'Rebelde sin causa' fue mucho más que un icono juvenil. Creo que era un acto de resistencia queer disfrazado de clásico
Además de catapultar al jovencísimo James Dean a la fama, 'Rebelde sin causa' también es una película que definió el arquetipo del adolescente rebelde en el cine. Sin embargo, hay espectadores que leemos entre líneas y creo que, además de ser un clásico imprescindible, también fue un largometraje pionero a la hora de abordar temas que, para la época, eran altamente innovadores y atrevidos. Porque recordemos que el filme de Nicholas Ray se estrenó en el año 1955. A día de hoy, afortunadamente cada vez son más los referentes LGBTQ+ que encontramos en pantalla y muchos jóvenes crecerán con una amplia variedad de personajes con los que podrán identificarse. Pero esto no siempre fue así y nunca está de más recordar que la representación queer en pantalla empezó siendo una batalla y algo que tenía que conformarse con permanecer en el subtexto. En Espinof Marlon Brando pudo haber sido un 'Rebelde sin causa' De hecho, hasta finales de los años 60, la industria cinematográfica estuvo limitadísima por el Código Hays, un conjunto de reglas que prohibían explícitamente cualquier representación de la homosexualidad. Si tenemos en cuenta este contexto, nos daremos cuenta de que 'Rebelde sin causa' fue un acto de rebeldía (valga la redundancia) contra las normas culturales y cinematográficas de su tiempo. Entre el subtexto y la censura Aunque hacer cine no fuera compatible con hablar de ciertos temas por culpa de la censura, Nicholas Ray, el director de la película, decidió arriesgarse y entrar en este campo de minas, haciendo de Platón (Sal Mineo) uno de los primeros personajes homosexuales de la historia del séptimo arte. Incluso a pesar de tener que hacerlo de forma sutil, el cineasta eligió hacerlo igualmente. Y creo que fue una decisión realmente inteligente, porque Platón no solo es un adolescente marginado, sino que su admiración y el cariño que siente hacia Jim Stark (el personaje de James Dean) se presentan de una manera bastante clara. O, al menos para los que saben leer entre líneas. De hecho, hay algo más, porque Platón tiene una foto del actor Alan Ladd en su casillero, e incluso los que no terminen de estar de acuerdo con el subtexto del personaje estarán de acuerdo en que la relación que tiene con Jim va más allá de ser solo compleja, lo cual resulta muy revolucionario para la época. Un mensaje con fuerza desde el silencio Me parece fascinante que el equipo de la película, incluido James Dean, estuviera al tanto de la orientación sexual de Platón. De hecho, según un artículo de Vanity Fair, James Dean no solo le indicó a Mineo que le mirase "como yo miro a Natalie [Wood]", sino que incluso se llegó a rodar una escena con un beso entre Jim y Platón (que, por supuesto se eliminó por el Código Hays). Este hecho no solo hace evidente que las normas de la época eran muy rígidas, sino también la valentía que tuvo todo el equipo creativo al intentar romperlas. En Espinof El erotismo que no vimos Gracias a eso, hoy podemos apreciar las sutilezas de una película en la que una simple sonrisa era casi un acto de resistencia. Y creo que, aunque para los estándares actuales el subtexto gay de 'Rebelde sin causa' puede parecer moderado, su existencia fue revolucionaria para el momento. Nicholas Ray y todo el equipo lograron sortear una censura opresiva para dar voz, aunque fuera desde un silencio atronador, a una comunidad que también vivía en los márgenes en el mundo del cine. No solo marcó un antes y un después para James Dean, sino que además logró algo muy importante para la representación LGBTQ+, y por eso, 'Rebelde sin causa' debe ser reconocida no solo como un clásico, sino también como un testimonio silencioso pero contundente de representación LGBTQ+ en un momento en el que esta era prácticamente inexistente. En Espinof | Hace 20 años, 'Brokeback Mountain' cambió el cine para siempre. Se convirtió en un emblema LGTBIQ+ que hizo historia y venció al odio En Espinof | Lo que la corrección política se llevó: 16 películas aclamadas en su momento que ahora resultan incómodas - La noticia 'Rebelde sin causa' fue mucho más que un icono juvenil. Creo que era un acto de resistencia queer disfrazado de clásico fue publicada originalmente en Espinof por Belén Prieto .

