Treinta asnos que nunca se rindieron
El último en unirse a esta pléyade de estudiosos ha sido el medievalista e investigador del Centro de Estudios Bizantinos de la Universidad de Granada José Soto Chica (Santa Fe, 1971), quien recientemente ha publicado su novela histórica Pelayo: La novela del héroe que salvó Hispania. El autor ha decidido construir una novela histórica en... Leer más La entrada Treinta asnos que nunca se rindieron aparece primero en Zenda.

Recientemente, en el año 2018, se conmemoró el mil trescientos aniversario de la fundación del Reino Astur, momento en el que los habitantes de Asturia (denominación empleada de la región por el autor) eligen príncipe y caudillo a Pelayo, y al poco tiempo se produce la batalla de Covadonga. Como es lógico, este aniversario provocó un interés general por parte de escritores, historiadores, investigadores y arqueólogos en publicar el resultado de sus estudios, lo que supuso que se publicaran varias novelas históricas y ensayos sobre la figura de don Pelayo.
El autor ha decidido construir una novela histórica en la que combina con maestría el rigor de los hechos constatados con hipótesis basadas en la historiografía, como fundamento del análisis de las diferentes perspectivas, escuelas de pensamiento histórico, fuentes, etc. De este estudio y amalgama ha nacido un relato histórico en el que se reúnen aquellos sucesos de los que se tienen pruebas documentales, junto a una ficción que aporta atractivo al relato y que rellena los vacíos dejados entre los hechos históricos conocidos.
Pelayo: La novela del héroe que salvó Hispania es una obra que describe cómo fue naciendo un personaje histórico que llegó a convertirse, con sus comportamientos, en un ser que ha trascendido la historia para convertirse en un personaje mítico, entendiendo como tal a aquel personaje real cuyas acciones influyeron en el destino de quienes convivieron con él y en las generaciones que le sucedieron.
Reflexiona Soto Chica: “Pocos conocen por entero la gesta de Pelayo. Es una historia violenta, plena de aventura y sembrada de acontecimientos extraños. Una de esas historias que muchos prefieren olvidar y que otros adornan con leyendas o sepultan bajo mentiras, condenas y maledicencias”.
La grandeza de Pelayo parte de lo que sus enemigos dicen de él. No solo podemos encontrar referencias en las crónicas cristianas (Sebastaniense, Rotense o de Alfonso III), escritas muchos años después de los hechos que protagonizó. Las referencias que convierten al mito en personaje de carne y hueso son las escritas por sus enemigos musulmanes. El autor cita, entre otras, las siguientes: Crónica Mozárabe del 754, Al-Himyari, Ibn Hayyam, Ajbar Machmúa. En todas ellas aparece Pelayo y sus “treinta asnos”, forma que tenían los moros de denominar a sus enemigos más despreciables.
Llegados a este punto, me permito recordar —como ya hice en otros comentarios sobre Pelayo y/o la batalla de Covadonga— lo que dice la copia que se encuentra en la Biblioteca Nacional de París del Ajbar Machmúa (crónica árabe anónima que compila crónicas de historiadores musulmanes como Ibn Hayyan, Al-Razi e Ibn al-Qutiyya, entre otros, que narraron la conquista de Hispania) sobre Pelayo:
“El emir conquistó todo el territorio hasta llegar a Narbona y se hizo dueño de Galicia, Asturias, Álava y Pamplona, sin que quedase en Asturias nada por conquistar, si se exceptúa la sierra, en la cual se había refugiado un caudillo llamado Pelayo, a quien los soldados del emir no dejaron de combatir y acosar, hasta el extremo de que muchos de ellos (los cristianos) murieron de hambre; otros acabaron por prestar obediencia y fueron así disminuyendo, hasta quedar reducidos a treinta hombres que no tenían más de diez mujeres, según se cuenta. Allí permanecieron encastillados, alimentándose de miel, pues tenían colmenas de abejas en las hendiduras de las rocas. ¡Dejémoslos, qué problemas van a dar! Solo son treinta asnos”.
José Soto Chica construye una novela en la que combina de manera sobresaliente los hechos históricos documentados con una ficción plausible de lo que pudo haber ocurrido.
