El cine chino desafía a Disney: cómo ‘Ne Zha 2’ se ha convertido en la película de dibujos animados más taquillera de la historia

El éxito de esta secuela de ‘Ne Zha’ representa el fin de la hegemonía de Hollywood a partir de un entendimiento muy particular de la tradición y el espectáculo Ni siquiera un conocido medio contrario al régimen de Xi Jinping como es el China Digital Times ha podido matizar el asombroso éxito de Ne Zha 2, el éxito de animación chino que se estrena ahora en salas españolas y que se ha convertido en el film animado más taquillero de la historia,. Aunque el artículo de Cindy Carter apunta a intentos desde arriba por silenciar las malas críticas, es incapaz de negar la espontaneidad del fenómeno. La población china está genuinamente enamorada de Ne Zha 2. La recomienda de forma enloquecida, va a verla varias veces, y la atención por su recorrido en taquilla ha alcanzado el extremo de mirar con suspicacia los lugares donde no arrasa. “A la gente de Shanghái no le gustan las películas nacionales”, “prefieren ver cine extranjero con su café”, se ha podido leer en referencia a la dificultad con la que Ne Zha 2 se ha abierto paso en la taquilla de Shanghái. La recaudación de este film es una preocupación nacional, que es fácil asociar a las hazañas deportivas y las medallas olímpicas. A priori no sería muy distinto a lo ocurrido con anteriores estrenos como Los 800 o La batalla del lago Changjin, si bien en estos casos hablábamos de algo más rígido y marcial: estas exitosas películas repasaban episodios bélicos de la historia de China y habían sido cuidadosamente supervisadas por el Partido Comunista que gobierna el país. Ne Zha 2, entretanto, es una película de dibujos animados. Y desde su estreno en enero de 2025 —a tiempo para los fastos del Año Nuevo Chino— ha logrado convertirse en un auténtico fenómeno en la taquilla, superando el récord de Del revés 2 el año pasado como película animada más exitosa. También ha adelantado a El despertar de la Fuerza como quinto estreno más taquillero de la historia, teniendo ahora solo por delante en el top a películas de James Cameron y Vengadores: Endgame. Son logros extraordinarios, sobre todo porque Ne Zha 2 ni siquiera ha tenido que verse fuera de China para consumarlos. El blockbuster chino se consolida A Ne Zha 2 solo le hicieron falta un par de semanas para superar los 10.000 millones de yuanes de recaudación (unos 1.390 millones de dólares) y ser, desde entonces, la película más taquillera jamás vista en China. La posterior y limitada distribución en el extranjero —en España se encarga Adso Films— ha acercado la recaudación a los 1.900 millones de dólares: un triunfo total que además viene a compensar la mala racha de 2024. La taquilla doméstica del año pasado dejó cifras muy lejos de los inicios de la década de los 20, cuando a la estela de la crisis del COVID-19 China había logrado superar un par de veces a EEUU como mercado con mayor recaudación en salas. Entonces se habló de un parteaguas en el mercado cinematográfico global, donde Hollywood perdía hegemonía frente a China. El gigante asiático no solo era capaz de tener recaudaciones inmensas con películas autóctonas, sino que además estas podían imponerse a los múltiples estrenos extranjeros que el Partido Comunista —tras años de controlar el número de blockbusters que Hollywood podía enviar, muchas veces censurándolos— había importado con total tranquilidad. En oposición a un Hollywood que cada vez más depende de la recaudación internacional, China se basta y se sobra con lo que produce. Ni siquiera tiene que ahogar la competencia de fuera para ello. Esta situación ha inspirado varios gestos de buena voluntad por parte de Hollywood, con coproducciones (La gran muralla con Matt Damon, de 2016), películas exclusivamente diseñadas para el mercado chino (el remake de Mulan que Disney estrenó en plena pandemia) o fichajes de estrellas chinas (Wu Jing en Megalodón 2: La fosa). Es una de las caras visibles de lo bien que ha funcionado la Iniciativa Franja y Ruta que ideó Jinping en 2013 como punta de lanza de su mandato: una estrategia de aperturismo y aceptación del libre comercio internacional mientras, de puertas para adentro, cualquier actividad económica es estrictamente supervisada por el Partido Comunista. La tutela del Estado es central asimismo en la producción cinematográfica y es la que inevitablemente determina qué películas tienen mejor fortuna en taquilla, sin que esto implique una homogeneización en las producciones. No todo son títulos de exaltado patriotismo estilo La batalla del lago Changjin —hasta la llegada de Ne Zha 2, la película china más taquillera de todos los tiempos—, sino que en la cartelera pueden brillar espectáculos de ciencia ficción alocada como La Tierra errante, comedias de claro ímpetu feminista —la directora Ling Jia ha liderado un par de veces la taquilla con Hi, Mom o Yolo— y, por supuesto, filmes de animación. La relevancia del triunfo de Ne Zha 2 también

