Benidorm, una ciudad dividida entre británicos y españoles: “Beben muchísimo, pero así es como vivimos de los turistas”
Historia de dos ciudades. No es un cuento de Charles Dickens; es la realidad que se vive actualmente en Benidorm, según denuncia el periódico británico Daily Mail en un extenso reportaje donde relata cómo británicos y españoles apenas se relacionan en la ciudad alicantina, paradigma del turismo de sol y playa en la costa levantina. Según numerosos testimonios, Benidorm se ha convertido en una ciudad dividida donde ambas comunidades apenas conviven. Old Town o, lo que es lo mismo, la parte vieja de Benidorm se ha convertido en el refugio del turista nacional. New Town, es decir, la parte nueva, donde se congregan la mayor parte de bares y pubs, es el territorio en el que se mueven los turistas británicos. En la tensa relación, quizá no tanto entre turistas, pero sí entre trabajadores y visitantes, la situación no tiene visos de mejorar. Benidorm necesita el dinero de los británicos para carburar y ser un destino vacacional rentable. El peaje, evidentemente, pasa por soportar las groserías, indecencias y borracheras de un turista que, generalmente, solo quiere beber cerveza, tomar el sol y ver el fútbol en pantalla gigante. "Algunos turistas británicos son groseros cuando beben y, a menudo, son muy groseros e irrespetuosos", explicaba a Daily Mail una dependienta en una heladería en la parte vieja. Los comentarios hacia la actitud del visitante que proviene de las Islas Británicas, en general, se mantienen en ese tono sobre la mala educación y en el elevado consumo de alcohol. "Los ingleses, cuando están borrachos, no son buenos", explicaba el recepcionista de un hotel, alertando además de otro problema: la falta de vivienda. "Los pisos son casi todos para turistas y la gente que trabaja aquí no tiene donde vivir", lamentaba al tiempo que explicaba que "pienso que los turistas ahora no son los correctos; esto tiene que cambiar". Si cambiará, o no, es algo que solo el tiempo dirá, pero desde luego parte de una triple mentalidad que debe alinear a administraciones públicas, empresarios y turistas, pareciendo complicado que alguien se atreva a querer encerrar a la gallina de los huevos de oro, aunque su cacareo sea a base de cervezas, hooliganismo y faltas de respeto. Por desgracia, parece que no todo siempre ha sido así, sino que con el tiempo, el cliente inglés ha cambiado. Ahora llega más gente joven, sobre todo para despedidas de soltero, que solo quiere emborracharse y liarla. "Beben muchísimo. Pero así es como vivimos de los turistas; el tipo de turista ha cambiado en los últimos 10 años. Queremos a los turistas de siempre, pero todos los hoteles deben estar llenos", explicaba una farmacéutica que viva esta situación constante de británicos ruidosos, borrachos y sin camiseta. Imágenes | Visit Benidorm En DAP | Hay novedades en las playas de Benidorm para este verano: cómo son y dónde están las nuevas zonas de baño En DAP | Gastroguía de Benidorm: qué comer en una de las ciudades más visitadas de España y qué restaurantes no debes perderte - La noticia Benidorm, una ciudad dividida entre británicos y españoles: “Beben muchísimo, pero así es como vivimos de los turistas” fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Jaime de las Heras .

Historia de dos ciudades. No es un cuento de Charles Dickens; es la realidad que se vive actualmente en Benidorm, según denuncia el periódico británico Daily Mail en un extenso reportaje donde relata cómo británicos y españoles apenas se relacionan en la ciudad alicantina, paradigma del turismo de sol y playa en la costa levantina.
Según numerosos testimonios, Benidorm se ha convertido en una ciudad dividida donde ambas comunidades apenas conviven. Old Town o, lo que es lo mismo, la parte vieja de Benidorm se ha convertido en el refugio del turista nacional. New Town, es decir, la parte nueva, donde se congregan la mayor parte de bares y pubs, es el territorio en el que se mueven los turistas británicos.
En la tensa relación, quizá no tanto entre turistas, pero sí entre trabajadores y visitantes, la situación no tiene visos de mejorar. Benidorm necesita el dinero de los británicos para carburar y ser un destino vacacional rentable. El peaje, evidentemente, pasa por soportar las groserías, indecencias y borracheras de un turista que, generalmente, solo quiere beber cerveza, tomar el sol y ver el fútbol en pantalla gigante.
"Algunos turistas británicos son groseros cuando beben y, a menudo, son muy groseros e irrespetuosos", explicaba a Daily Mail una dependienta en una heladería en la parte vieja.
Los comentarios hacia la actitud del visitante que proviene de las Islas Británicas, en general, se mantienen en ese tono sobre la mala educación y en el elevado consumo de alcohol.
"Los ingleses, cuando están borrachos, no son buenos", explicaba el recepcionista de un hotel, alertando además de otro problema: la falta de vivienda. "Los pisos son casi todos para turistas y la gente que trabaja aquí no tiene donde vivir", lamentaba al tiempo que explicaba que "pienso que los turistas ahora no son los correctos; esto tiene que cambiar".
Si cambiará, o no, es algo que solo el tiempo dirá, pero desde luego parte de una triple mentalidad que debe alinear a administraciones públicas, empresarios y turistas, pareciendo complicado que alguien se atreva a querer encerrar a la gallina de los huevos de oro, aunque su cacareo sea a base de cervezas, hooliganismo y faltas de respeto.
Por desgracia, parece que no todo siempre ha sido así, sino que con el tiempo, el cliente inglés ha cambiado. Ahora llega más gente joven, sobre todo para despedidas de soltero, que solo quiere emborracharse y liarla.
"Beben muchísimo. Pero así es como vivimos de los turistas; el tipo de turista ha cambiado en los últimos 10 años. Queremos a los turistas de siempre, pero todos los hoteles deben estar llenos", explicaba una farmacéutica que viva esta situación constante de británicos ruidosos, borrachos y sin camiseta.
Imágenes | Visit Benidorm
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Benidorm, una ciudad dividida entre británicos y españoles: “Beben muchísimo, pero así es como vivimos de los turistas”
fue publicada originalmente en
Directo al Paladar
por
Jaime de las Heras
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