ZN Pride/Indie Inédito- Sins of The Black Flamingo vol 1

The Sins of the Black Flamingo, una obra bastante especial. Se trata de una miniserie de cinco números publicada por Image Comics en 2022, cuyo tomo recopilatorio apareció en 2023. Pero antes de eso, un poco de historia.

Breve historia del comic LGTBIQ+

El cómic LGTBIQ+ lleva ya varios años asentándose en el mercado, con historias de todo tipo: costumbristas, de acción, con temáticas sobrenaturales, entre otras. Aunque varíen en género y estilo, todas comparten una misma esencia que remite a los primeros fanzines de los años ochenta: servir como crítica social y como herramienta frente a una parte de la sociedad que busca silenciar al colectivo. Estas obras ponen en perspectiva cada cambio y momento clave de la vida LGTBIQ+, reflejando las inquietudes específicas de cada época. Además, actúan como una vía de autodescubrimiento, ofreciendo representación, acogida y comprensión a quienes enfrentan conflictos internos con su identidad y no pueden vivir libremente. En este sentido, el cómic se convierte en un espacio de resistencia, expresión y pertenencia.

Con el paso del tiempo, los fanzines, a pesar de sus limitaciones y su circulación reducida, fueron ganando popularidad dentro de sus círculos. Ejemplo de ello son publicaciones pioneras como Gay Comix (1980–1998).

Revista que, con sus 25 números publicados de forma irregular, desempeñó un papel fundamental en la visibilidad y representación de la comunidad LGTBIQ+ en el mundo del cómic. A lo largo de su trayectoria, abordó temas como el amor, la identidad de género, la homofobia, el VIH/SIDA y los derechos civiles, ofreciendo una voz auténtica y diversa en un contexto de fuerte represión y estigmatización. Se centró principalmente en historias autobiográficas, relaciones personales y humor, dejando de lado el contenido sexual explícito. A partir de la mitad de su recorrido editorial, la revista abrió sus páginas a más voces del colectivo -en especial gente trans-, especialmente a mujeres, lo que permitió enriquecer aún más su contenido con nuevas perspectivas y dotarla de una dimensión más costumbrista y social.

Con el paso de los años, este tipo de iniciativas ha comenzado a dar frutos significativos, extendiéndose a públicos cada vez más diversos. La impronta de aquellas primeras denuncias y esfuerzos de visibilización permitió que el cómic más independiente empezara a incorporar figuras del colectivo LGTBIQ+, abriendo así un espacio para la normalización de las relaciones queer. Esta incorporación ha sido clave para demostrar que las personas disidentes del sistema sexo-género no son distintas de las personas normativas en términos de emociones, conflictos o aspiraciones. En consecuencia, la representación ha dejado de ser marginal para convertirse en un acto cotidiano y necesario.

No obstante, es importante reconocer que no todas las publicaciones de este ámbito se centraban exclusivamente en la crítica social. Paralelamente, surgieron cómics con contenido sexual explícito, que también cumplieron una función relevante en la configuración de una corriente narrativa centrada en la libertad de expresión sexual. Estos trabajos no se limitaron a mostrar sexo entre personas del mismo sexo o bisexualidad, sino que buscaron representar la sexualidad y la desnudez como experiencias humanas normalizadas, aunque en algunos casos recurrieran al morbo o al erotismo visual como recurso narrativo. Esta línea abrió camino hacia una reivindicación de los cuerpos y del deseo sin culpa ni censura.

Con la llegada de Internet y el auge de las plataformas digitales de pago a artistas, esta vertiente ha experimentado un crecimiento notable. Se ha consolidado una comunidad sólida, compuesta por miles de creadores, muchos de ellos con propuestas destacadas tanto en el plano narrativo como visual. Algunas de estas obras, por su nivel técnico y argumental, podrían tener cabida en el circuito editorial convencional si no incluyeran contenido explícito, lo que evidencia el potencial artístico y expresivo de estos autores.

Asimismo, el desarrollo de sistemas de mecenazgo y plataformas sociales ha multiplicado las oportunidades para artistas LGTBIQ+ que antes no podían publicar sus obras debido a la falta de recursos económicos o al rechazo por parte de editoriales tradicionales. Gracias a las redes sociales, estos creadores han encontrado canales efectivos de difusión y financiamiento que les permiten contar sus propias historias sin filtros ni imposiciones, abriendo así las puertas a una diversidad creativa sin precedentes.

Y ahora, sin más dilación después de la breve introducción pasamos a reseñar el comic en cuestión.

Edición original: SINS OF THE BLACK FLAMINGO #1-5 USA (Image Comics, 2022)
Guion: Andrew Wheeler
Dibujo: Travis Moore
Entintado: Aditya Bidikar
Color: Tamra Bonvillain
Formato: Tomo en Tapa Blanda. 120 páginas. 16.99$

BE QUEER, DO CRIMES

«All right boys, come and get me»

Andrew Wheeler, co-creador de esta obra -y mente pesante de la misma- es, un escritor bastante multifacético. Ha colaborado en varias antologías queer de DC y ha escrito historias para personajes de Marvel, tanto en formato digital —dentro de la plataforma Infinity Comics— como en cómics impresos.

