles sobre a quién caricaturizaría el célebre plato picante, o los motivos de su relación.

Lo que sí está claro, como ha demostrado Vega Pérez con su investigación, es que en Bilbao ya se llamaban ‘tigres’ a los mejillones en salsa de tomate picante mucho antes de que se difundiera el término por España para nombrar a la tapa de molusco relleno y frito. La fama que alcanzó la ración picajosa del Talento fue tal, que se llegó a extenderse por todo Bilbao y zonas cercanas; incluso la autora ha documentado la presencia del término en los mejillones ‘tigres rabiosos’ de una taberna coruñesa en los años 50.

La popularización de los tigres que hoy todo el mundo conoce está llevando a la desaparición de la fórmula original bilbaína, que ya cuesta encontrar entre la oferta de pintxos y raciones de la capital. Sobreviven todavía en locales como el Café Gran Bilbao, el apelativo felino está quedado relegado a una mención entre paréntesis casi como guiño a la clientela local más veterana.

Imágenes | iStock/Iratxe Crespo - Wikimedia Commons/Tamorlan

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La noticia Los auténticos mejillones tigres son de Bilbao y podrías zamparte un plato entero, pero están en peligro de extinción fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Liliana Fuchs .