Pensaban que no se notaría, pero… Antonio Rossi revela algo en lo que pocos se han fijado de Anita durante la final de ‘Supervivientes’
Ni el favorito ni el villano: todo puede pasar en la final de ‘Supervivientes’. En un formato como Supervivientes, donde las alianzas cambian al ritmo de las mareas y las emociones se desbordan a flor de piel, la final es siempre una moneda al aire. Puede ganar el que más pruebas ha vencido o simplemente ... Leer más

Ni el favorito ni el villano: todo puede pasar en la final de ‘Supervivientes’.
En un formato como Supervivientes, donde las alianzas cambian al ritmo de las mareas y las emociones se desbordan a flor de piel, la final es siempre una moneda al aire. Puede ganar el que más pruebas ha vencido o simplemente quien haya sabido mantenerse al margen de las guerras internas. En 2025, el desenlace no fue una excepción, y entre emociones contenidas y reencuentros forzados, hubo lugar para la sorpresa.
Anita Williams, una de las grandes protagonistas de esta edición, cayó en el televoto frente a Montoya y Borja González, quedando cuarta pese a ser una de las favoritas. Su derrota no solo desconcertó al público, sino que avivó aún más la incógnita que sobrevolaba desde el inicio de la gala: ¿qué pasará ahora entre ella y Montoya? La pareja, que comenzó esta aventura marcada por un pasado televisivo turbulento, parecía haber encontrado en Honduras un nuevo punto de encuentro.
De isla a distanciamiento: algo se rompió tras la final.
Su complicidad en la final hizo pensar que el regreso a España podía ser el inicio de una reconciliación. Sin embargo, apenas unas horas después de que se apagaran las cámaras, el cuento viró hacia una narrativa mucho más fría. Según reveló Alexia Rivas en Vamos a ver, ni siquiera se saludaron en el hotel. La colaboradora aseguró que personas del entorno de Anita escucharon comentarios muy poco amables por parte de la familia de Montoya.
Estos supuestos enfrentamientos familiares habrían sido determinantes para el distanciamiento exprés. Ni un gesto, ni una mirada. Solo silencio y tensión tras bambalinas. En la posterior rueda de prensa, ambos intentaron mantener las formas: dijeron estar bien y centrados en sus respectivas familias. Pero ni las palabras amables ni las sonrisas de cortesía lograron ocultar lo evidente: el hielo se había instalado de nuevo entre ellos.
Declaraciones que siembran dudas.
Al hablar sobre su posible futuro juntos, Anita apeló al famoso «fluir», evitando compromisos claros. Montoya, por su parte, fue más explícito al reconocer que necesita tiempo y que no cierra la puerta, pero tampoco la abre del todo. A día de hoy, no hay una respuesta firme ni por un lado ni por el otro. Lo único certero es que el relato de la pareja sigue generando interés, incluso más allá del concurso.
En redes sociales, los dos han compartido sus primeras actividades tras el reality, y en ninguna aparecen juntos. Montoya ha aprovechado para cambiar de look —“de náufrago a persona”, dijo entre risas— y agradecer el apoyo de sus seguidores desde el coche. Anita, en cambio, optó por una jornada de compras, buscando vestido para la gala del jueves. El contraste en sus rutinas refuerza la idea de que, al menos por ahora, cada uno está haciendo su camino.
La última cita: gala final con cuentas pendientes.
Ambos volverán a coincidir en el plató de Supervivientes este jueves. Una última gala en la que, inevitablemente, se abordará el estado de su relación. La presentadora tendrá en sus manos el reto de extraer alguna verdad entre las frases prefabricadas y las miradas que dicen más que cualquier titular. El público, por su parte, espera respuestas o, al menos, más material con el que alimentar la telenovela emocional que ha marcado esta edición.
Mientras tanto, en los programas de la mañana, la figura de Anita sigue generando opiniones encontradas. Adriana Dorronsoro lamentó que no estuviera entre los tres finalistas, reconociendo que había sido una concursante muy completa. Alessandro Lequio fue tajante: dentro de unos años, nadie recordará a Borja, pero todos seguirán hablando de Anita y Montoya. La narrativa parece estar clara: no ganaron, pero protagonizaron.
Lo importante no es ganar, sino transformar la historia.
Pepe del Real fue aún más allá al decir que quizá no ganar fue lo mejor para ellos, ya que así evitan la sospecha de favoritismos y prolongan su historia pública. Desde luego, la tensión no ha terminado con la final. De hecho, podría decirse que el verdadero capítulo comienza ahora. Con sus redes, entrevistas y galas aún por delante, Anita y Montoya seguirán bajo la lupa.
Sandra Aladro resaltó algo clave: Anita entró al concurso con una imagen muy tocada por La Isla de las Tentaciones y salió con una percepción completamente renovada. En lo personal y lo mediático, ganó. Y si bien su relación con Montoya queda en el aire, su paso por Supervivientes ha sido una oportunidad de redención y crecimiento personal.
Antonio Rossi apunta donde nadie más ha mirado.
Pero fue Antonio Rossi quien se atrevió a señalar un detalle que pasó más desapercibido: la decepción real de Anita al quedar fuera del podio. Para él, ese gesto honesto dice mucho más que cualquier pose. Añadió que el perfil de los ganadores suele ser más discreto, como Borja, y que figuras como la de Anita, más mediáticas, raramente logran el premio final. Sin embargo, lo que muchos ya coinciden en señalar es que Anita Williams se ha llevado algo más duradero: el cambio de narrativa sobre sí misma.