Además de catapultar al jovencísimo James Dean a la fama, 'Rebelde sin causa' también es una película que definió el arquetipo del adolescente rebelde en el cine. Sin embargo, hay espectadores que leemos entre líneas y creo que, además de ser un clásico imprescindible, también fue un largometraje pionero a la hora de abordar temas que, para la época, eran altamente innovadores y atrevidos. Porque recordemos que el filme de Nicholas Ray se estrenó en el año 1955.
A día de hoy, afortunadamente cada vez son más los referentes LGBTQ+ que encontramos en pantalla y muchos jóvenes crecerán con una amplia variedad de personajes con los que podrán identificarse. Pero esto no siempre fue así y nunca está de más recordar que la representación queer en pantalla empezó siendo una batalla y algo que tenía que conformarse con permanecer en el subtexto.
De hecho, hasta finales de los años 60, la industria cinematográfica estuvo limitadísima por el Código Hays, un conjunto de reglas que prohibían explícitamente cualquier representación de la homosexualidad. Si tenemos en cuenta este contexto, nos daremos cuenta de que 'Rebelde sin causa' fue un acto de rebeldía (valga la redundancia) contra las normas culturales y cinematográficas de su tiempo.
Entre el subtexto y la censura

Aunque hacer cine no fuera compatible con hablar de ciertos temas por culpa de la censura, Nicholas Ray, el director de la película, decidió arriesgarse y entrar en este campo de minas, haciendo de Platón (Sal Mineo) uno de los primeros personajes homosexuales de la historia del séptimo arte. Incluso a pesar de tener que hacerlo de forma sutil, el cineasta eligió hacerlo igualmente.
Y creo que fue una decisión realmente inteligente, porque Platón no solo es un adolescente marginado, sino que su admiración y el cariño que siente hacia Jim Stark (el personaje de James Dean) se presentan de una manera bastante clara. O, al menos para los que saben leer entre líneas.
De hecho, hay algo más, porque Platón tiene una foto del actor Alan Ladd en su casillero, e incluso los que no terminen de estar de acuerdo con el subtexto del personaje estarán de acuerdo en que la relación que tiene con Jim va más allá de ser solo compleja, lo cual resulta muy revolucionario para la época.
Un mensaje con fuerza desde el silencio

Me parece fascinante que el equipo de la película, incluido James Dean, estuviera al tanto de la orientación sexual de Platón. De hecho, según un artículo de Vanity Fair, James Dean no solo le indicó a Mineo que le mirase "como yo miro a Natalie [Wood]", sino que incluso se llegó a rodar una escena con un beso entre Jim y Platón (que, por supuesto se eliminó por el Código Hays). Este hecho no solo hace evidente que las normas de la época eran muy rígidas, sino también la valentía que tuvo todo el equipo creativo al intentar romperlas.
Gracias a eso, hoy podemos apreciar las sutilezas de una película en la que una simple sonrisa era casi un acto de resistencia. Y creo que, aunque para los estándares actuales el subtexto gay de 'Rebelde sin causa' puede parecer moderado, su existencia fue revolucionaria para el momento.
Nicholas Ray y todo el equipo lograron sortear una censura opresiva para dar voz, aunque fuera desde un silencio atronador, a una comunidad que también vivía en los márgenes en el mundo del cine. No solo marcó un antes y un después para James Dean, sino que además logró algo muy importante para la representación LGBTQ+, y por eso, 'Rebelde sin causa' debe ser reconocida no solo como un clásico, sino también como un testimonio silencioso pero contundente de representación LGBTQ+ en un momento en el que esta era prácticamente inexistente.
En Espinof | Lo que la corrección política se llevó: 16 películas aclamadas en su momento que ahora resultan incómodas
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La noticia
'Rebelde sin causa' fue mucho más que un icono juvenil. Creo que era un acto de resistencia queer disfrazado de clásico
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Belén Prieto
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