Jun 20, 2025 - 02:55
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El cine chino desafía a Disney: cómo ‘Ne Zha 2’ se ha convertido en la película de dibujos animados más taquillera de la historia

El cine chino desafía a Disney: cómo ‘Ne Zha 2’ se ha convertido en la película de dibujos animados más taquillera de la historia

El éxito de esta secuela de ‘Ne Zha’ representa el fin de la hegemonía de Hollywood a partir de un entendimiento muy particular de la tradición y el espectáculo

Ni siquiera un conocido medio contrario al régimen de Xi Jinping como es el China Digital Times ha podido matizar el asombroso éxito de Ne Zha 2, el éxito de animación chino que se estrena ahora en salas españolas y que se ha convertido en el film animado más taquillero de la historia,. Aunque el artículo de Cindy Carter apunta a intentos desde arriba por silenciar las malas críticas, es incapaz de negar la espontaneidad del fenómeno. La población china está genuinamente enamorada de Ne Zha 2. La recomienda de forma enloquecida, va a verla varias veces, y la atención por su recorrido en taquilla ha alcanzado el extremo de mirar con suspicacia los lugares donde no arrasa.

“A la gente de Shanghái no le gustan las películas nacionales”, “prefieren ver cine extranjero con su café”, se ha podido leer en referencia a la dificultad con la que Ne Zha 2 se ha abierto paso en la taquilla de Shanghái. La recaudación de este film es una preocupación nacional, que es fácil asociar a las hazañas deportivas y las medallas olímpicas. A priori no sería muy distinto a lo ocurrido con anteriores estrenos como Los 800 o La batalla del lago Changjin, si bien en estos casos hablábamos de algo más rígido y marcial: estas exitosas películas repasaban episodios bélicos de la historia de China y habían sido cuidadosamente supervisadas por el Partido Comunista que gobierna el país.

Ne Zha 2, entretanto, es una película de dibujos animados. Y desde su estreno en enero de 2025 —a tiempo para los fastos del Año Nuevo Chino— ha logrado convertirse en un auténtico fenómeno en la taquilla, superando el récord de Del revés 2 el año pasado como película animada más exitosa. También ha adelantado a El despertar de la Fuerza como quinto estreno más taquillero de la historia, teniendo ahora solo por delante en el top a películas de James Cameron y Vengadores: Endgame. Son logros extraordinarios, sobre todo porque Ne Zha 2 ni siquiera ha tenido que verse fuera de China para consumarlos.

El blockbuster chino se consolida

A Ne Zha 2 solo le hicieron falta un par de semanas para superar los 10.000 millones de yuanes de recaudación (unos 1.390 millones de dólares) y ser, desde entonces, la película más taquillera jamás vista en China. La posterior y limitada distribución en el extranjero —en España se encarga Adso Films— ha acercado la recaudación a los 1.900 millones de dólares: un triunfo total que además viene a compensar la mala racha de 2024. La taquilla doméstica del año pasado dejó cifras muy lejos de los inicios de la década de los 20, cuando a la estela de la crisis del COVID-19 China había logrado superar un par de veces a EEUU como mercado con mayor recaudación en salas.

Entonces se habló de un parteaguas en el mercado cinematográfico global, donde Hollywood perdía hegemonía frente a China. El gigante asiático no solo era capaz de tener recaudaciones inmensas con películas autóctonas, sino que además estas podían imponerse a los múltiples estrenos extranjeros que el Partido Comunista —tras años de controlar el número de blockbusters que Hollywood podía enviar, muchas veces censurándolos— había importado con total tranquilidad. En oposición a un Hollywood que cada vez más depende de la recaudación internacional, China se basta y se sobra con lo que produce. Ni siquiera tiene que ahogar la competencia de fuera para ello.

Esta situación ha inspirado varios gestos de buena voluntad por parte de Hollywood, con coproducciones (La gran muralla con Matt Damon, de 2016), películas exclusivamente diseñadas para el mercado chino (el remake de Mulan que Disney estrenó en plena pandemia) o fichajes de estrellas chinas (Wu Jing en Megalodón 2: La fosa). Es una de las caras visibles de lo bien que ha funcionado la Iniciativa Franja y Ruta que ideó Jinping en 2013 como punta de lanza de su mandato: una estrategia de aperturismo y aceptación del libre comercio internacional mientras, de puertas para adentro, cualquier actividad económica es estrictamente supervisada por el Partido Comunista.

