Recetas fáciles y refrescantes de cremas y sopas frías para el verano. Variedad de opciones ligeras, sabrosas y listas en pocos minutos.
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Jun 23, 2025 - 19:00
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¿A quién le apetece encender el fuego con 35 grados fuera? En verano lo que buscamos son platos que refresquen, que se preparen rápido y que no nos tengan atrapados en la cocina. Por eso las cremas y sopas frías son un acierto seguro: se hacen en un momento, se pueden dejar listas con antelación y apetecen a cualquier hora.
Más allá del clásico gazpacho, hay mil combinaciones posibles de sopas frías con frutas, verduras y hasta toques dulces que sorprenden. En este recopilatorio te traigo varias ideas para que tengas opciones frescas, fáciles y sabrosas, sin complicarte la vida ni pasar calor.
La vichyssoise es de esas sopas que suenan muy de restaurante fino, pero en realidad se hace con cuatro cosas que todos tenemos por casa. Puerros, patata, un poco de nata y listo. Se sirve bien fría, que es justo lo que nos apetece cuando hace calor y no queremos complicarnos.
Ideal para tener en la nevera y tirar de ella en cualquier momento. Te explicamos cómo hacerla paso a paso:
Esta crema fría de pepino y yogur es de esas recetas que refrescan de verdad. Ligerita, con un toque ácido del yogur y ese frescor del pepino que no falla cuando el calor aprieta. Además, se hace en cinco minutos y sin ensuciar casi nada.
Nos viene genial tanto para una comida rápida como para un entrante más aparente si tenemos invitados. Y si la servimos bien fría, con un chorrito de aceite de oliva por encima, queda de lujo sin necesidad de complicarse nada.
El aguacate también tiene su sitio entre las sopas frías, y vaya si lo tiene. Esta crema de aguacate fría es untuosa, fresquita y se prepara en un momento con ingredientes muy básicos. Perfecta para cuando queremos algo que llene un poco más sin dejar de ser ligero.
Podemos jugar con el toque cítrico del limón o la lima, y añadir un poco de cebolla, pepino o yogur si queremos darle más cuerpo. Va genial como primer plato, pero también como vasito individual para picoteos más informales.
El ajoblanco es uno de esos clásicos andaluces que no fallan cuando buscamos algo bien fresco y diferente al gazpacho de siempre. Con almendras, ajo, pan y un buen aceite de oliva, se consigue una crema suave y con mucho sabor, ideal para los días de calor.
Lo mejor es que es muy fácil de preparar y que admite mil variaciones: hay quien lo aligera con un poco de leche, quien lo deja más denso, quien le pone uvas o trocitos de melón… Al gusto. Lo importante es servirlo bien frío y con buen pan para acompañar.
La sopa de melón con jamón es uno de esos platos que sorprenden, sobre todo si no lo has probado nunca. El contraste entre el dulzor del melón y el toque salado del jamón funciona de maravilla, y encima se prepara en nada.
Es una opción fresca, ligera y diferente que queda genial como entrante en cualquier comida de verano. Solo hace falta un buen melón, algo de jamón crujiente por encima y una batidora. Más fácil, imposible.
La okroshka es una sopa fría típica de Rusia que, si no la has probado, merece la pena descubrir. Lleva verduras picadas, huevo, patata y algo de carne o embutido, todo mezclado con kéfir o incluso con agua con gas, según la versión. Puede sonar rara, pero es más ligera y refrescante de lo que parece.
Es muy parecida a la crema de pepino y yogur, pero con un toque de ajo, nueces trituradas y eneldo. Se aligera con agua y se sirve casi como si fuera una bebida espesa. Muy refrescante.
Ingredientes: Yogur natural (500 g); agua fría (250 ml); pepino grande (1); diente de ajo (1); nueces trituradas (2 cucharadas, opcional); aceite de oliva virgen extra (2 cucharadas); vinagre o zumo de limón (1 cucharada); eneldo picado (1 cucharada); sal al gusto
Preparación: Pelamos y rallamos el pepino, machacamos el ajo y lo mezclamos todo con el yogur, el agua, el vinagre, el eneldo y el aceite. Añadimos sal, enfriamos bien y servimos frío.
