Lo que no deberías tocar nunca si te alojas en un hotel, según una experta en limpieza
El hotel perfecto debería ser un oasis de confort, descanso y buena higiene. Pero tras esa cama bien hecha y ese baño reluciente, se esconden rincones y objetos que no siempre reciben la atención que merecen por parte del personal de limpieza. Una especialista en higiene doméstica, Jill Koch, ha puesto el foco en esos elementos sospechosos que, aunque pasen desapercibidos, podrían estar acumulando bacterias desde hace varias estancias. El criterio es sencillo: si no se puede asegurar que se limpia con regularidad, es mejor no usarlo. Desde cojines decorativos hasta los vasos de cortesía, la experta advierte que hay objetos con más historia de la que uno quisiera. No se trata de ser paranoico, pero sí de saber dónde no posar la cara, la boca o el cava. Así lo ha explicado a la revista Best Life. En Directo al Paladar La cocina de Melody: verde, mate y sin arcos, así es la decoración de la artista más polémica de la temporada Los cojines de adorno, esos que decoran butacas y sofás con entusiasmo, son uno de los primeros sospechosos. Según la experta, rara vez van a la lavadora, lo que los convierte en una esponja bacteriana con el historial de decenas de huéspedes anteriores. La cubitera de hielo (cuando la hay), tan glamurosa como inquietante, plantea dudas similares. A no ser que venga con una funda de plástico desechable, su uso entraña cierto riesgo, sobre todo si no hay garantía de que haya sido correctamente higienizado entre estancia y estancia. Los vasos de cristal tampoco salen bien parados. Aunque luzcan relucientes, muchas veces no pasan por el lavavajillas. Restos de huellas, marcas o incluso olor a pasta dental son señales de que quizá solo se han enjuagado por encima, sin una desinfección real. Los dispensadores de jabón y champú, pensados para reducir residuos, pueden ser un punto débil si no se limpian a fondo. La recomendación es clara: traer los propios productos de casa para evitar contacto con posibles contaminantes ocultos en sus boquillas. Máquinas de café y batas también están en la lista negra. La primera por su dificultad de limpieza; la segunda, porque a veces simplemente se vuelve a doblar para el siguiente. La lógica es sencilla: si no puedes confirmar que se lavó, mejor ni tocarlo. Foto | Pixabay En DAP | Ácaros en la cama: cómo saber si los tienes y eliminarlos para siempre de tu colchón En DAP | Cómo lavar la ropa y los accesorios de tus mascotas (y por qué deberías hacerlo más a menudo) - La noticia Lo que no deberías tocar nunca si te alojas en un hotel, según una experta en limpieza fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

El hotel perfecto debería ser un oasis de confort, descanso y buena higiene. Pero tras esa cama bien hecha y ese baño reluciente, se esconden rincones y objetos que no siempre reciben la atención que merecen por parte del personal de limpieza.
Una especialista en higiene doméstica, Jill Koch, ha puesto el foco en esos elementos sospechosos que, aunque pasen desapercibidos, podrían estar acumulando bacterias desde hace varias estancias. El criterio es sencillo: si no se puede asegurar que se limpia con regularidad, es mejor no usarlo.
Desde cojines decorativos hasta los vasos de cortesía, la experta advierte que hay objetos con más historia de la que uno quisiera. No se trata de ser paranoico, pero sí de saber dónde no posar la cara, la boca o el cava. Así lo ha explicado a la revista Best Life.
Los cojines de adorno, esos que decoran butacas y sofás con entusiasmo, son uno de los primeros sospechosos. Según la experta, rara vez van a la lavadora, lo que los convierte en una esponja bacteriana con el historial de decenas de huéspedes anteriores.
La cubitera de hielo (cuando la hay), tan glamurosa como inquietante, plantea dudas similares. A no ser que venga con una funda de plástico desechable, su uso entraña cierto riesgo, sobre todo si no hay garantía de que haya sido correctamente higienizado entre estancia y estancia.
Los vasos de cristal tampoco salen bien parados. Aunque luzcan relucientes, muchas veces no pasan por el lavavajillas. Restos de huellas, marcas o incluso olor a pasta dental son señales de que quizá solo se han enjuagado por encima, sin una desinfección real.
Los dispensadores de jabón y champú, pensados para reducir residuos, pueden ser un punto débil si no se limpian a fondo. La recomendación es clara: traer los propios productos de casa para evitar contacto con posibles contaminantes ocultos en sus boquillas.
Máquinas de café y batas también están en la lista negra. La primera por su dificultad de limpieza; la segunda, porque a veces simplemente se vuelve a doblar para el siguiente. La lógica es sencilla: si no puedes confirmar que se lavó, mejor ni tocarlo.
Foto | Pixabay
En DAP | Ácaros en la cama: cómo saber si los tienes y eliminarlos para siempre de tu colchón
En DAP | Cómo lavar la ropa y los accesorios de tus mascotas (y por qué deberías hacerlo más a menudo)
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Joana Costa
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