La tutela del Estado es central asimismo en la producción cinematográfica y es la que inevitablemente determina qué películas tienen mejor fortuna en taquilla, sin que esto implique una homogeneización en las producciones. No todo son títulos de exaltado patriotismo estilo La batalla del lago Changjin —hasta la llegada de Ne Zha 2, la película china más taquillera de todos los tiempos—, sino que en la cartelera pueden brillar espectáculos de ciencia ficción alocada como La Tierra errante, comedias de claro ímpetu feminista —la directora Ling Jia ha liderado un par de veces la taquilla con Hi, Mom o Yolo— y, por supuesto, filmes de animación.

La relevancia del triunfo de Ne Zha 2 también se cifra como consolidación de la animación china. Monkey King: Hero is Back ya atrajo los focos en 2015 por ser la película de animación más taquillera que jamás hubiera producido China, empleando el 3D para modular un frenético, si bien algo desaliñado, espectáculo de acción. La trayectoria de su director, Tian Xiaopeng, ejemplifica el notable cambio que ha experimentado el medio: ocho años después estrenó un segundo film, The Deep Sea, luciendo un aparato visual exuberante, sin nada que envidiarle a Disney o Pixar. The Deep Sea había sido, además, la película animada que más presupuesto había requerido en China.

'The Deep Sea' es una de las películas más impresionantes de la animación china reciente

Hasta Ne Zha 2, claro. El aparato estatal ha ido confiando cada vez más en la animación, impulsando franquicias multimedia para toda la familia —los Boonie Bears— al tiempo que, como en el caso de la acción real, construía alianzas estratégicas con el exterior. Así coprodujo con España en 2024 Dragonkeeper, e incluso llegó a aspirar al Oscar con Más allá de la luna, que desarrolló Netflix en 2020. La animación ha seguido un camino paralelo al mainstream chino, en conclusión, aunque ciñéndonos a ella tampoco alcanzaríamos a divisar todas las particularidades de Ne Zha 2. Porque, para empezar, ¿a qué viene ese 2 del título? O, más importante, ¿qué es un Ne Zha?

La mitología como impulso geopolítico

La secuela del éxito de Ne Zha, de 2019, está encabezada por un joven guerrero de poder incalculable: un semidiós criado por una familia mortal en la línea de iconos occidentales como Hércules o Superman. Las aventuras de Ne Zha están marcadas por su amistad con el príncipe dragón Ao Bing —ambos tratan de evitar una guerra a gran escala entre la humanidad y los dragones— y por virtuosos combates de artes marciales. Parte del atractivo local de Ne Zha reside en que no es más que el wuxia de toda la vida (ese que se ocupa de gestas heroicas y fantasiosas en la antigua China) usando la animación para llegar a unas cotas de espectáculo nunca vistas.

A la animación china se la conoce comúnmente como donghua y, como en el caso de Japón con el anime y el manga, puede parapetarse en historietas y cómics (manhua) para idear sus argumentos. El donghua, no obstante, siempre ha lidiado con una profunda contradicción en su avance: la absorción atolondrada de fórmulas extranjeras frente a la insistencia en alumbrar un estilo puramente chino, que represente los valores nacionales. Ne Zha 2 participa de esa contradicción pues, a la vez que adapta una archiconocida leyenda china, recurre a un humor y a una visualización del movimiento que recuerdan indistintamente a la acción de Los increíbles o a Kung Fu Panda (saga que, por otra parte, ha contado con capital chino en su gestación).

Al margen de la necesidad del director y guionista Jiaozi porque Ne Zha 2 tenga alivios cómicos y reminiscencias occidentales, las raíces del film en la cultura china son indiscutibles y entroncan con una de las dos grandes novelas clásicas que el audiovisual patrio ha querido adaptar una y otra vez. Estas dos novelas son La investidura de los dioses por un lado —donde aparece Ne Zha— y por otro la mucho más conocida en Occidente —gracias quizá a lo mucho que Dragon Ball bebe de ella— Viaje al Oeste, protagonizada por el Rey Mono (Sun Wukong). Solo partiendo de ambas obras se puede entender cómo se ha constituido la animación más puntera de China a lo largo de un siglo.

