American Paranoia. La casa negra, de Hervé Bourhis y Lucas Valera
Revisamos el primer arco de American Paranoia, subtitulado La casa negra. Un policiaco de Hervé Bourhis y Lucas Varela.



Edición original: American Parano. Black House 01 y 02 (Dupuis. Marzo, 2024 y agosto, 2024)
Edición nacional/España: American Paranoia. La casa negra. La Cúpula. Mayo, 2025
Guion: Hervé Bourhis
Dibujo: Lucas Valera
Color: Lucas Valera
Traducción: Rubén Lardín
Formato: Rústica con solapas, 140 páginas
Precio: 22’50€
American paranoia. California nightmare
«La bahía de San Francisco se duerme, y los ángeles no están en Los Angeles, hermanos y hermanas. Están aquí.»
American Paranoia. La casa negra de Hervé Bourhis y Lucas Varela es un díptico policial muy interesante. Su principal aliciente es su ubicación temporal y geográfica en plena pesadilla norteamericana, un momento histórico y social que inundó la Costa Oeste yanqui durante la parte final de la década de los sesenta y que duró hasta principios de los ochenta. Una deformación del sueño americano que surgió de la lucha desigual entre el establishment más reaccionario y las diferentes corrientes aperturistas del momento que se establecieron en aquella zona.
Fue una batalla terriblemente cruenta de la que se beneficiaron terceros como los sectores más derechistas de la sociedad, los traficantes de droga, los proxenetas, las sectas religiosas de todo índole – católicas incluidas – y otras organizaciones aún más destructivas. La administración estadounidense prefirió sacrificar varias generaciones de jóvenes haciendo que abrazasen estos callejones sin salida a que una mayoría tomase conciencia de las desigualdades e injusticias del sistema capitalista occidental e intentara cambiarlo desde dentro, de alguna manera. Es un episodio histórico que podemos entrever en obras artísticas tan dispares como la canción Hotel California de The Eagles; en películas como Pacto de silencio de Robert Redford, además de en cómics de Brubaker y Philips o en varios arcos argumentales del Blanco Humano de Peter Milligan, ahora también lo intuimos en American Paranoia.
En este caso, tanto el guionista francés como el artista argentino se fijan en uno de los más pintorescos de estos agujeros negros sociales que surgieron en aquella época como fueron las misas negras y el auge del culto al satanismo. Tomando como protagonistas a los esbirros más modestos del sistema como son los policías, los autores retratan una época convulsa y peligrosa de la historia estadounidense que tras una fachada de aperturismo, culto a la música y a las flores, además de la busqueda del amor universal, escondía fuertes tensiones subterráneas, injusticias flagrantes y mucha violencia silenciada.
Una pareja de policías formada por la novata Kimberly Tyler y el veterano Ulysses Ford debe resolver el asesinato de una estudiante cuyo cadáver es hallado en un parque cerca del Golden Gate con un pentagrama satánico tatuado a cuchillo en el vientre. Para ello se introducen en el universo satanista de la urbe Californiana donde reinan oscuros intereses. El principal sospechoso del crimen es un famoso nigromante conocido como Barón Yeval. Un personaje que se mueve entre la excentricidad y la estafa. Al final la joven detective, hija de policía, deberá enfrentarse al caso en solitario…
El gran acierto de este primer arco consiste en la deliberada omisión de la fachada colorida, alegre y floral que sirvió de tópico californiano durante décadas, para adentrarse en un ambiente sombrío, plomizo y enfermizo, donde los seguidores del sistema son retratados como gente amargada, violenta, gris y furiosa mientras que los outsiders son señalados y marginados sin piedad. La trama policial transcurre sin grandes sobresaltos y sirve para demostrarnos que el mal se esconde en múltiples formas y que tanto la religión como la superstición son dos caras de la misma moneda. Sin embargo, lo que más nos interesa en esta primera historia es la peripecia de Kimberly (Kim) Tyle, la joven policía, que debe resolver su primer caso y al mismo tiempo adaptarse a un nuevo entorno, del que es completamente desconocedora y extranjera.
Gráficamente, Lucas Varela realiza un trabajo mucho más sobrio que en obras anteriores para ceñirse a la descripción precisa de los acontecimientos. La narrativa es exacta, trabajadamente sencilla y perfectamente funcional. Solo se permite algún alarde formal en las escenas de rememoración histórica o en alguna escena nocturna de baile. Sus personajes son algo esquemáticos, también algo rígidos, pero con una personalidad muy marcada, en todo momento perfectamente reconocibles. Y a pesar de que los rostros están elaborados con pocos trazos, de manera muy sintética, el artista bonaerense juega con las expresiones faciales de una manera ejemplar para subrayar lo momentos importantes de la trama. La ambientación de la zona geográfica y de la época histórica es modélica. Los paisajes urbanos están elegantemente definidos; las calles, el puerto, el parque, los suburbios… todo está presente sin entorpecer la lectura ni distraernos de lo esencial.
El trabajo de coloreado es original. Presenta una suerte de tritono compuesto de rosas, ocres y azules, complementados por masivas masas de negros que le dan al conjunto un aspecto rancio muy adecuado. Una curiosa combinación cromática pensada para darle a la obra una atmósfera mohína y desasosegadora.
En el aspecto técnico y material, el tomo realizado y publicado por la editorial barcelonesa La Cúpula es en rústica con solapas, de un tamaño algo más pequeño que el díptico original galo, cuenta con un buen papel y una calidad de impresión adecuada. No contiene ningún tipo de material adicional y su precio es bastante moderado.
Este primer arco de American Paranoia, subtitulado La casa negra, presenta suficientes alicientes para desear poder leer más episodios. La elaborada mezcla de originalidad y ortodoxia que los autores – Hervé Bourhis y Lucas Varela – le insuflan a este relato hacen que su lectura sea una experiencia al mismo tiempo cómoda, novedosa y excitante. En su país de origen ya se ha publicado un tercer álbum. Esperemos que no pase mucho tiempo para poder disfrutarlo.
Salut!
Lo mejor
• La trama policiaca perfectamente hilvanada.
• La ambientación fiel y original del escenario y el momento histórico.
• Una narrativa poderosa y eficaz.
Lo peor
• El aspecto algo estático de los personajes.