Wheeler ha desarrollado series costumbristas LGTBIQ+, así como aventuras al estilo She-Ra. Entre sus trabajos más recientes destaca Hey Marv, un cómic dirigido a jóvenes adultos, en el que aborda cómo un chico trata de conciliar su fe religiosa con su identidad como persona gay dentro de una sociedad marcadamente conservadora.

¿Por qué es especial como he comentado antes y no una obra más del montón? Precisamente porque representa, en esencia, todo lo que se ha expuesto anteriormente de una manera sublime y orgánica, sin vergüenza ni reservas. Muestra con orgullo sus aspiraciones de ser algo más: una obra crítica, cargada de acción, con un humor ácido sobre sí misma, y sin miedo a naturalizar las relaciones entre sus personajes mostrando momentos íntimos entre hombres, el disfrute y el gusto por la belleza de uno mismo.

Como vemos, Flamingo es actualidad en estado puro. Escrita después del primer mandato de Trump, nos encontramos con una sociedad parcialmente polarizada, donde los magnates y las empresas controlan todo mediante mentiras y abuso de poder, tanto físico como metafórico. Sin dejar de criticar a ciertos sectores de un gobierno que ha vuelto a las andadas, se muestra lo mezquinos que son y lo falso que es todo. Pero, aun con tanta decepción, queda espacio para ser uno mismo, sentirse libre, decir no al adoctrinamiento patriarcal y no esconderse tras excusas religiosas ni sentirse cohibido.

Todo esto se desarrolla dentro de una trama que combina la magia con la investigación de pequeños misterios mágicos y el poder en las ciudades, como si de un John Constantine más desvergonzado se tratara, mezclado con la picardía de un ladrón encantador. A esta mezcla se le suma, como ya he mencionado, la crítica al gobierno y a los magnates que controlan todo abusando de todos de mil maneras y referencias al mistcismo angelical dejando claro que el amor tiene cabida independiente de tu sexo u orientación.

Contamos además con un trío de personajes carismáticos tanto en diseño como personalidad, perfectamente medidos en sus tiempos de aparición.

Magia, corrupción, chanchullos mágicos y momentos de improvisación que harían al bastardo inglés estar encantado, junto a un gran sentido estético: esos diseños de vestuario, la inversión y el disfrute visual de la obra se lo debemos a Travis Moore, quien dibuja todo esto de forma magistral, deleitándonos con todo tipo de estímulos en la lectura sin decaer en ningún momento.

El famoso dibujante de DC, que ha trabajado como portadista y en series como Nightwing o World’s Finest, demuestra aquí por qué es uno de los grandes a tener muy en cuenta dentro del panorama actual del cómic mainstream. Travis Moore no solo potencia con inteligencia y sensibilidad el guion de Wheeler, sino que lo eleva gracias a un trazo elegante, dinámico y lleno de matices, capaz de transmitir tanto la acción más trepidante como la emoción más íntima con una naturalidad apabullante. Su dominio de la narrativa visual es impecable: cada viñeta está cuidadosamente construida, el ritmo fluye con precisión y el diseño de personajes destaca por una expresividad y un carisma cautivador que saltan a la vista desde la primera página. Moore consigue imprimir personalidad en cada gesto, mirada, movimiento, consolidándose como un autor con una voz propia dentro del universo DC.

Todo ello se ve aún más realzado por el espectacular trabajo de color de Tamra —quien sin duda es la que mejor entiende y complementa el dibujo de Dan Mora, pero que aquí también se adapta con una brillantez admirable al estilo de Moore—, generando una armonía visual que potencia cada escena y le da una identidad estética muy marcada a la serie. A esto se suman homenajes a referentes como el célebre Tom of Finland o el libro Gay Art: A Historic Collection, que aportan una capa de lectura extra para quienes saben mirar más allá de la superficie y dar gracias a toda la herencia recibida.

En definitiva, tenemos una obra que, por desgracia, sigue inédita en nuestro país, pero que es uno de los mejores ejemplos de cómo leer un cómic sin complejos: seguro de sí mismo, divertido, que no teme mostrarse picante, sincero o crítico cuando la historia lo requiere. Ojalá tengamos pronto noticias de las siguientes «temporadas», porque propuestas como esta son las que hacen del cómic un medio tan poderoso y emocionante. Un auténtico carnaval del Orgullo que grita a los cuatro vientos: «Somos personas merecemos lo mismo que tú, si vas a por nosotros saldrás escaldado «.

¡Viva el amor y viva el Orgullo sin complejos!

Lo mejor

• Una Obra valiente que recoge las raíces del comic LGTBIQ+ le pone en su lugar y no se esconde.
• La mazcla de conceptos, mágicos, crítica social y a figuras judeocristinas.

Lo peor

• Que siga inédita.
• La espera por más secuelas.

ENLACES DE INTERÉS

– Entrevista a Andrew Wheeler sobre Sins of the Black Flamingo. -En inglés, contiene Spoilers hasta el Numero 4-