Chlodnik, sopa fría polaca de remolacha
El chłodnik es una sopa fría polaca que entra por los ojos y por el estómago: su color rosa y su sabor fresco a base de remolacha, pepino y yogur la convierten en una opción perfecta para los días más calurosos.
Ingredientes: Remolacha cocida (300 g); kéfir o yogur natural (300 ml); agua fría (100 ml); pepino mediano (1); huevo cocido (1); eneldo fresco picado (2 cucharadas); zumo de limón (1 cucharadita); sal y pimienta al gusto
Preparación: Rallamos la remolacha y picamos el pepino. Mezclamos todo con el yogur, el agua, el zumo de limón y el eneldo. Salpimentamos, enfriamos bien y servimos con el huevo cocido por encima
Pocas cosas apetecen más en pleno verano que un buen gazpacho andaluz, el de toda la vida. Con tomate maduro, pepino, pimiento, ajo, pan, vinagre y aceite, es la receta que nos salva del calor y que siempre está mejor de un día para otro. No necesita presentación, pero sí una batidora a mano y muchas ganas de algo bien fresco.
El gazpacho de fresas es una de esas combinaciones que parecen raras hasta que la pruebas. El dulzor de la fresa, mezclado con tomate, vinagre y aceite, da como resultado una crema fría con un sabor muy equilibrado y un color precioso. Es refrescante, original y perfecta para salir un poco de lo de siempre sin complicarse.
El gazpacho de aguacate es una versión más cremosa y saciante, ideal para cuando queremos algo fresco pero con un poco más de cuerpo. El aguacate le da una textura suave sin necesidad de añadir pan, y si lo combinamos con pepino, lima y un chorrito de aceite, queda una sopa fría muy fácil y con un sabor que engancha.
El gazpacho de cerezas tiene ese punto especial que lo hace perfecto para sorprender. Conserva la base del gazpacho tradicional, pero al añadir cerezas conseguimos un color más oscuro, un sabor afrutado y un toque ácido muy equilibrado. Funciona genial como primer plato en comidas de verano algo más especiales, sin complicarse nada en la cocina.
El gazpacho de melón es una opción suave, con un punto dulce que combina de maravilla con un buen chorro de aceite de oliva y, si queremos, un poco de jamón por encima. Es fácil, rápido y perfecto para quienes prefieren sabores más delicados sin renunciar a lo refrescante. Ideal para servir como entrante o incluso como aperitivo en vasitos pequeños.
Si todavía no has probado el gazpacho de sandía, este es el momento. Es una mezcla entre dulce y salado que sorprende más de lo que parece. Se hace igual que el gazpacho clásico, pero parte del tomate se sustituye por sandía bien madura, lo que lo convierte en una opción más ligera y con un punto afrutado que sienta genial cuando hace calor
Cuando el pepino está bien fresco, no hace falta mucho más. Este gazpacho se basa en eso: aprovechar su sabor limpio y su textura ligera para hacer una crema fría suave, hidratante y muy fácil. No lleva tomate, así que es ideal para quienes buscan algo menos ácido o simplemente quieren variar un poco.
El gazpacho de remolacha es una vuelta de tuerca al clásico andaluz, con ese color tan llamativo y un sabor un poco más dulce pero igual de refrescante. Se prepara igual de fácil, solo que cambiamos parte del tomate por remolacha cocida, lo que le da un toque distinto sin complicar nada.
Aunque no es estrictamente un gazpacho su sabor e ingredientes son muy similares, aunque en este caso el salmorejo queda más espeso al añadir pan. Aquí te explicamos con detalle cómo hacer el tradicional salmorejo cordobés:
Como ves, no hace falta complicarse mucho para comer bien en verano. Estas cremas y sopas frías se preparan en un momento, refrescan de verdad y nos sacan del típico “no sé qué hacer” cuando hace calor. Tener alguna lista en la nevera es garantía de comodidad, y con tanta variedad, es imposible aburrirse.
