Un Triángulo Tóxico que puede mutar a Cuadrilátero, o a Pentágono, o a…
Al apelativo con que se ha bautizado a Ábalos, Cerdán y Koldo quizás haya que añadirle pronto lo de ‘Mortal’. Tiene pinta de que va a dejar muchos cadáveres políticosLa ambigüedad de los mares José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. Un “triángulo tóxico”, según el Gobierno. Lo dijo este martes la portavoz. La portavoz del Gobierno, no la portavoz del PSOE, pese a que hasta hace nada insistía Pedro Sánchez en que el escándalo solamente afecta al partido. Triángulo Tóxico, así, con las t iniciales en mayúscula, pues se trata de un nombre propio con tres nombres de personas concretas detrás. Está bien eso de ponerle un nombre a un problema, para señalarlo y para tratar de acotarlo. Pero no sé si es muy adecuado lo de Triángulo Tóxico. Lo de llamarle triángulo a algo peligroso ya se les ocurrió en los años cincuenta del siglo pasado a varios escritores que comenzaron a denominar Triángulo de las Bermudas a un millón largo de kilómetros cuadrados del Atlántico Norte, de forma triangular, en los que se produjeron muchísimos incidentes de barcos y de aviones. Lo bautizaron así en la revista Argosy, una de las más conocidas de la llamada prensa pulp estadounidense, publicaciones baratas y de baja calidad tanto en el continente —el papel— como en el contenido, y lograron que el apelativo saltara también a la prensa seria. Volvamos a la Península, que nos estábamos yendo allende los mares. Según la acepción 3 del Diccionario académico, tóxico es el “que tiene una influencia nociva o perniciosa sobre alguien”. ¿Sobre cuántos o sobre cuantísimos alguienes han ejercido en estos diez años largos de presuntas mordidas una influencia nociva o peligrosa los tres del Triángulo, y especialmente Koldo García, ese agente doble o triple, ese medio centro que parece que lo mismo repartía juego por la banda izquierda que por la derecha y que se grababa hasta cuando hablaba en sueños? ¿Cuántos de estos intoxicados aparecerán algún día en la investigación policial y judicial, y en qué nivel del organigrama del PSOE o de otros partidos y/o del Gobierno actual o de gobiernos anteriores o de gobiernos autonómicos? En el Diccionario, triángulo es un “polígono de tres ángulos y tres lados”. No sabemos aún si este concreto, el Triángulo Tóxico, es un triángulo rectángulo, un triángulo isósceles o un triángulo escaleno. Pero sobre todo ignoramos si va a mutar, a crecer, a multiplicarse. ¿Acabaremos llamándole Cuadrilátero Tóxico, o Pentágono Tóxico, o Hexágono Tóxico, etc. ¿Y si en vez de un polígono es un poliedro, con muchas caras y no solo la que ahora vemos? Al Triángulo de las Bermudas acabaron llamándolo Triángulo del Diablo, Cementerio del Atlántico y Triángulo Mortal de las Bermudas. Mute o no mute a polígono de más ángulos o más lados, o a poliedro de muchas caras, al apelativo con que se ha bautizado a Ábalos, Cerdán y Koldo quizás haya que añadirle pronto lo de Mortal. Tiene pinta de que va a dejar muchos cadáveres políticos.
Al apelativo con que se ha bautizado a Ábalos, Cerdán y Koldo quizás haya que añadirle pronto lo de ‘Mortal’. Tiene pinta de que va a dejar muchos cadáveres políticos
La ambigüedad de los mares
José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. Un “triángulo tóxico”, según el Gobierno. Lo dijo este martes la portavoz. La portavoz del Gobierno, no la portavoz del PSOE, pese a que hasta hace nada insistía Pedro Sánchez en que el escándalo solamente afecta al partido. Triángulo Tóxico, así, con las t iniciales en mayúscula, pues se trata de un nombre propio con tres nombres de personas concretas detrás.
Está bien eso de ponerle un nombre a un problema, para señalarlo y para tratar de acotarlo. Pero no sé si es muy adecuado lo de Triángulo Tóxico.
Lo de llamarle triángulo a algo peligroso ya se les ocurrió en los años cincuenta del siglo pasado a varios escritores que comenzaron a denominar Triángulo de las Bermudas a un millón largo de kilómetros cuadrados del Atlántico Norte, de forma triangular, en los que se produjeron muchísimos incidentes de barcos y de aviones. Lo bautizaron así en la revista Argosy, una de las más conocidas de la llamada prensa pulp estadounidense, publicaciones baratas y de baja calidad tanto en el continente —el papel— como en el contenido, y lograron que el apelativo saltara también a la prensa seria.
Volvamos a la Península, que nos estábamos yendo allende los mares.
Según la acepción 3 del Diccionario académico, tóxico es el “que tiene una influencia nociva o perniciosa sobre alguien”. ¿Sobre cuántos o sobre cuantísimos alguienes han ejercido en estos diez años largos de presuntas mordidas una influencia nociva o peligrosa los tres del Triángulo, y especialmente Koldo García, ese agente doble o triple, ese medio centro que parece que lo mismo repartía juego por la banda izquierda que por la derecha y que se grababa hasta cuando hablaba en sueños? ¿Cuántos de estos intoxicados aparecerán algún día en la investigación policial y judicial, y en qué nivel del organigrama del PSOE o de otros partidos y/o del Gobierno actual o de gobiernos anteriores o de gobiernos autonómicos?
En el Diccionario, triángulo es un “polígono de tres ángulos y tres lados”. No sabemos aún si este concreto, el Triángulo Tóxico, es un triángulo rectángulo, un triángulo isósceles o un triángulo escaleno. Pero sobre todo ignoramos si va a mutar, a crecer, a multiplicarse. ¿Acabaremos llamándole Cuadrilátero Tóxico, o Pentágono Tóxico, o Hexágono Tóxico, etc. ¿Y si en vez de un polígono es un poliedro, con muchas caras y no solo la que ahora vemos?
Al Triángulo de las Bermudas acabaron llamándolo Triángulo del Diablo, Cementerio del Atlántico y Triángulo Mortal de las Bermudas. Mute o no mute a polígono de más ángulos o más lados, o a poliedro de muchas caras, al apelativo con que se ha bautizado a Ábalos, Cerdán y Koldo quizás haya que añadirle pronto lo de Mortal. Tiene pinta de que va a dejar muchos cadáveres políticos.