El primer largometraje de animación chino, La princesa del abanico de hierro, adaptaba justamente un capítulo de Viaje al Oeste. En 1941, en plena II Guerra Mundial, los pioneros hermanos Wan desarrollaron este proyecto tras quedar fascinados con Blancanieves, y desde entonces su Shanghai Animation Film Studio haría avanzar el medio según los preceptos patrióticos del gobierno. Este prematuro encaje en el nacionalismo y la regulación estatal explica la obsesión por la mitología que ha marcado la animación del país, y que conduce a un gran clásico como Alboroto en el cielo.

El Rey Mono llegó a luchar contra Ne Zha en 'Alboroto en el cielo'

Alboroto en el cielo era otra película de los hermanos Wan que adaptaba Viaje al Oeste décadas más tarde, en 1961. Suponiendo la sofisticación total y colorista del donghua en 2D, tuvo la mala suerte de estrenarse poco antes de la Revolución Cultural, así que fue prohibida por “ignorar la lucha de clases” y no ajustarse al espíritu revolucionario de Mao Zedong. La restauración tardía de Alboroto en el cielo en 2011 supone, en ese sentido, un símbolo inmejorable del repliegue de la animación china a la imaginería nacionalista. Casi tanto como el hecho de que la citada Monkey King: Hero is Back (hagamos hincapié en el “is back”) adapte igualmente el dichoso Viaje al Oeste.

Ne Zha 2 sale de aquí. Dejando de lado algunas apariciones en el cine de acción real, la animación china ha mostrado una recurrente afinidad por este guerrero, de forma que una de las expresiones más elocuentes del fin de la Revolución Cultural a mediados de los 70 fuera el exitoso estreno de Ne Zha Conquers the Dragon King. En cuanto a diseños y fórmulas para adaptar La investidura de los dioses, este film de 1979 es una influencia básica para las nuevas aventuras de Ne Zha.

También lo es en menor medida la serie de dibujos animados The Legend of Ne Zha, aunque solo sea por lo sintomático de que, tiempo después de su emisión, llegara a empezar a prepararse un crossover con… Transformers. Porque ahí está la clave: recurrir a héroes omnipresentes del imaginario popular para embarcarlos en espectáculos industriales de filiaciones contemporáneas. De forma paralela al Rey Mono —que ya dio bastante que hablar el año pasado dentro de los videojuegos gracias a Black Myth: Wukong—, Ne Zha ha resultado ser un personaje idóneo: tanto como para haber protagonizado otras dos películas de animación al margen de la Ne Zha de 2019 y la secuela que nos ocupa. Y tanto como para… ¿auspiciar su propio Universo de Marvel?

'Ne Zha 2' es un espectáculo visualmente asombroso

Hay quien ya habla de Fenghsen Cinematic Universe por Fengshen Yanyi, título original de La investidura de los dioses. Las dos Ne Zha han adaptado libremente esta historia al igual que ha hecho Jiang Ziya, un spin-off de 2020 cuya escena postcréditos —sí, estas películas también están llenas de escenas postcréditos— reunía al protagonista con los personajes de Ne Zha. Este parentesco con Marvel respalda la lectura de que China está remodelando su propia mitología —y encendiendo el entusiasmo nacionalista de los ciudadanos— mediante fórmulas legadas por la globalización. Está generando ídolos para las masas. Ídolos reciclados y renovados para ajustarse al gusto popular.

No es una estrategia muy distinta a, por ejemplo, lo visto recientemente en la India de Narendra Modi. RRR, estrenada en 2022, comparte con Ne Zha 2 su espectáculo desvergonzado, su obsesión con las gestas del pasado para propulsar el presente y, curiosamente, una amistad masculina como centro argumental de connotaciones forzosamente románticas y consecuentes tensiones con la homofobia de los regímenes respectivos. La diferencia es que China está empleando la animación en esta campaña sin que eso disminuya la escala del proyecto —Ne Zha 2 dura dos horas y media— y, más importante aún, que no depende de nadie más que de su población para que funcione.

Así que no solo hablamos de un desafío a Hollywood en términos económicos y estéticos, sino de toda una autarquía cultural. Remite, irónicamente, a lo que el propio Donald Trump está intentando hacer ahora, pero para ello no le queda otra que dañar a su propia industria y apartarse de cómo se han hecho históricamente las cosas en su país. De cara a ser la cultura hegemónica durante el siglo XX Hollywood tuvo que expandirse, necesitaba que el resto del mundo le mirara. China no lo necesita, y por eso ahora mismo hay tantísimos rostros triunfales saliendo de ver Ne Zha 2.

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