Luis Martín-Santos, el dramaturgo que pudo ser y no fue

Luis Martín-Santos (1924-1964) es historia de la literatura gracias a su novela 'Tiempo de silencio', publicada en 1962, apenas dos años antes de que muriera como consecuencia de las heridas que le causó un accidente de tráfico cerca de Vitoria. Se conocían también sus facetas de ensayista y poeta, pero la publicación del cuarto tomo de sus ' Obras completas ' ( Galaxia Gutenberg ) ha descubierto a un dramaturgo más que interesante, que más de sesenta años después de su muerte ha vivido su primer estreno, y nada menos que en el Teatro Español: ' Viaje hasta el límite '. Esta obra es una de los seis piezas que conforman este volumen; se hallaron hace aproximadamente una década, pero no se decidió estudiarlas y editarlas hasta varios años después. Sus herederos las pusieron en manos de Fernando Doménech , que explica que los seis textos -quizás haya alguno más; Enrique Múgica recordaba haber leído una obra sobre Lope de Aguirre- están «en distinto grado de elaboración: dos de ellas están incompletas, una porque parece que el autor no la terminó; otra, porque le falta la primera página. Todas ellas están escritas a máquina, con correcciones o añadidos de mano de Martín-Santos. Dos están fechadas. Tres carecen de título». 'Irma', una tragedia escrita en enero de 1946, cuando Martín-Santos tenía 21 años, es la primera de las obras incluidas en el volumen, que completan 'Los churros están fríos' (una pieza sin titular, a la que ha puesto nombre el propio Doménech), que se conserva incompleta: solo cuatro páginas. 'La novia que no se ve', una obra corta de seis páginas, de corte realista; la propia 'Viaje hasta el límite' (fechada en diciembre de 1953): 'Claudia', un drama de 59 páginas ambientada en la alta burguesía; y 'Olga', de la que se conservan únicamente dieciséis páginas, y que se trata de una comedia ligera en la estela de Enrique Jardiel Poncela o Miguel Mihura . No cabe ninguna duda de que la publicación de estos textos dramáticos supone un auténtico acontecimiento de por sí, pero además muestran el potencial como dramaturgo que tenía Luis Martín-Santos. Hay en todas sus obras un perfecto conocimiento de la estructura dramática, de la arquitectura; habilidad para la creación de conflictos y, como psiquiatra que era, dibujaba a sus personajes, en ocasiones de una gran complejidad, con una gran profundidad. Como señala Doménech, hay en los textos una clara influencia de Eugene O'Neill -el dramaturgo que abriría el camino al gran teatro estadounidense de los años cincuenta- y del existencialismo de Jean-Paul Sartre . Las obras -especialmente 'Viaje hasta el límite', fechada en diciembre de 1953- provocan en el lector un sentimiento de nostalgia por lo que pudo ser y no fue. Martín- Santos muestra en ellas el gran dramaturgo que perdió el teatro español con su temprana muerte. Hay todavía balbuceos en sus desarrollos pero se adivina una voz poderosa, incisiva, que le hubiera aportado al teatro español de posguerra un acento diferente y una mirada llena de compromiso hacia el ser humano.

Jun 13, 2025 - 13:30
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Luis Martín-Santos, el dramaturgo que pudo ser y no fue
Luis Martín-Santos (1924-1964) es historia de la literatura gracias a su novela 'Tiempo de silencio', publicada en 1962, apenas dos años antes de que muriera como consecuencia de las heridas que le causó un accidente de tráfico cerca de Vitoria. Se conocían también sus facetas de ensayista y poeta, pero la publicación del cuarto tomo de sus ' Obras completas ' ( Galaxia Gutenberg ) ha descubierto a un dramaturgo más que interesante, que más de sesenta años después de su muerte ha vivido su primer estreno, y nada menos que en el Teatro Español: ' Viaje hasta el límite '. Esta obra es una de los seis piezas que conforman este volumen; se hallaron hace aproximadamente una década, pero no se decidió estudiarlas y editarlas hasta varios años después. Sus herederos las pusieron en manos de Fernando Doménech , que explica que los seis textos -quizás haya alguno más; Enrique Múgica recordaba haber leído una obra sobre Lope de Aguirre- están «en distinto grado de elaboración: dos de ellas están incompletas, una porque parece que el autor no la terminó; otra, porque le falta la primera página. Todas ellas están escritas a máquina, con correcciones o añadidos de mano de Martín-Santos. Dos están fechadas. Tres carecen de título». 'Irma', una tragedia escrita en enero de 1946, cuando Martín-Santos tenía 21 años, es la primera de las obras incluidas en el volumen, que completan 'Los churros están fríos' (una pieza sin titular, a la que ha puesto nombre el propio Doménech), que se conserva incompleta: solo cuatro páginas. 'La novia que no se ve', una obra corta de seis páginas, de corte realista; la propia 'Viaje hasta el límite' (fechada en diciembre de 1953): 'Claudia', un drama de 59 páginas ambientada en la alta burguesía; y 'Olga', de la que se conservan únicamente dieciséis páginas, y que se trata de una comedia ligera en la estela de Enrique Jardiel Poncela o Miguel Mihura . No cabe ninguna duda de que la publicación de estos textos dramáticos supone un auténtico acontecimiento de por sí, pero además muestran el potencial como dramaturgo que tenía Luis Martín-Santos. Hay en todas sus obras un perfecto conocimiento de la estructura dramática, de la arquitectura; habilidad para la creación de conflictos y, como psiquiatra que era, dibujaba a sus personajes, en ocasiones de una gran complejidad, con una gran profundidad. Como señala Doménech, hay en los textos una clara influencia de Eugene O'Neill -el dramaturgo que abriría el camino al gran teatro estadounidense de los años cincuenta- y del existencialismo de Jean-Paul Sartre . Las obras -especialmente 'Viaje hasta el límite', fechada en diciembre de 1953- provocan en el lector un sentimiento de nostalgia por lo que pudo ser y no fue. Martín- Santos muestra en ellas el gran dramaturgo que perdió el teatro español con su temprana muerte. Hay todavía balbuceos en sus desarrollos pero se adivina una voz poderosa, incisiva, que le hubiera aportado al teatro español de posguerra un acento diferente y una mirada llena de compromiso hacia el ser humano.