Cómo y cuándo abonar los setos del jardín para que crezcan sanos y bonitos todo el año
Los setos tienen esa capacidad de fingir que están bien hasta que dejan de estarlo. Verdes, densos y obedientes hasta que un día empiezan a clarear, a amarillear o a crecer desiguales. En muchos casos, una nutrición insuficiente o está mal gestionada. Porque el abono no es solo cosa del césped o las flores del balcón. Uno de los errores más frecuentes en jardinería doméstica es dar por sentado que los setos se alimentan solos. Nada más lejos de la realidad. Estas plantas, que suelen cumplir funciones de pantalla natural, estructura o protección, necesitan una cantidad importante de nutrientes para mantener su forma y color, especialmente si se podan con frecuencia. Abonar no es únicamente tirar un puñado de fertilizante sobre la tierra y esperar milagros. Es un proceso que implica temporización, elección del producto adecuado y coherencia con las condiciones climáticas y del suelo. Ignorar alguno de estos factores puede resultar no solo ineficaz, sino contraproducente para la salud vegetal. En Directo al Paladar Las plantas que deberías evitar en tu jardín si no quieres atraer garrapatas Primavera y verano El momento ideal para abonar los setos es justo antes de su fase de mayor crecimiento, es decir, a comienzos de la primavera. Es entonces cuando las raíces están activas, la fotosíntesis se intensifica y la planta necesita un impulso energético. Un segundo aporte, más ligero, puede aplicarse a mediados del verano si el clima y el tipo de planta lo requieren. En cuanto al producto, lo más recomendable es optar por fertilizantes orgánicos o de liberación lenta, que proporcionan nutrientes de forma progresiva y reducen el riesgo de quemaduras en las raíces. También ayudan a mejorar la estructura del suelo, algo fundamental si el terreno es arcilloso, arenoso o pobre en materia orgánica. Los nutrientes clave en este caso son el nitrógeno (N), que favorece el crecimiento de hojas y tallos; el fósforo (P), necesario para el desarrollo radicular; y el potasio (K), que refuerza la resistencia frente a enfermedades y condiciones extremas. Un buen fertilizante para setos debería contener una proporción equilibrada de estos tres elementos. No abonar también tiene consecuencias visibles: crecimiento lento, hojas apagadas, ramas secas y una forma desigual que ni la mejor poda consigue corregir. En zonas urbanas o de suelos pobres, la carencia de nutrientes es aún más acusada, porque el suelo no se regenera de forma natural como en un entorno silvestre. Mantener unos setos sanos y estéticamente agradables exige más que tijeras y riego. El abono, bien gestionado, actúa como una base invisible de vigor y color. No se ve, pero se nota. Y como en todo lo que tiene raíces, lo que importa de verdad suele estar debajo de la superficie. Foto| Haberdoedas Photography y Candid Flaneur En DAP| Las suculentas parecen indestructibles, pero estos errores evitables pueden matarlas en cuestión de días En DAP| Si vas a plantar tomates, apunta este simple truco: los hace más fu - La noticia Cómo y cuándo abonar los setos del jardín para que crezcan sanos y bonitos todo el año fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

Los setos tienen esa capacidad de fingir que están bien hasta que dejan de estarlo. Verdes, densos y obedientes hasta que un día empiezan a clarear, a amarillear o a crecer desiguales. En muchos casos, una nutrición insuficiente o está mal gestionada. Porque el abono no es solo cosa del césped o las flores del balcón.
Uno de los errores más frecuentes en jardinería doméstica es dar por sentado que los setos se alimentan solos. Nada más lejos de la realidad. Estas plantas, que suelen cumplir funciones de pantalla natural, estructura o protección, necesitan una cantidad importante de nutrientes para mantener su forma y color, especialmente si se podan con frecuencia.
Abonar no es únicamente tirar un puñado de fertilizante sobre la tierra y esperar milagros. Es un proceso que implica temporización, elección del producto adecuado y coherencia con las condiciones climáticas y del suelo. Ignorar alguno de estos factores puede resultar no solo ineficaz, sino contraproducente para la salud vegetal.
Primavera y verano
El momento ideal para abonar los setos es justo antes de su fase de mayor crecimiento, es decir, a comienzos de la primavera. Es entonces cuando las raíces están activas, la fotosíntesis se intensifica y la planta necesita un impulso energético. Un segundo aporte, más ligero, puede aplicarse a mediados del verano si el clima y el tipo de planta lo requieren.
En cuanto al producto, lo más recomendable es optar por fertilizantes orgánicos o de liberación lenta, que proporcionan nutrientes de forma progresiva y reducen el riesgo de quemaduras en las raíces. También ayudan a mejorar la estructura del suelo, algo fundamental si el terreno es arcilloso, arenoso o pobre en materia orgánica.

Los nutrientes clave en este caso son el nitrógeno (N), que favorece el crecimiento de hojas y tallos; el fósforo (P), necesario para el desarrollo radicular; y el potasio (K), que refuerza la resistencia frente a enfermedades y condiciones extremas. Un buen fertilizante para setos debería contener una proporción equilibrada de estos tres elementos.
No abonar también tiene consecuencias visibles: crecimiento lento, hojas apagadas, ramas secas y una forma desigual que ni la mejor poda consigue corregir. En zonas urbanas o de suelos pobres, la carencia de nutrientes es aún más acusada, porque el suelo no se regenera de forma natural como en un entorno silvestre.
Mantener unos setos sanos y estéticamente agradables exige más que tijeras y riego. El abono, bien gestionado, actúa como una base invisible de vigor y color. No se ve, pero se nota. Y como en todo lo que tiene raíces, lo que importa de verdad suele estar debajo de la superficie.
Foto| Haberdoedas Photography y Candid Flaneur
En DAP| Si vas a plantar tomates, apunta este simple truco: los hace más fu
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Cómo y cuándo abonar los setos del jardín para que crezcan sanos y bonitos todo el año
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Joana Costa
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