Agricultura regenerativa para un futuro saludable y sostenible

Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la agricultura recibe el 72% de las extracciones de agua de todo el mundo, fundamentalmente con fines de riego. A ello se une que casi dos tercios de las emisiones de gases efecto invernadero proceden de esta práctica. A su vez, la agricultura es crucial para garantizar la seguridad alimentaria mundial y económica de miles de comunidades. La ecuación no es, pues, sencilla. 

Por ello es fundamental el compromiso de las grandes empresas, como Nestlé, que lleva años apostando por la agricultura regenerativa en nuestro país de la mano de agricultores locales y con el apoyo de la Fundación Global Nature (FGN), una entidad dedicada a la protección de la naturaleza.

Nestlé ha invertido hasta la fecha millón y medio de euros para impulsar «esta manera diferente de trabajar la tierra, permitiendo que la naturaleza haga su papel», en palabras de Alberto Vega, director de Comunicación Corporativa y Relaciones Institucionales de la compañía en España. «Se trata de procurar un impacto positivo en el ecosistema local, obteniendo productos de calidad alineados con la sostenibilidad», añade Juan Borrell, director de Nutrición Infantil de Nestlé España.

Todo el cereal empleado en la elaboración de papillas infantiles en la fábrica cántabra de Nestlé y comercializadas en España provendrá de la agricultura regenerativa

Desde 2021, Nestlé y Fundación Global Nature estimulan una serie de prácticas en las explotaciones agrarias que fomentan la calidad y la salud del suelo. «El suelo es la base, sin una buena calidad del mismo no podríamos hablar de agricultura sostenible», apunta Agustín Fuentes, ingeniero agrónomo de Nestlé y coordinador técnico del proyecto de agricultura regenerativa para España y Portugal.

Además de reparar y renovar el suelo, estas prácticas disminuyen la huella de carbono y fomentan la biodiversidad. Un dato: desde que comenzó el proyecto, la compañía ha reducido, de media, un 40% las toneladas de CO2 emitidas

Garantizando la salud de las próximas generaciones

Según Maite Llorens, especialista en protección integrada de cultivos y agricultura ecológica en la Fundación Global Nature, «no hay una definición canónica para delimitar el concepto de agricultura regenerativa, más allá del respeto a la propia naturaleza, pero sí podemos entenderla desde sus prácticas». En esos usos sostenibles destaca la siembra directa, en la que el agricultor coloca la semilla en la tierra sin haberla arado previamente, lo que sirve para aumentar la materia orgánica en el suelo. Esta técnica mejora la calidad y resistencia del suelo frente a fenómenos climáticos adversos, tal y como explica Antonio Torres, uno de los 26 agricultores (23 de Castilla y León y 3 de Navarra) que colabora con Nestlé en este proyecto.

Asimismo, se emplea la agricultura de precisión, que utiliza tecnologías avanzadas que permiten tomar las mejores decisiones durante el proceso de producción, como la cantidad de abono que precisa un determinado terreno o el nivel de nitrógeno que requiere, minimizando así el impacto ambiental. A esto se une el empleo de las estaciones meteorológicas, que ayudan a combatir plagas o enfermedades en los cultivos. «Nuestros mayores ya tenían todo este conocimiento, pero les faltaban las herramientas de las que disponemos nosotros», asegura Torres.

Llorens: «La agricultura regenerativa representa una parte fundamental de la solución frente a la crisis climática»

En este sentido, «desde Nestlé y Fundación Global Nature hemos escuchado a los agricultores, nadie mejor que ellos conoce el terreno; a partir de analizar sus necesidades, hemos intensificado sus métodos para ser más sostenibles», ahonda Llorens. «Los agricultores practicamos cultivos regenerativos desde hace mucho, esto es importante que se ponga en valor, somos profesionales, mantenemos la vocación, y contribuimos a la sostenibilidad del planeta», insiste Torres. 

Otro de los hábitos de la agricultura regenerativa es la rotación de cultivos. Se integran leguminosas en ciclos de alternancia con el cereal y así se aprovecha la capacidad de las legumbres para fijar nitrógeno atmosférico en el suelo, lo que ayuda a mejorar la calidad de las siguientes cosechas.

Por último, se aplican bioestimulantes, productos naturales (ácidos húmicos y fúlvicos, aminoácidos, extractos de algas y de plantas…) que estimulan el rendimiento de los cultivos.       

Los resultados ya son más que palpables: con la próxima cosecha, que se inicia en las próximas semanas, todo el cereal empleado en la elaboración de papillas infantiles de Nestlé elaboradas en la fábrica cántabra de la compañía y comercializadas en nuestro país provendrá de la agricultura regenerativa. Hablamos de cerca de cinco mil hectáreas que albergan veinte mil toneladas de grano de cereal (trigo, avena y cebada). En dos años, para 2027, la inversión de la compañía en este proyecto ascenderá a tres millones de euros, una iniciativa que representa «un paso fundamental hacia un futuro más responsable», en palabras de Borrell.

Más allá del suelo, Nestlé está reduciendo las emisiones en todo el proceso. Por ello, los campos de cereales de los que se abastece están ubicados a menos de cincuenta kilómetros de distancia del molino donde se obtiene la harina, la harinera de Emilio Esteban, emplazada en Renedo de Esgueva, y que funciona con energías renovables. 

«La agricultura regenerativa representa una parte fundamental de la solución frente a la crisis climática y la pérdida de biodiversidad», concluye Llorens. El apoyo de Nestlé a proyectos que, como este, aúnan sostenibilidad, innovación y tradición, supone sin duda un buen avance para resolver la gran ecuación de la agricultura.

La entrada Agricultura regenerativa para un futuro saludable y sostenible se publicó primero en Ethic.