Este año hay que comprar Burdeos

“Hacerse con botellas que luego son muy difíciles de conseguir y comprarlas al mejor precio”. Éstos son, en palabras de Quim Vila, propietario de Vila Viniteca, los argumentos que llevan a profesionales y aficionados (con posibles) del mundo del vino a visitar el salón que la distribuidora, una de las más importantes de España, organiza para presentar anualmente las nuevas cosechas de grandes etiquetas, que aún no han salido al mercado y que, de momento, sólo se pueden comprar en avanzada, en una suerte de apuesta (casi segura, eso sí) de cara al futuro.

El martes 17, Vila llevó a Madrid su portfolio de la añada 2024, en un evento al que asistieron algunos de los nombres más importantes del panorama vinícola nacional, como Peter Sisseck, Álvaro Palacios, Benjamín Romeo, Borja Pérez, Daniel Landi o Sara Pérez para presentar personalmente sus vinos de la añada 2024, la mayoría de los cuales no estarán disponibles hasta 2027.

Un sistema que nació en Burdeos hace más de 100 años, cuando los négociants seleccionaban barricas en los châteaux y, hasta los años 60, las compraban para embotellarlas en destino. El principal requisito que deben cumplir es, explica Vila, “tener demanda internacional, a nivel global. Si en España lo tienes que comprar a la avanzada y se agota y luego lo encuentras físicamente en Alemania, se rompe el sistema”.

Además de grandes vinos españoles, Vila Viniteca también distribuye algunos de los más grandes de Burdeos, como Lafitte, Mouton, Cos d’Estournel, Haut Brion o Latour. Y, a propósito de ellos, es cuando Vila deja el gran y rotundo titular: “Es el momento de comprar vino de Burdeos”. Y explica: “han bajado los precios entre un 20 y un 42 por ciento respecto al año anterior. Y qué decir respecto a hace dos años: el Lafitte 24 (336 euros) cuesta la mitad que el Lafitte 22, está al precio de hace 10 años”.

“No sé si volverán a repetirse estos precios. Ahora mismo hay vinos de Burdeos buenísimos en avanzada por 10 y 15 euros y otros entre 500 y 700. No se sabe si se revalorizarán de aquí a 2027: igual hay otra guerra u otro crack y no lo hacen, o incluso de deprecian, o a lo mejor se arregla el mundo en dos meses y vuelve la dolce vita y suben otra vez los precios. No lo podemos prever”.

Termómetro de la economía global

“Todo se debe a la situación mundial -prosigue-: Burdeos es el termómetro de la economía global. Antes se vendían caras hasta las cosechas malitas, como la 97, porque no siempre los precios son coherentes con la calidad de la añada. Este año han bajado los precios porque el mercado no estaba dispuesto a comprar, baja la demanda y la oferta se mantiene. Ya veremos qué pasará el año que viene, porque los grandes no tienen problemas pero los pequeños y medianos han vendido bastante poco».

¿Y de qué precios estamos hablando? Al margen del citado Lafitte a 336 euros, encontramos Chateau Margaux a 322, Cos d’Esoturnel a 99 Chateau Leoville Les Cases a 112,90, Haut Brion a 280 o Chateau Ausone a 365. Un chollo (que siguen sin ser baratos, pero chollo al fin y al cabo).

Respecto a los vinos españoles, la situación es un poco más estable. “Las bodegas que están aquí no han subido precios, exceptuando dos que han aplicado el IPC porque lo hacen todos los años, pero tampoco los han bajado. ¿Por qué? Porque sólo hay 15 bodegas en España que venden a la avanzada y los vinos de Benjamín Romeo, Peter Sisseck, Sara Pérez o Álvaro Palacios se venden solos. En Francia son 150 chateaux compitiendo entre ellos”

Contador 24 se cotiza a 241,60, Pingus a 851, Clos Martinet a 35,80 y Quiñón de Valmira a 290. Precisamente, el 2023 de este rioja es el que más se ha revalorizado respecto al año anterior, cuando también se vendía a 290 y actualmente ronda los 600 “porque ha recibido 100 puntos Parker y porque ya no hay, se vendió prácticamente todo”.

Habrá que esperar un tiempo para saber cuáles de los vinos de 2024 son los que más se revalorizan. Si es que lo hacen…

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