A lo largo del libro encontramos una combinación perfecta de descripciones políticas, militares, culturales y sociológicas de ese tiempo, que demuestran el profundo dominio que, como medievalista de reconocido prestigio, tiene el autor sobre la Alta Edad Media. Detalla reflexiones sobre los vaivenes que, en tiempos de conquista y defensa, padecían los habitantes al otro lado de la cordillera Cantábrica, así como los territorios que se hallaban más allá de los montes Pirineos, tierras muy deseadas por el Al-Ándalus en expansión.
En el análisis sociológico que acomete el autor se nos presenta a un Pelayo reflexivo, que quiere lo mejor para su pueblo y que se ve obligado, a pesar de su voluntad, a convertirse en líder. Así logra evitar que se pierdan batallas por parte de quienes no desean luchar. De la misma manera, se describe al princeps electo de unos centenares de rebeldes que, inconscientes e indomables, desafían la autoridad del califa del imperio más grande que los tiempos hayan contemplado. Pelayo lidera un minúsculo ejército de campesinos y pastores que, con unos pocos centenares de guerreros godos, se atreve a oponerse a la maquinaria bélica más aterradora y numerosa de la historia medieval. Siempre pragmático, pone por delante los intereses del pueblo y, después, los ideales.
En el libro están presentes todas las características de esa turbulenta época. Encontramos: venganza, trampas, nigromancia, astrología, ambición, traición, honor, gloria, humanidad y una esperanza continua que nace del momento más desesperado.
Considero necesario remarcar que, a lo largo del libro, Soto Chica desvela, gracias a los trabajos de investigación arqueológica, la figura de Pelayo como un estratega capaz de aprovechar las ventajas de los cordales montañosos y los pasos elevados para construir fortificaciones en lo alto de las montañas, dignas de los mejores ingenieros romanos. Muros, portones y torres que tuvieron un papel decisivo en las victorias astures ante los musulmanes.
A lo largo de la historia vemos renacer una nueva Spania desde las tierras arrasadas y llenas de cenizas que quedaron de la Hispania goda. Con este renacer aparecen nuevos principios morales y una nueva savia, producto de la mezcla entre señores godos, señores astures, campesinos, artesanos y pastores. No se reinstaura el orden gotorum, nace una nueva jerarquía.
El autor, basándose en más de cien fuentes históricas referidas a través de notas a pie de página, nos lleva desde la Asturia del siglo VIII hasta las estribaciones a ambos lados de los montes Pirineos, el Damasco califal y la Roma papal, recorriendo buena parte de la geografía peninsular.
Lo que más me ha llamado la atención y me ha gustado ha sido “la nota histórica y reflexión del autor” con que finaliza la narración. En ella, Soto da cumplida información de las razones que acompañan a los diversos episodios históricos que va narrando, explicando por qué escoge cada uno de los matices históricos que narra, consiguiendo convencerme con los argumentos que esgrime.
Otro de los puntos fuertes del autor es la estructura narrativa que elige, en la que imbrica perfectamente la realidad histórica con una supuesta ficción mítica. Es destacable cómo construye la ficción histórica mítica, apoyándose —como si estuviera construyendo un acueducto— en pilares que son las bases históricas de cada una de las subtramas, mientras que los arcos representan la ficción que completa los huecos existentes. Al analizar el ritmo, los personajes y el estilo se pueden apreciar cómo José Soto Chica continúa creciendo como novelista. De lo que estoy seguro es de que empieza a alcanzar las cotas como novelista que consiguió como investigador, divulgador y ensayista histórico.
Como resumen final, se puede afirmar, como el autor pone en boca de Pelayo, que “para triunfar hay que no rendirse y ser capaces de seguir a un rey, que no quiso serlo, pero que las circunstancias le obligaron a serlo y a crecer como personaje”. De sus hombres hay que decir que los treinta asnos que desde el principio acompañaron a Pelayo, en su mayoría se mantuvieron hasta el final.
Estoy convencido de que la nueva publicación de José Soto Chica no dejará indiferente a quien la lea y ayudará a entender mejor ese difícil y complicado momento en que Hispania tuvo que ser salvada por Pelayo y sus hombres.
Un libro muy recomendable por su rigor, su capacidad de entretener con sus licencias argumentales en la ficción y por facilitar la comprensión de lo que fue el siglo VIII en el nacimiento de una nueva Spania.
—————————————
Autor: José Soto Chica. Título: Pelayo: La novela del héroe que salvó Hispania. Editorial: Espasa. Venta: Todos tus libros.
La entrada Treinta asnos que nunca se rindieron aparece primero en Zenda.