Esta flor muy resistente crece hasta en la grava y florece todo el verano sin riego
Hay plantas que necesitan atención constante, y luego están las otras. Las que parecen funcionar por pura voluntad, como si la sequía, el sol y el descuido fueran parte de su rutina diaria. Y si alguna flor puede presumir de ese carácter indestructible, esa es sin duda la escaramuza del verano: la Gaura lindheimeri. La gaura no tiene el glamour de las rosas ni el marketing de las suculentas, pero compensa con algo mejor: resistencia sin condiciones. Es de esas especies que florecen aunque se olviden durante días, o semanas. Agradece el sol pleno, odia el exceso de agua y crece incluso en terrenos áridos, grava o suelos pobres. Esta planta perenne ha conquistado Europa por méritos propios y en gran parte debido a su gracilidad. Se adapta a cualquier terreno bien drenado y no necesita riego constante una vez establecida. Ideal para quienes buscan un jardín que se defienda solo, incluso en plena ola de calor. En Directo al Paladar Esta flor es bonita, comestible y llenará de color tu terraza o jardín con muy pocos cuidados Como mariposas Sus flores parecen mariposas blancas o rosadas, que se mueven con la brisa. No son grandes ni ostentosas, pero su cantidad y constancia generan un efecto visual ligero y delicado, como una lluvia de pétalos sobre un fondo seco. Y lo más impresionante: puede florecer desde junio hasta octubre. Aunque pueda parecer frágil por su aspecto etéreo, lo cierto es que la gaura soporta altas temperaturas, viento e incluso algo de salinidad. Es una gran aliada para jardines de bajo mantenimiento y perfecta para quienes no quieren o no pueden regar a diario. Tampoco exige mucho en cuanto a poda: basta con recortar al final del invierno para estimular un nuevo brote compacto y vigoroso. Ni plagas ni enfermedades suelen afectarle con frecuencia, lo que la convierte en una opción segura incluso para jardineros inexpertos. En proyectos de jardinería sostenible o xerojardinería, esta flor es una pieza clave. Encaja con el enfoque de reducir el consumo hídrico, mantener la biodiversidad y disminuir las intervenciones humanas sin sacrificar estética ni color. En definitiva, la Gaura lindheimeri no es una flor de portada, pero sí una campeona silenciosa. Donde otras se marchitan, ella florece. Y lo hace con elegancia, bajo el sol, entre piedras y con la indiferencia de quien sabe que no necesita favores para brillar. Foto | 대정 김 y Suki Lee En DAP | Dónde no debes plantar nunca el romero si quieres que crezca sano y fuerte En DAP | Con unos simples palillos de los oídos: el sistema casero de riego que hace sombra a las macetas inteligentes y a los temporizadores - La noticia Esta flor muy resistente crece hasta en la grava y florece todo el verano sin riego fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

Hay plantas que necesitan atención constante, y luego están las otras. Las que parecen funcionar por pura voluntad, como si la sequía, el sol y el descuido fueran parte de su rutina diaria. Y si alguna flor puede presumir de ese carácter indestructible, esa es sin duda la escaramuza del verano: la Gaura lindheimeri.
La gaura no tiene el glamour de las rosas ni el marketing de las suculentas, pero compensa con algo mejor: resistencia sin condiciones. Es de esas especies que florecen aunque se olviden durante días, o semanas. Agradece el sol pleno, odia el exceso de agua y crece incluso en terrenos áridos, grava o suelos pobres.
Esta planta perenne ha conquistado Europa por méritos propios y en gran parte debido a su gracilidad. Se adapta a cualquier terreno bien drenado y no necesita riego constante una vez establecida. Ideal para quienes buscan un jardín que se defienda solo, incluso en plena ola de calor.
Como mariposas
Sus flores parecen mariposas blancas o rosadas, que se mueven con la brisa. No son grandes ni ostentosas, pero su cantidad y constancia generan un efecto visual ligero y delicado, como una lluvia de pétalos sobre un fondo seco. Y lo más impresionante: puede florecer desde junio hasta octubre.
Aunque pueda parecer frágil por su aspecto etéreo, lo cierto es que la gaura soporta altas temperaturas, viento e incluso algo de salinidad. Es una gran aliada para jardines de bajo mantenimiento y perfecta para quienes no quieren o no pueden regar a diario.

Tampoco exige mucho en cuanto a poda: basta con recortar al final del invierno para estimular un nuevo brote compacto y vigoroso. Ni plagas ni enfermedades suelen afectarle con frecuencia, lo que la convierte en una opción segura incluso para jardineros inexpertos.
En proyectos de jardinería sostenible o xerojardinería, esta flor es una pieza clave. Encaja con el enfoque de reducir el consumo hídrico, mantener la biodiversidad y disminuir las intervenciones humanas sin sacrificar estética ni color.
En definitiva, la Gaura lindheimeri no es una flor de portada, pero sí una campeona silenciosa. Donde otras se marchitan, ella florece. Y lo hace con elegancia, bajo el sol, entre piedras y con la indiferencia de quien sabe que no necesita favores para brillar.
En DAP | Dónde no debes plantar nunca el romero si quieres que crezca sano y fuerte
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Esta flor muy resistente crece hasta en la grava y florece todo el verano sin riego
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Joana Costa
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